En la República de Honduras se perpetró un golpe de estado, con el argumento de la defensa de la legalidad. Se iba a consultar al pueblo si aceptaban una reforma constitucional y esto implicaba sumar una caja más a las ya establecidas en el próximo proceso electoral de ese país. El domingo en la madrugada, los militares irrumpieron en la casa presidencial y secuestraron al Presidente Manuel Zelaya, secuestrado y llevado a Costa Rica, fueron presos por pocos momentos los cancilleres de Venezuela, Cuba y Nicaragua, secuestrada la cancillera Hondureña Patricia Rodas que luego aparece en Méjico. Todo esto en medio de una confusión de la población de la nación centroamericana que sale a la calle a reclamar a su presidente y la respuesta es tanques de guerra, disparos y todo el peso represivo del cuerpo militar. Una vez más el fascismo descubría su rostro y accionaba toda su maquinaria en contra de un gobierno que empezaba a aplicar medidas de bienestar para los trabajadores, campesinos y las mayorías empobrecidas económicamente. En Honduras, un pequeño número de las familias, recibe casi todas las riquezas de ese territorio, que cuenta con un poco más de siete millones de habitantes.
Los que planificaron el golpe de estado contra el Presidente Zelaya, nunca imaginaron que los países ya organizados y unidos en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de la América (ALBA), dieran una respuesta tan rápida y contundente y a ello se suman entonces el Grupo de Río, la ONU, La Unión Europea y la OEA, quien le dió un ultimátum de setenta y dos horas al gobierno de facto instalado tras el Golpe de Estado. Pero mientras esto sucede, los Medios de Comunicación de la Nación hondureña, silenciaron la situación y se dedicaron a pasar comiquitas, negándole al pueblo la información; unidos a los empresarios y la alta jerarquía eclesiástica de ese país que apoyaron el golpe. Sólo el canal internacional de televisión TELESUR, dio a conocer la realidad. Esta ruptura del hilo constitucional se desarrolla en el momento preciso de la vertiginosa fuerza que adquiere el ALBA, la mejora en las relaciones internacionales de Venezuela con los Estados Unidos y lo que es más, la suma de otros países al ALBA contra las políticas imperialistas en nuestra América Latina. ¿Les recuerda el golpe en Honduras, al perpetrado en La República Bolivariana de Venezuela en abril del año 2002? ¿Cuál fue la actitud de los medios de comunicación durante el golpe de estado en Venezuela? ¿Y la cúpula eclesiástica que hizo? ¿Y los empresarios con la CTV? Cualquier parecido con nuestra realidad es pura coincidencia, el guión es prácticamente el mismo, la diferencia es que actualmente está en marcha la unidad y liberación latinoamericana en contra de la dependencia.
Indiscutiblemente que el Golpe de Estado contra el Presidente Manuel Zelaya, tiene el objetivo de cerrar el avance de la Revolución Bolivariana en Venezuela y su influencia en los demás Estados de América. Se ha producido un gran salto en la composición e ideas de los gobernantes de nuestras naciones, se instaura el poder popular para ser libres, está en marcha una justa distribución de las riquezas, se ha roto el mito de Cuba sin libertad y el invencible imperio norteamericano. Las clases dominantes y los conservadores del gobierno estadounidense, apuestan a acabar con los movimientos revolucionarios y los gobiernos progresistas. El advenimiento de un nuevo esquema geopolítico, donde el principio es el respeto a las soberanías nacionales y profundización de la Democracia, significa el advenimiento de las masas. El Golpe de Estado en Honduras es dirigido a destruir los cambios en este continente. Es cuestión de honor la restitución del Presidente Manuel Zelaya. El golpe en Honduras es mediático al igual que en el 2002 en Venezuela, por ello necesariamente hay que fortalecer la red comunicacional internacional a favor de la revolución. El pueblo triunfará, no pasarán.