En su extraño mundo del racismo, de la ofensa, de minimizar a los que no tienen los ojos azules, la piel nívea y el cu... erpo rojo, los sajones no miran a un lado para ofender a los habitantes de otros continentes. Es decir, los sajones son esa gente de la escuálida Europa que después que se cagaron en otros continentes, los expoliaron, los invadieron los esclavizaron y les dejaron todas sus enfermedades, sífilis, tuberculosis, sida, catarros, bronquitis, dolores reumáticos, gonorreas, y otras cosas, ahora quieren la muerte de éstos. Les colocan seudónimos ofensivos y juran que solamente ellos son “los preferidos de Dios” ¿Será por eso que escribieron la Biblia para joder a los demás? ¿No observamos al juez español, hijo de las 7 leche, sangre de quienes mataron a millones de gente en este continente levantar su voz olorosa a butifarra, a paella caliente, a vino de ajo tratarnos como si aún están aquí las aborígenes a las que violaron con sus malditos penes que expelían mierda?
Un hombre a pleno inicio del siglo XXI que esté creyendo todavía en arca de Noé y Paraíso de manzana y culebras, pues, es un hombre glorificado por la estupidez. Amo a José Antonio Saramago cuando respondió a la pregunta de quien lo entrevistaba: “Yo creeré en Dios cuando lo vea” e igualmente en aquel genio del socialismo que inteligentemente escribió; “La religión es el opio de los pueblos”
¿Qué usted si cree? Bueno siga haciéndolo: tal vez se convierta en “creyón” y le sirva a algún niño para pintar un hermoso paisaje. Quienes hacen la guerra son los mismos religiosos de siempre, ¿qué es mentira? Pues vea y analice el diario transitar de la historia.
Cuando nuestro hermanos haitianos cayeron bajo las garras de la cruel naturaleza, el pastor gringo Pat Robertson dijo que “es que ello se lo merecen por estar creyendo en Vudú y demás” ¿Y si el pastor Pat Robertson lo dice eso es: hay que creer en su Dios, ese Dios que se le mete en la cabeza a los gobernantes gringos y los lleva a matar niños en el mundo, a lanzar bombas atómicas a crear caos, pobreza, racismo, odios. Ese Dios que “en nombre de la libertad ha jodido a todos estos pueblos Latinoamericanos. Ese Dios de la Inquisición quemando Juana de Arco, ese Dios que no dijo ni Pío 12 cuando Hitler mataba a su misma gente. El Dios que le metió en la cabeza a los aborígenes venezolanos...”El murió por ti” el criminal español cuando nos invadió. El Dios de Pat Robertson. El Dios de los niños israelíes; el Dios que no es el mismo de los niños palestinos. Pero sí lo es de los españoles con alientos encebollados, olorosos a butifarra, ajo y especie que aún se imaginan que los venezolanos andamos en “hilo dental” de cocuiza, tal ese juez de “violín mágico” que se introduce como sus antepasados en tierras ajenas. Venezuela es de los venezolanos; España de los españoles, que cada quién viva por lo suyo... ¡respeta y dale pa´matala!
¿Qué dice ahora el infeliz Pat Robertson de la tragedia que azotó a nuestros apreciados hermanos chilenos? ¿También los atacó Dios porque votaron por Piñera ¿o qué? Son pecadores los chilenos hermanos de Allende, de Neruda, de Gabriela, de Jara, de nuestros hermanos Mapuches? ¿Por qué? ¿O es que a ellos Dios los quiere a su manera?
En pleno inicio del siglo XXI creer en estos necios, en estos gandules, en estos “genios” gringos, en estos creadores de estupideces que se imaginaron que con el mundo de la fantasía todo estaba hecho y que íbamos a ser felices como Mickey Mouse y los 4 Fantásticos, es ANOrmal ¡Pobre imbécil cerebro de aserrín!
A los haitianos los castigó el Dios de Pat Robertoson y a nuestros amigos chilenos, ¿quién los castigó? ¡Habla pobre diablo gringo!
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