La batalla contra el capitalismo...

Es un deber ineludible a medida que se profundiza el proceso revolucionario estar absolutamente claros a qué nos enfrentamos y cual es el objetivo central de esta batalla contra el capitalismo. Distintos pensadores en la historia han dado lo mejor de sí para legarnos un cúmulo de ideas que nos ayude a librar con éxito esta lucha; en este orden de ideas, los pueblos se nutren con lo ancestral de lo que ha sido su duro trajinar desde el momento que irrumpe la propiedad privada sobre los medios de producción y un pequeño grupo comienza la expropiación de la fuerza de trabajo de las inmensas mayorías, en nuestro caso, desde el momento que los colonialistas europeos nos invaden. Hemos compartido que el capitalismo en sí mismo representa el mecanismo más perverso en contra del hombre mismo; la explotación del hombre por el hombre, la más inmoral forma de convertir a los seres humanos en simples mercancías, objetos de uso que generan plusvalía lo cual constituye el eje central de la esencia del capitalismo, acumulación de riquezas en pocas manos y generación de la más absoluta pobreza en las grandes mayorías.

En esta batalla lo ideológico debe marcha de la mano de lo político y económico, entendiendo lo ideológico burgués como toda expresión que se lanza para el consumo de masas y que persigue un solo objetivo: Hacer compatible el sistema capitalista con las aspiraciones de los seres humanos, la ideología revolucionaria por consiguiente debe ser la luz para el despertar de la conciencia de los pueblos, he allí la gran batalla, sin embargo, el capitalismo nunca podrá encontrar entre los seres humanos el equilibrio perfecto porque en su propia razón de ser está inmersa la división de clases, el robo y la injusticia, esto trae como consecuencia la confrontación de clases que de acuerdo a cada momento histórico se expresa de distintas maneras. Es deber entonces de los revolucionarios, además impostergable, dotar al sujeto central de la transformación, al pueblo, de las herramientas necesarias para afrontar una lucha que generalmente es desigual tomando en cuenta lo que el capitalismo ha sembrado en las mentes de los pueblos a través de distintos medios y durante siglos.

La batalla contra el capitalismo debe abarcar lo político, lo económico y lo ideológico, no se puede intentar construir una sociedad socialista sin abordar de manera integral el problema de la transición del capitalismo al socialismo y en la marcha de ésta pretender eludir en vez de afrontar con las ideas el meollo del problema, es decir, si estamos contestes con la construcción de la nueva sociedad y luchamos por lograr tal fin, este objetivo será imposible lograr sin tener la claridad necesaria en los objetivos que son: Erradicar el sistema capitalista y construir el modelo socialista. Si planteamos la creación del poder popular como algo absolutamente necesario e inherente a la construcción del nuevo estado, pecaríamos de ingenuos si no comprendemos que la lucha de clases aflorará con mayor contundencia, se activarán todos los mecanismos de defensa del sistema capitalista y éste movilizará todos sus actores para evitar la transformación y el nacimiento del nuevo estado socialista comunal, tal como lo estamos planteando; en lo económico intentará introducir elementos de distorsión para el fracaso de la propiedad social, intentará penetrar de alguna forma el modelo que pretendemos desarrollar y consolidar. En lo ideológico buscará la forma de activar todas sus herramientas, explotarán al máximo los prejuicios del hombre viejo, intentarán restaurar en el seno de la sociedad los antivalores y oponerse a todo lo que represente la masificación de la conciencia del deber social, la acción mancomunada ante la individual y solitaria, en fin, el capitalismo y la oligarquía hará hasta lo imposible para frenar la revolución bolivariana.

Una de las cosas más importantes de esta revolución venezolana y todo lo que alrededor se desata, sin duda es que hemos logrado romper con los dogmas, la revolución venezolana no se aferra a "libritos", no forma parte de diseños preestablecidos y transfiere al pueblo su verdadero sentido histórico. En apariencia esto puede considerarse una debilidad, por el contrario parece ser una fortaleza y estamos seguros de ello. Sería lamentable encerrarnos en esquemas preestablecidos, sería más dañino que incluso no tener claras las líneas generales, son dos cosas que estamos obligados a tener en cuenta, claridad en los objetivos socialistas y la vía adecuada, socialista para lograrlos.

