Comienza la Gran Depresión Globalizada y continúa la Guerra Global contra los Pobres1

Las quiebras de los EEUU, la Unión Europea y los “pigs”

La muerte se ha regado

por toda la pradera

A aquel que la ha sembrado

¿qué le espera?2

Silvio Rodríguez



La “Crisis económica catastrófica” que estamos sufriendo, la “Gran Depresión Globalizada”3; está demostrando la naturaleza real, la esencia violenta, explotadora, desigualitaria y bárbara del capitalismo. Sin embargo, esa naturaleza es enmascarada, con gran eficacia hasta el momento, por un verdadero ejército de economistas, políticos y burócratas sindicales profesionales. Su “función social prioritaria” es la de “definir la crisis de manera conveniente para la supervivencia del sistema del que viven y al que interpretan”. Tales “expertos” al servicio de las instituciones económicas y financieras públicas y privadas, estatales e internacionales, han construido un discurso sobre la crisis que margina totalmente el gigantesco sufrimiento de los trabajadores y de las clases populares. Los medios de comunicación masiva (la muy orgánica e instrumental Falsimedia) organizan la difusión de estas interpretaciones de la crisis, de las consecuencias de la misma, y de los métodos posibles para la “recuperación económica”.

Un mundo que se derrumba: las “dos crisis”

La “crisis económica catastrófica” que se hizo evidente en agosto de 2007 fue negada por todo el aparato mediático al servicio de las oligarquías capitalistas durante dos años y medio. Como una realidad de ese calibre no puede ser ocultada indefinidamente, lo que se convertiría finalmente en una “Gran Depresión Globalizada” -con centenares de millones de trabajadores y trabajadoras en paro y decenas de millones de seres humanos explotados y hambreados hasta el límite-; fue deformada y falseada por las redes mediáticas del Imperio.

Falsimedia presentó “la crisis” (en realidad “su crisis”, la crisis de las oligarquías) como la simple formación de una burbuja hipotecaria derivada de actividades financieras que se había salido de “la norma”; de la “buena práctica de los negocios” en una economía “felizmente competitiva y con el mínimo imprescindible de intervención pública”.

La solución recomendada para ese “desajuste de mercado” fue la de “más mercado”. Todo muy coherente si cambiamos de plano, unimos las piezas y leemos la Nueva Estrategia de Seguridad Nacional de los EEUU y todos los documentos relacionados. En ellos se predica como dogma absoluto que la única Libertad, “madre de todas las demás libertades y derechos, civiles, sociales y políticos”, es la “libertad de comercio”. Tal expresión –que apunta a una especie de “diseño inteligente” o de “diseño providente” del mundo por la “mano invisible” de la Libertad made in USA-; es intercambiable, según esos textos estratégicos con la de “libertad de empresa”.

Es precisamente la doctrina estratégica de los EEUU la que trasciende el discurso evasivo de los “técnicos” y “no se anda por las ramas”. Afirma que los misiles y todas las demás armas “puestas a disposición del presidente de los EEUU” acompañan y garantizan la expansión de la Libertad. También afirma que la economía no flota en el aire sino que es la contabilidad de los beneficios empresariales; la conquista violenta de países y mercados; los genocidios instrumentales, las guerras como las de Irak, Afganistán, Pakistán o Palestina (por poner algunos ejemplos más evidentes); los propósitos de guerra inmediata como el que amenaza y coacciona a Irán; y los grandes proyectos regionales de reconstrucción de “patios traseros” que pretenden recuperan la diplomacia de la zanahoria y el palo. El Departamento de Estado y el Pentágono, a los que sirve Obama, mantienen la agresión permanente contra Cuba, Venezuela, los países del ALBA, y, en general toda la América Latina –organizaciones supraestatales, países realmente soberanos, gobiernos populares, pueblos, grupos sociales y políticos, organizaciones de trabajadores-; potencialmente insurrecta.

