Lunes, 04 de febrero de 2019.- Cuando apenas despertaba sintió el dulce susurro de Clío que trataba de decirle algo.
La Historia es la gran maestra que nos muestra caminos ya transitados y experiencias ya vividas por la humanidad.
Y todo pasado, sobre todo el que tiene que ver con la guerra, viene impregnado de un perfume mítico, donde la realidad y la ficción se entremezclan, sobre todo cuando ese relato histórico es escrito por los vencedores.
El pasaje del Caballo de Troya, que normalmente se estudia en todas las academias militares, como una estrategia de penetración en las lineas enemigas y que nos narra la triquiñuela que usó el ejército griego que fue al rescate de Helena de Troya, que cansado de un largo sitio decidió abandonar el intento de tomar la ciudad, eso si dejándoles a los dioses como regalo y tributo, un enorme caballo, con una abultada barriga.
Barriga que estaba ocupada por los mejores soldados del ejército invasor y que una vez que los troyanos cayeron en la trampa e introdujeron el caballo en la ciudad amurallada, primero esperaron el momento oportuno y luego salieron estos soldados griegos sigilosamente, abrieron las puertas de la ciudad y está cayó
El recuerdo de esta narración surge ante el ofrecimiento de ayuda humanitaria desinteresada y gratuita que se nos quiere vender como la gran idea de la oposición para ir solventando nuestras actuales carencias, donde probablemente convoquen a gente muy necesitada y desesperada para que reciban estas ayudas, que en todo caso, deberían llegar por los canales regulares y con ayuda de las instituciones internacionales especialistas en este tipo de casos.
La propuesta de enviar alimento y medicina a un pueblo que lo requiere con urgencia no deja de ser tentadora, aún cuando no se han especificado los volúmenes de dicha ayuda, la forma de hacerla llegar, quienes serían los responsables de su traslado y distribución y se pretende hacerlo prácticamente de una forma forzada, a través del autoproclamado Guaidó.
Surge una tremenda duda ante la contradicción presente, cuando por una parte se nos dice que se quiere ayudar al país, darnos ayuda humanitaria, pero por otra, se cierran los grifos que alimentan en parte importante al Tesoro Nacional, el mensaje es igual al de quienes maltratan a sus compañeras de vida y las culpan después de los abusos que contra ellas cometen, si te golpeo es porque te quiero.
No poseemos los oráculos que utilizaban los griegos, pero toda esta maniobra que mas que humanitaria es política tiene un fuerte hedor a Caballo de Troya.