La burguesía con sus medios han intentado y lo siguen haciendo, borrar el valor histórico de la lucha de los pueblos, ellos intentan que el pueblo haga las veces del avestruz, que entierre la cabeza, nosotros por el contrario, con base a la importancia del materialismo histórico, rescatamos todo el cúmulo de aportes para convertirlos en cañones para el momento actual. La oligarquía capitalista por el contrario siempre intentará "borrar" de nuestras mentes las ideas, las batallas, el pensamiento de los nuestros. Los historiadores burgueses "borraron" al Bolívar revolucionario, de ideas subversivas y libertarias, convirtieron a Simón Rodríguez en una especie de "sabio de abecedario", pretendieron que a José Antonio Sucre, solo fue parte de la "fatalidad" del destino, su temprana desaparición física; siempre nos escondieron la verdadera razón de su asesinato; por el contrario Páez nos lo vendieron como el segundo Bolívar, quien nos rescató la patria y todo ese cúmulo de ideas torcidas que nos desvirtúo la realidad de la guerra de independencia. Luego la guerra federal, según la óptica burguesa, no fue parte de la lucha de clases sino que solo fue la expresión de "la batalla entre caudillos", muerto Zamora, el más preclaro, el más revolucionario, a la oligarquía le fue fácil explotar las ambiciones de otros jefes de la Federación. Estos fueron al igual que Páez años antes, comprados por la oligarquía criolla y los convirtieron en traidores del pueblo.

Todo esto fue fraguado con la articulación del capitalismo internacional, desde Monroe hasta los mejores días de la CIA, el imperio no cesa en sus agresiones por desviar el camino tomado por los pueblos en su marcha por la liberación. Similar suerte corre Cipriano Castro, luego Medina Angarita y todo aquel que intentó resarcir los derechos del pueblo. Hasta la llegada de Chávez al poder en 1998, la oligarquía criolla de la mano del imperio usufructúo de "paz política", sobretodo luego de la década de los 70, derrotada la guerrilla en Venezuela, derrotado Allende en Chile, aislada y bloqueada la Cuba revolucionaria, caído el muro de Berlín, los pueblos iniciaron su despertar con hechos como el caracazo (1989), 4F (1992), de donde viene Chávez. Decíamos que hasta 1998 la oligarquía criolla se creyó con su característica prepotencia que nunca llegaría el día en que el pueblo accediera a los espacios de poder. Distintos ensayos se hicieron, la desviación y la traición siempre estuvo presente conspirando contra toda idea revolucionaria y socialista, no nos sorprende entonces el desespero oligarca para salir de Chávez a como de lugar.

Con Chávez al principio pretendieron hacer lo mismo, lo rodearon, lo halagaron hasta que se convencieron de su conciencia revolucionaria y socialista, su compromiso con el pueblo y la memoria histórica de Bolívar, entonces recurrieron al golpe de estado que se expresó con mayor contundencia en abril de 2002, no obstante, ni comenzó en abril de 2002 ni tampoco ha terminado ese plan golpista que permanentemente está activado, porque el capitalismo es así, es su esencia, su característica, aunque se presenten en sus medios de comunicación como “defensores de la democracia”.

Cuando la oligarquía pretende ridiculizar las denuncias del diputado Mario Isea, en base a una grabación telefónica de un golpista como Huizi Clavier, intentando desviar la atención, cuando intentan minimizar las denuncias del atentado contra el presidente preparado para cuando realizara su viaje a El Salvador, cuando ellos pretenden desviar la atención de todas estas acciones no hacen sino demostrar su complacencia por "tener éxito" en sus planes contra Chávez.

Bolívar fue objeto de algo similar, dicen que la historia es una noria y me permito tomar unas frases del artículo publicado en Aporrea por Isidoro Duarte que nos demuestra con claridad lo que ahora no debe ocurrir, la impunidad. “”Una señal mía, en estos momentos, bastaría para exterminar a todos esos políticos que me hacen la guerra, pero ellos no quieren darse cuenta de que su suerte está hoy en mis manos y de que si pueden gritar y maldecirme es porque yo tengo la generosidad de permitírselo. CUALQUIERA DE ELLOS EN MI LUGAR NO DEJARÍA DE DAR LA SEÑAL NO SÓLO PARA MI ASESINATO SINO PARA EL DE TODO MIS AMIGOS, DE TODOS MI PARTIDARIOS Y DE TODOS LO QUE NO PROFESAN SUS OPINIONES. TALES SON NUESTROS LIBERALES: CRUELES, SANGUINARIOS, FRENETICOS, INTOLERANTES Y CUBRIENDO SUS CRIMENES CON LA PALABRA LIBERTAD QUE NO TEMEN PROFANAR. SE CREEN TAN AUTORIZADOS PARA SUS CRIMENES POLÍTICOS COMO PENSABAN LOS INQUISIDORES CUANDO HAN DERRAMADO SANGRE HUMANA EN EL NOMBRE DE DIOS Y DE LA IGLESIA “” http://www.aporrea.org/medios/a47011.html, a esa misma impunidad aspiran los que pretenden ahora atentar contra Chávez. Lo que representa el proceso Bolivariano para el mundo, además de una enseñanza para los pueblos, es la más clara amenaza contra el sistema capitalista. Del éxito de la revolución Bolivariana depende el rescate de "los poderes creadores del pueblo" que nos legó Andrés Eloy, en su poesía a Los Angelitos Negros, es decir, al pueblo. De allí tanta virulencia contra todo ensayo que en lo político, en lo económico y en lo ideológico se intenta en esta revolución.