La solución para “la crisis según las oligarquías” fue acelerar y facilitar la especulación. Se inyectaron enormes cantidades de dinero público procedente de los impuestos o emitido como deuda (bonos del Tesoro en los EEUU, masa monetaria emitida por el soberanísimo Banco Central Europeo), en los fondos y entidades financieras que habían creado la crisis. La “crisis hipotecaria” pasó a definirse como “crisis financiera” y más tarde como “crisis crediticia”. Falsimedia determinó que la “primera crisis-la crisis de las oligarquías” era pasajera e inmediatamente solucionable “mejorando la regulación financiera” e “impidiendo el funcionamiento de los paraísos fiscales”. Tal fue desde Bush hasta Obama, desde Washington a Londres y Paris, el discurso del G-10, el G-20, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal de los EEUU, el Banco Central Europeo, el Foro de Davos, todos los jefes de Estado y de Gobierno de la U.E., sus aplicadísimos y conpetentísimos ministros de Hacienda, y, por supuesto, nuestro inefable Zapatero.

Mientras ese “hermoso mundo del capitalismo globalizado” premiaba con varios billones de dólares y otros tantos de euros a los causantes de la crisis, que no tuvieron inconveniente en embolsarse toda la ayuda financiando la deuda de operaciones de “alto riesgo”, valores puramente especulativos, sacos sin fondo ni fondos; repartiendo beneficios como accionistas, o cobrando pagos garantizados por rescisiones de contratos ante procesos de quiebra; la economía real sufría una enorme recesión y centenares de millones de trabajadores se quedaban sin trabajo. Ésta era la “segunda crisis”, la economía del paro, la marginalidad, el hambre y su “acompañamiento” represivo.

El expolio fue criminal y escandaloso aunque su filosofía y su metodología tenía precedentes en aquellas asambleas de ladrones que se llamaron Conferencias de Donantes. “El que destruye reconstruye” decían cínicamente los que vestían de intervencionismo humanitario al expolio ilimitado, llevando hasta el extremo el saqueo y la explotación del vencido.

Son las formas y métodos de extracción de plusvalía del capitalismo globalizado.

La economía es siempre “economía política” como sabían no sólo Marx y Engels sino también Ricardo, e incluso el padre del liberalismo y el biseccionador conceptual del “homo economicus”, la “mano invisible” y la “competencia perfecta”: el mismísimo Adam Smith. No lo saben, según parece, algunos tipos que extreman la hipocresía para hacer alardes retóricos y gestuales de sensibilidad social. Se presentan a sí mismos como líderes progresistas, defensores de los trabajadores y de los marginados, antirracistas, sensibles y bien intencionados como el muy populista Obama o el Cándido Zapatero4.



La economía: la Madre de todas las Batallas. La función estratégica de Falsimedia

La ciencia económica de los “expertos” de los que he estado hablando, de los que abrieron el catálogo de la técnica económica sin relaciones sociales y de la economía sin política: “crisis hipotecaria”, “crisis financiera”, “crisis bancaria”, “crisis crediticia”, “brotes verdes”, “paraísos fiscales localizados en pequeñas islas o micro estados”, “inminente recuperación”, “Reserva Federal”, “Banco Central Europeo”, “locomotoras de nuevo en marcha”, “no hay recesión”, “si la hay, pero… no hay Depresión”; y miles de expresiones evasivas más “sólo para expertos”; es una máscara.

Es una máscara cuando no es un terrible crimen y, al mismo tiempo, la expresión más clara y más coherente de la barbarie capitalista y de su cinismo ilimitado: “es urgente desregular los contratos de trabajo para salir de la crisis”, “las empresas tienen que ser competitivas: hay que disminuir salarios, dar más libertad para despedir a los obreros; disminuir los derechos históricos, obsoletos, de los trabajadores y trabajadoras; eliminar las distorsiones que crean las prestaciones sociales”; “es necesario reducir los impuestos directos, sobre todo los que cargan los beneficios de las sociedades, el patrimonio, la renta”, “tenemos que eliminar la cuota empresarial a la seguridad social”, “la intervención pública distorsiona el libre mercado y conduce a las crisis”. Son también miles de expresiones que sitúan a la economía en el limbo y a los trabajadores como víctimas de un cataclismo, en el fondo inevitable, regulado por la incertidumbre, algún “exceso” de codicia y por la suerte.

La oligarquía capitalista mundial -que ha conseguido monopolizar la educación superior para definir ideológicamente, e integrar, a buena parte de los científicos de todas las ramas de la producción social y a sus gestores políticos y culturales-; ha puesto en marcha una estructura de poder mediático monopolista que crea, transforma y manipula la llamada “opinión publica”.

