Ejercer la militancia en plena en plena guerra no convencional

Militar es luchar y para luchar hay que creer

Domingo, 18 de agosto de 2019.- Ejercer la militancia en este ambiente de escasez de productos, escalada irrefrenable de los precios, aumento exhorbitante del costo de la vida, huida al exterior de una significativa parte de la población, en su mayoría jóvenes, quienes a pesar de los riesgos se van, en búsqueda de mayor bienestar y seguridad económica, ejercer la militancia así, es duro.

En este ambiente saturado con una constante serie de medidas y agresiones en el ámbito económico y comunicacional, por parte de los Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados circunstanciales y con la amenaza persistente de una posible invasión militar, nos tienen rodeados, aderezados todos estos componentes de esta ensalada del horror, con una constante estrategia de manipulación psicológica que busca debilitarnos y dividirnos, mas de lo que estamos.

Todos estos elementos conspiran para evitar el ejercicio de una militancia comprometida.

Todos ellos y la inmediatez que presiona a los que aquí vivimos, consumiendo una parte fundamental de nuestro tiempo en tareas cotidianas como el ir a buscar el agua que no llega constantemente, ir a buscar la bombona de gas, llevar a los muchachos al colegio, la caja del CLAP que trae los alimentos subsidiados, las complejas situaciones particulares de cada quien, además de tener que cumplir con el trabajo y el cumplimiento de las obligaciones laborales y si a ello le sumamos el manejo poco racional de nuestro tiempo, la militancia se transforma en una utopia inalcanzable.

Militar es luchar y para luchar hay que creer.

Enfrentar e interpretar la realidad que nos circunda con un criterio abierto, pero precisando la naturaleza y evolución de los elementos que la componen, sin falsas percepciones que la distorsionen o justifiquen, como la de estar siempre achacándole todos nuestros males a la guerra económica, sin asumir la cuota de responsabilidad, que como país nos toca, por no haber hecho muchas cosas de la manera mas adecuada.

Realidad que debe ser necesariamente cambiada, transformada, mejorada.

Hay que ajustar el aparato del Estado a las nuevas circunstancias y nuestra conducta también debe ajustarse, mas acción y menos charla.

Menos burlita y más seriedad.

El reconocimiento de nuestros errores es el primer paso necesario para superarlos.

Se necesita una reformulación de prioridades y un mayor rigor en nuestra vida diaria para poder militar y crear nuevas circunstancias que nos permitan superar esta situación que a todos nos agobia.

Revisemos y avancemos.

Militar es luchar y para luchar hay que creer.


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Luis Enrique Sánchez P


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