Es mentira que esta crisis vaya a dejar alguna enseñanza. Tal vez esa sea la moraleja de más peso y de peor olor si las moralejas oliesen. El castillo de naipes del capitalismo financiero y especulador esta firmado, avalado, por piratas de dos pies y zapatos caros.
Mientras los medios reseñan asombrados como el Gobierno de Estados Unidos acusa al principal banco inversor de ese país, Goldman Sachs de la crisis y de engañar a sus clientes, “distorsión y ocultación grave” son los términos empleados en la demanda.
Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 2001 arremete contra los bancos y su ley de la selva financiera. El sistema se inventa medios de control que son una farsa, porque el capitalismo es un juego de póker, “truco” para los argentinos, en el que quien engaña y más aguanta gana.
Los bancos engañaron y se les rescató con dinero público. Hoy Grecia tiene a su alcance un prestamo a intereses infinitamente más onerosos que los de las ayudas a los bancos, y los que van a sufrir las consecuencias serán los griegos.
Todo el mundo callado. Debajo del iceberg Goldman Sachs están miles de ejecutivos “very nice” con posgrados en cualquier cosa que se mueva que deberían estar presos.
Aquí nadie dejó de especular ni de ganar plata. Los políticos ponen cara de póker ante la crisis, los que tienen el poder, los banqueros, lo juegan. La diferencia entre los primeros y los segundos es que los políticos no saben donde están parados, mientras los banqueros sí; la baraja es de ellos y además reparten las cartas (marcadas).
Pero el enemigo es el islamismo radical, no nos olvidemos, que por cierto no presta dinero con interés siguiendo las enseñanzas de Aristóles en Política.
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