Las “transnacionales de la información-desinformación” del sistema capitalista –privadas y “públicas”-;estructuradas y disciplinadas como Falsimedia, realizan otras dos funciones complementarias además de esa primaria de “fabricación de la opinión pública”.

-La primera es la de constituirse en el “lugar” para la identificación automática de clase, de las oligarquías periféricas que asumen un papel subordinado en relación con los grandes proyectos estratégicos de la oligarquía capitalista de los Estados Unidos.

Decenas de miles de medios de desinformación interpretan de manera única y jerarquizada los procesos históricos “fijando límites temporales y espaciales a gusto y voluntad de los poderes hegemónicos”. Ocultan hechos, establecen abstracciones para tapar con ellas la realidad, camuflan las relaciones de poder, eliminan la dialéctica que explica las relaciones sociales y le da sentido al devenir histórico. Falsimedia trocea y selecciona la realidad en fragmentitos de rompecabezas y en instantes de “cubo loco”.

-Dirigidas desde un centro único se han organizado como “estructura de poder fundamental” del Imperio capaz de ocultar o de falsear una crisis catastrófica como la que vivimos; o de planificar, preparar, provocar y justificar guerras escalonadas: desde las de baja intensidad hasta las genocidas o de “destrucción masiva unilateral”; desde las planificadas y desarrolladas según guiones previamente establecidos hasta las “preventivas”; y de realizar o participar activamente en golpes de estado en los que los guiones y su ejecución son diseñados con anterioridad, impulsados y controlados por los medios de comunicación masiva que fabrican desenlaces y tratan de imponerlos a los sectores populares.

Ésta es la segunda función complementaria.

Estoy hablando del “terrorismo mediático5” permanente contra los países que se resisten a aceptar los diseños y designios del Imperio; entre ellos Cuba, Venezuela y los países del ALBA.

Su primer gran ensayo para el “Nuevo siglo” -en el ámbito latinoamericano-; se realizó en Venezuela desde abril de 2002 hasta febrero del año siguiente. Fue el “golpe mediático-militar” y el posterior “sabotaje petrolero y lock out empresarial” contra el gobierno revolucionario de Hugo Chávez. Su objetivo -que no podemos reducir sin riesgo de “trocear” la estrategia global del Imperio-; fue mucho más amplio que el que nos señalan los medios: liquidar la incipiente revolución bolivariana y, por supuesto, terminar de una vez por todas con la revolución cubana.

-Una última característica orgánica y funcional de Falsimedia –fundamental en relación con la guerra mediática contra las clases populares-; es que agrupa y coordina una inmensa red de medios de comunicación disciplinados por una estrategia fijada por el Departamento de Estado, el Pentágono, y el Consejo de Seguridad Nacional de los EEUU. Es la función estratégica global, como “nuevo poder” del Imperio.

Toda esa red -con decenas de miles de medios de comunicación-; funciona de manera continua en campañas desinformativas y puede ser movilizada instantáneamente para acciones de desestabilización de máxima intensidad. Constituye, en realidad, una inmensa red de bases distribuidas por todo el mundo que son activadas para el desarrollo simultáneo de acciones de terrorismo mediático en apoyo de una estrategia global de dominio y de ingerencia.

Otra vez a la economía política: las crisis escalonadas

La secuencia de quiebras vinculadas unas a las otras, negadas o camufladas como “quiebras técnicas” pero evidentes en los EEUU, la Unión Europea con sus estados “pigs” y sus estados “periféricos”, y muchos otros de los que integran la “comunidad internacional según el consenso de Washington” que deben ser sometidos a durísimos Planes de Estabilización demuestran varias cosas.

-La primera, a mi juicio, es que la Gran Depresión Globalizada está empezando ahora la fase más crítica, con resultados catastróficos y evolución totalmente imprevisible -excepto en sus rasgos más generales económicos, políticos y sociales-; tanto a niveles locales, como regionales o globales.