El odio es contra el modelo que representa Chávez y la revolución bolivariana, el temor es contra la conciencia de los pueblos; poder en manos del pueblo es una amenaza seria para la oligarquía capitalista, que ante el "sacrosanto" mercado capitalista se intente crear un mercado socialista; que ante la propiedad privada sobre los medios de producción se hable de la propiedad social, que ante las mentiras y engaños se asuma concientemente, se entienda e interprete los fenómenos del capitalismo para subyugar a los pueblos; que ante la ideología capitalista basada en la mercancía y el consumismo se imponga las ideas libertarias del hombre, que coloque en el centro del universo lo humano por encima de lo material y lo superfluo, todo ello representa la mayor artillería contra un sistema que se niega a morir y con ello permitir el nacimiento del nuevo modelo socialista.

La batalla contra el capitalismo se libra en todas partes, hoy más que nunca es necesario que nazcan miles de medios que involucren al común de los ciudadanos en el aporte cotidiano a esta batalla, lograr que el ciudadano común se forme un criterio en relación al monstruo que combatimos, encender la luz en el camino que la oligarquía se empeña en opacar, condenar toda acción contrarrevolucionaria, sancionar a todos quienes al margen de la ley conspiran para buscar una salida violenta, acentuar la aprobación de las leyes revolucionarias, fortalecer el partido socialista e incrementar la conciencia en la población, fortalecer la organización del pueblo, fortalecer el tejido social e incrementar los espacios socialistas, forman parte de esta gran batalla; obviamente no podemos dejar al margen el fortalecimiento de los medios alternativos, así como los consejos comunales y las comunas deben ser la base principal para la consolidación del poder en manos del pueblo, los medios alternativos deben ser la base fundamental para formar, informar y llevar conciencia a todo el pueblo y crear el nuevo andamiaje al servicio del pueblo, de la información y la verdad.

Todo esto representa la batalla contra el capitalismo; en este sentido, se requiere de absoluta conciencia en torno a que estamos enfrentando al sistema capitalista y para reforzar tal afirmación finalizamos con una reflexión de Antonio Gramsci, "En su primera fase sindical, la lucha económica es espontánea, es decir, nace ineluctablemente de la misma situación en la que el proletariado se encuentra en el régimen burgués, pero no es por sí misma revolucionaria, es decir, no lleva necesariamente al derrocamiento del capitalismo, como han sostenido y continúan sosteniendo con menor éxito los sindicalistas. Tanto es verdad, que los reformistas y hasta los fascistas admiten la lucha sindical elemental, y más bien sostienen que el proletariado como clase no debiera realizar otra lucha que la sindical. Los reformistas se diferencian de los fascistas solamente en cuanto sostienen que si no el proletariado como clase, al menos los proletarios como individuos, ciudadanos, deben luchar también por la democracia burguesa; en otras palabras, luchar sólo para mantener o crear las condiciones políticas de la pura lucha de resistencia sindical"...en este análisis de su realidad de entonces, Gramsci nos enseña que la lucha revolucionaria, transformadora y aspirante a cambiar el sistema no puede quedarse en lo superficial porque corre el riesgo de convertirse en una acción reformista, es decir, los líderes socialistas venezolanos deben tener mucha claridad y actuar en consecuencia de tener como misión principal la transformación del sistema capitalista, en el entendido que estamos viviendo la etapa de transición y que los ensayos deben apuntar en vías hacia la profundización.

Así como toda acción del capitalismo va dirigida a mantener su sistema, toda acción de una fuerza socialista debe estar dirigida en función de la consolidación del sistema socialista, entendiendo que el enemigo del proceso bolivariano, sin duda, lo es el sistema capitalista que hizo de nuestra patria lo que muchos llaman factoría, dedicada única y exclusivamente a producir petróleo y vivir de las rentas que el capitalismo mundial lanzaba como sobras para mantener vivo su modelo eso atrofió la posibilidad de desarrollar incluso un modelo productivo capitalista autónomo y que activara la creatividad y formara un sistema verdaderamente productivo, esto nos obliga a romper con rémoras culturales del pasado que hacen más dura la batalla, no obstante, este pueblo es valiente, este pueblo saca su casta y así como un trabajador de PDVSA en el acto más reciente de entrega de cargos en el Zulia, ante la pregunta de la periodista, de “¿Qué espera usted ahora de PDVSA?”, el obrero, con su carga de esperanza encima responde “no que espero, ¿Qué puedo dar?” Allí está sin duda la respuesta a miles de interrogantes, es en el corazón del pueblo donde está el despeje de la incógnita; para entenderlo y comprenderlo se requiere de fortaleza ideológica y claridad absoluta que el enfrentamiento es contra el capitalismo.

latojeda@gmail.com







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Luis Alberto Toro Ojeda.

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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