El impacto social de la crisis en los países de “capitalismo avanzado” donde la doctrina neoliberal se había convertido primero en un dogma; y después en un instrumento único de “transformación económica” hacia la privatización total de la economía, la mercantilización absoluta de la vida humana (otra vez Marx dibujándose en el horizonte científico, cultural, político y social) y la explotación sin límites de los trabajadores; está siendo tan fuerte que los gestores de la crisis han tenido que corregir todas sus “previsiones” sobre “brotes verdes”, “finalización de la fase recesiva”, “recuperación incipiente que va a evitar la Depresión” y demás formulaciones sobre el “estado de las cosas” elaboradas con optimismo instrumental, estratégico y calculador.

-La segunda es que –como no podía ser de otra manera-; ha fracasado el intento de “reactivar la economía” inyectando fondos en el sistema bancario privado y “público”, y/o financiando deuda del estado emitiendo bonos o billetes.

En los últimos meses se ha anunciado reiteradamente que “estamos saliendo de la recesión” –se ofrecen para demostrarlo toda clase de datos estadísticos y de comparaciones temporales “adaptados”-; y que eso conducirá a la disminución del paro. Sin embargo, la realidad económica es cada vez más terrible si se mide desde el lado de los trabajadores, desde el lado que ocultan los “expertos”.

El paro permanente, la precariedad, la exclusión social, la explotación abusiva, la pérdida de vivienda, la volatilización del sistema de pensiones, son fenómenos que “no pertenecen” -según todos esos técnicos y publicistas al servicio del poder-; a la “recesión” y, mucho menos a la Depresión”.

Para el caso español, por ejemplo, la manipulación estadística y la convergencia de intereses de la oligarquía económica está afirmando que en “su realidad” –definida por la obtención de beneficios financieros y empresariales-, la existencia de más de cuatro millones de trabajadores en las cifras ya totalmente desbocadas de paro, la precariedad laboral absoluta, la casi total destrucción del sistema productivo, la enorme dependencia económica exterior, la marginación económica absoluta de más de un millón de familias, la amenaza del hambre, no tiene cabida alguna.

Por eso nos anuncian casi jubilosamente la inmediata salida de la crisis solamente “empañada” por la permanencia del “paro estructural” durante muchos años. Para resolver su propia crisis le han comunicado al país la puesta en marcha de un Plan de Estabilización en toda regla a costa de los trabajadores y trabajadoras, de los jóvenes y menos jóvenes en paro6, y de los jubilados.

La quiebra de los EEUU

La situación económica de los EEUU es de recesión continuada. Se ha confirmado que el cuarto trimestre de 2009 ha sido un desastre mucho mayor de lo previsto. Los ingresos fiscales han descendido al reducirse la actividad económica en una economía que no está saliendo, ni mucho menos, de la crisis.

Obama acaba de enviar al Congreso el presupuesto para el próximo año fiscal que comienza en octubre. El déficit previsto es de 1,56 billones de dólares, el mayor desde la II Guerra Mundial. Supera en un billón de dólares el que se esperaba hace un año. El presupuesto anterior se equilibró sobre el papel contabilizando un déficit a 1,41 billones. Las cifras más optimistas hablan de que el déficit supone ya el 10,6% del Producto Interior Bruto. Las cifras más ajustadas a la dinámica real de la economía advierten que el déficit presupuestario está próximo al 20% del PIB y que la deuda generada en los últimos años se aproxima a un 100% del PIB.

La economía y la respuesta del Gobierno a la crisis se muestran incapaces de eliminar o reducir el déficit presupuestario y corregir la gigantesca deuda externa. Las enormes reservas en dólares en países como China, India, Japón, Corea del Sur hacen muy difícil seguir colocando bonos del tesoro en un mercado saturado de dólares. Los grandes rescates bancario y de la industria automotriz no han reactivado la economía.

El gobierno no ha manifestado la menor capacidad ni deseo de “regular” el mercado financiero que sigue especulando y generando burbujas al margen del funcionamiento de la economía real.

La situación de quiebra no declarada en los EEUU, el falseamiento sistemático que sobre la situación económica está haciendo Obama, sus instrumentos inútiles para “salir de la depresión”, su incapacidad total para enfrentarse a la oligarquía capitalista más poderosa del mundo y eliminar las causas principales de la crisis –fundamentalmente la progresión imparable de los gastos de defensa y la subordinación total de la Presidencia al proyecto pentagonal del Gran Siglo Norteamericano y a su definición estratégica, “La Nueva Estrategia de Seguridad Nacional de los EEUU” han generado mecanismos similares en Europa.

Es Europa la que recrea, una y otra vez, el mito Obama, utilizando como medida de la situación económica global la “salida de la depresión” de la mayor potencia económica del mundo, identificándose con las teorías sobre la crisis que plantea Washington y asumiendo como realidad intocable la necesidad de una “guerra mundial antiterrorista” según la doctrina del Consejo Nacional de Seguridad Nacional de los EEUU.

En relación con la “conexión atlántica” –también para la crisis económica-, y de la “coherencia de clase” de las oligarquías capitalistas, considero importante destacar:

-La “identificación instantánea” de los grandes intereses de la oligarquía –más allá de las flagrantes contradicciones que podrán funcionar en otro “momento” de la lucha de clases-, en relación con el establecimiento de un nuevo orden global capitaneado por los grandes consorcios transnacionales y por su representante político: el gobierno de los EEUU.

Esa identificación se ha producido, de manera inmediata, ante las rupturas más flagrantes del orden internacional. Convendría recordar el funcionamiento de las llamadas Conferencias de Donantes, especialmente la de Iraq aunque también la de Afganistán: organizaciones ad hoc para privatizar países en bloque y distribuir el saqueo, dirigidas con mano de hierro y por el sistema de la “zanahoria y el palo” (uno de los elementos principales del “código genético” de Washington, junto con el definido como “código Hiroshima”7) por el propio Pentágono.

La Conferencia de Donantes de Madrid, inmediatamente después de que Bush decretase el fin de la guerra de Irak y amenazase con la inminente extensión de la guerra antiterrorista a Cuba, fue la expresión más extrema de la aceptación por Europa del “liderazgo del terror de los EEUU”. También fue la expresión más acabada del capitalismo y de su intrínseca barbarie. Europa había asumido en la Cumbre de Salónica las “razones” del vencedor y toda su doctrina estratégica y militar (Documento Solana).

-El discurso de “aceptación de la crisis” que se está produciendo desde finales de enero implica que la intervención encubridora sobre la “opinión pública” está siendo desbordada por la aceleración de la crisis y la profundización de la Gran Depresión.

En ese sentido el nuevo discurso anticipa la revuelta social para atajarla y confirma el desborde de la realidad por encima de la construcción ideológica de la oligarquía.

-Los conceptos estratégicos y militares fundamentales para la construcción del Imperio (es decir, la implantación de un capitalismo globalizado bajo la égida estadounidense) se definieron meticulosamente en tiempos de la presidencia de Bill Clinton. Su teórica principal, en cuanto a la difusión y activación internacional, fue Madeleine Albright. El origen doctrinal se encuentra, desde luego, en el trabajo continuado del Pentágono.

Dichos conceptos que sirvieron para la destrucción planificada de Yugoslavia: rogue states, estados que apoyan el terrorismo, gobiernos que amenazan a la “comunidad internacional” con la fabricación de armas de destrucción masiva, estados fallidos, aplicación de los métodos de respuesta escalonada, respuesta flexible, y guerra preventiva –incluyendo el primer golpe nuclear-, se están reactivando ahora bajo la presidencia de Barack Obama. En este artículo que trata de la crisis económica es importante recordar el énfasis con el que la señora Albright, cuando hablaba de la “las guerras necesarias”, se refería dos conceptos claves que justificaban la intervención militar como anticipo de la Libertad de empresa : “intereses e intereses vitales de los EEUU”.

En el documento del Pentágono que acompaña al último presupuesto elaborado y presentado por Obama, los gastos de Defensa (por encima de los 700.000 millones de dólares) se han justificado como en los mejores tiempos de Bush. Entre las “amenazas” a las que deben responder los Estados Unidos y las recomendaciones para garantizar la “seguridad de la nación” se repiten las que impulsaban la brutalidad internacional de Bush y se incluyen otras nuevas: “amenazas más letales en estados fracasados o fracturados”, “superpotencias emergentes”, “proliferación de armas de destrucción masiva”, “lucha contra el terrorismo”, “contrainsurgencia”, “los Estados Unidos deben mantener capacidades militares inigualables y voluntad para emplear esas capacidades en defensa de nuestros intereses y del bien común”. Por otra parte, el Pentágono incluye nuevos escenarios y factores de conflictos: el ciberespacio entre los primeros, el cambio climático entre los segundos.


La crisis en la Unión Europea

Del Laberinto griego al laberinto de Zapatero

-La alarma en la Unión Europea se hace pública a mediados de enero. Con anterioridad había estallado la crisis griega y se había hecho pública la dramática situación de las cuentas públicas en países como Irlanda y Portugal. Zapatero en su papel de Presidente de turno había acudido al Foro de Davos en donde se había analizado el asunto de la quiebra griega, la situación similar en España y la necesidad de planes de estabilización controlados rígidamente por las instituciones europeas.

Zapatero viaja a Washington para rendir pleitesía a Obama e intentar que revierta su decisión de no acudir a la próxima Cumbre Unión Europea-EEUU que tendrá que celebrarse en España el próximo mes de mayo.

Zapatero –fiel a su concepción de la política como mera ejercicio teatral vinculada a la “representación” de los intereses de las oligarquías (muy ajustada a la realidad por otra parte)-; considera que la presencia del nuevo presidente norteamericano es su propio momento de gloria, imprescindible para recuperar la credibilidad y afrontar los próximos “compromisos electorales”.

El presidente del gobierno español había promovido su propia campaña para el semestre europeo con el tema; reiterativo, evasivo y ya sobrepasado; de la coordinación de las reformas del sistema financiero que aseguren su control y eviten una nueva crisis.

Zapatero lanza la idea de aumentar la edad de jubilación hasta los 68 años. Tal anuncio vincula la medida a la supervivencia financiera del sistema de pensiones aunque se hace con la mirada puesta en el aumento exponencial de la deuda pública y en el enorme incremento del déficit presupuestario. Detrás de todo ello está el enorme rescate bancario y de la industria automotriz, y el desplome del sistema productivo muy centrado en la especulación inmobiliaria y en el ladrillo.

Los datos sobre la situación económica en la Unión Europea son escalofriantes. Los medios de comunicación colocan sobre el tapete la situación de los países en quiebra; los que denominan pigs, con una sigla que integra las primeras letras de los nombres en inglés de Portugal, Irlanda, Grecia y España. Aparece así un “concepto económico” con connotaciones racistas y eurocentristas.

La “crisis económica catastrófica” penetra así en la Europa de los 25. Hasta el momento se había mantenido en la periferia de los países que pertenecieron a la Unión Soviética o a la Europa del Este y se bañaron a fondo en la quimera capitalista: Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Polonia, República Checa, tras destruir sus sistemas colectivos y vender su enorme patrimonio social a los depredadores internacionales; y en los que esperan turno y examen para integrarse como Ucrania o Eslovaquia y algunos nuevos países de la antigua Yugoslavia. Vuelven a ser operativos conceptos como la “Europa de dos velocidades” o “periferia europea”.

La situación económica de los países del “consorcio de Bruselas” es muy seria para que se vean obligados a jugar con un cinismo tan extremo sobre la propia identidad económico-política de la Unión.

La situación de quiebra simultánea en países como Grecia (12 millones habitantes), Irlanda (4 millones), Portugal (11,5), España (47), Italia (59) y el Reino Unido (61), representa la quiebra global de la Unión Europea como tal. Sin embargo tal situación debe ocultarse. Los métodos son fundamentalmente dos: manipulación estadística; negación de todas y de cada una de las fases de la crisis, de la recesión y de la Gran Depresión que no sólo no ha remitido sino que empieza realmente ahora.

Los EEUU de Obama han servido en bandeja el camuflaje y el discurso ideológico para enmascarar la Gran Recesión Globalizada, la Crisis económica catastrófica a la que ha llevado la dialéctica histórica del capitalismo.

La quiebra en la UE y la quiebra de los “pigs”. El caso español

En el marco europeo, las quiebras de los “estados pigs” han conducido a la exigencia del Banco Central Europeo de que los gobiernos realicen planes de ajuste para corregir sus déficit presupuestarios y atajar el crecimiento de la deuda pública. Aunque los planes de ajuste se presentarán como “planes de rescate” no hay aportaciones dinerarias significativas para mantener salarios y derechos de los trabajadores sino reducción de los gastos sociales.

El plan de ajuste presentado por Zapatero es un auténtico Plan de Estabilización con dos características fundamentales:

1ª.- Como el griego va a estar bajo control directo de las instituciones económicas europeas y del F.M.I.

2ª.- Como un auténtico Plan de Estabilización no está sujeto a término alguno. Pese a lo que han asegurado Zapatero y sus “chicago boys”, Rajoy y los suyos; los economistas neoliberales que pululan por todas las instituciones estatales, bancarias, empresariales; y todos los expertos económicos que imparten cátedras o crean y manipulan la opinión pública, el Plan no cumple plazos cortos como anuncia ZapaRajoy sino “objetivos de estabilización a costa de los trabajadores”. No tiene final previsible. Sus objetivos, muy concretos, son de ajuste presupuestario y de reducción de la Deuda Pública.

Veamos las primeras propuestas de la oligarquía española para los primeros años del Plan de Ajuste8:

-Reducción del gasto público en 50.000 millones de € en tres años: 10.000 millones en 2010. (mutilación de presupuesto ya aprobado y en ejecución). Descapitalización total. Las drásticas reducciones solo respetan el presupuesto de Defensa.

-Plan de Pensiones: Ampliación edad de jubilación. Ampliación período de cotización necesario para consolidar prestación. Ampliación de período de tiempo para calcular el cómputo.

-Congelación de salarios. Se fijan topes de crecimiento muy bajos durante los próximos años.

Los empresarios claman por la “liberalización de los contratos” y por la reducción de sus pagos a la seguridad social.

Al estar sujeto al control de las instituciones de la Unión Europea que van a ejercer la “soberanía económica”, abiertamente y sin tapujos ahora, el Plan requiere de un Gobierno de Concentración presentado como gobierno de unidad frente a la crisis.

El gobierno de Concentración es también una necesidad de la oligarquía económica porque la protesta social, desarticulada pero necesariamente masiva, va a producirse en los próximos meses. Hay pocos países en los que las condiciones materiales se prevéan más duras que las se están definiendo aceleradamente en nuestro país.

En las últimas semanas se ha producido de manera semienmascarada, los tanteos previos para la constitución, a corto plazo, de ese gobierno de concentración. En ese tanteo previo han intervenido el Rey, el Príncipito, el gobierno, los grupos parlamentarios, los barones del PSOE, Rajoy y su camada fascista, la patronal y los líderes sindicales de CC.OO y UGT.

Falsimedia y la crisis

Es importante analizar el discurso común con el que Falsimedia acompañará la crisis.

Los elementos fundamentales son los siguientes:

-Estamos saliendo de la crisis porque los EEUU, la locomotora global, ha salido de la recesión.

-La política económica de Obama es fundamentalmente correcta. Las causas de la crisis son fundamentalmente de “gestión financiera”. No hay crisis sistémica.

-La política internacional de Obama es la política exterior común de la U.E. y el vínculo atlántico que debe mantener Europa.

-Las intervenciones exteriores, vinculadas en EEUU –y en menor grado en Europa-; al gigantesco gasto militar que sigue en crecimiento con Obama (elemento determinante de la crisis), deben ser apoyadas y, en cualquier caso, deben convertirse en “humanitarismo” y deben ser colocadas bajo el epígrafe de “política de paz” o “gastos de solidaridad internacional”.

-Falsimedia reforzará la política exterior de Washington, consolidando como amenazas a la seguridad global aquellas que son definidas como tales por el Pentágono o la secretaría de Estado de los EEUU.

En las últimas semanas uno de los órganos emblemáticos de la Falsimedia global, El País español, ha dedicado un esfuerzo considerable a reforzar en la “opinión pública” las consignas del gobierno de los EEUU.

China, las resistencia afgana e iraki, Irán, han sido demonizados al servicio del Imperio.

Cuba, Venezuela y los países del ALBA han sido objeto de una atención especial. Con Cuba se ha intentado repetir el escenario posterior a la invasión de Irak; a Venezuela se la ha vinculado a una organización guerrillera, las FARC que Washington califica de terrorista.

(*) Antonio Maira es miembro de Corriente Roja


AntonioMariaR@gmail.com


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Antonio Maira (*)


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