Del 25 al 27 de mayo pasado se celebró en Caracas el Segundo Congreso de la Unión Nacional de Trabajadores, organización constituida en el 2003 con el objetivo de que se convirtiera en la gran confederación de trabajadores bolivarianos que terminara de sepultar al sindicalismo corrupto y entreguista de la CTV , abriendo nuevos rumbos de lucha y transformación para la clase obrera venezolana.
Suscribimos en todos sus puntos lo ya expresado públicamente por los delegados que nos quedamos hasta el final en dicho congreso, aspectos ratificados masivamente el pasado viernes 23 de junio en la asamblea nacional de delegados sindicales que se reunión en Parque Central.
La disputa al interior de la Unión Nacional de Trabajadores forma parte de la lucha del pueblo organizado en contra de la burocracia pseudo-revolucionaria que se ha apropiado del proceso bolivariano. Esta situación ya la caracterizamos desde comienzos del 2002. La revolución venezolana transcurre en dos niveles muy separados: por arriba una burocracia reformista y conservadora que usufructúa las consignas y las aspiraciones genuinas de cambio del pueblo, y por abajo un pueblo bastante desorganizado que ha mantenido vivo este proceso en sus momentos críticos, como el 13 de abril y el paro petrolero.
La ausencia de sólidas organizaciones clasistas en el seno de los trabajadores venezolanos permitió, desde 1998-99, que la representación de los obreros bolivarianos fuera usurpada por personajes que en estricto sentido no representan a nadie en el seno de la clase obrera venezolana. Algunos provenían de organizaciones de izquierda, pero otros de la misma derecha adeco-copeyana (como es el caso de Franklin Rondón y Marcela Máspero, los más pitados y repudiados entre los delegados del Congreso de la UNT ). En todo caso, provengan de donde sea, comenzaron a actuar como buenos burócratas sustituidores de los verdaderos líderes de los trabajadores. Repitiendo como loritos las consignas revolucionarias y los lineamientos del presidente Chávez, se apoderaron de espacios burocráticos como el Ministerio del Trabajo, en donde esta burocracia sindical se hizo muy fuerte gracias al pleno apoyo de María Cristina Iglesias.
Con el cuento de ser los representantes de los trabajadores, la nueva burocracia sindical chavista logró un número considerable de diputados en la nueva Asamblea Nacional (entre principales y suplentes), representación que no fue consultada con los sindicatos y federaciones. Una muestra de viveza revolucionaria, nada distinta de las componendas partidistas de la cuarta república.
Igual situación ha ocurrido en la UNT. El apoyo que Iglesias le prestó a Máspero durante su gestión ministerial ha permitido que una insignificante tendencia socialcristiana se convierta en importante contendor por la dirección de la UNT. Detrás del respaldo a Máspero se ocultan todos los sectores reformistas y conservadores que se oponen a una verdadera revolución, que desean construir una central de trabajadores que cumpla el mismo papel de la CTV , de intermediaria y contenedora de las luchas obreras.
La nefasta influencia de algunos sectores fundamentalistas cubanos, ha revivido con 70 años de atraso el debate entre estalinistas y trotskistas, algo que en Venezuela se había superado desde los años 60. Con el cuento del coco, que en este caso el coco son los supuestamente peligrosos trotskistas, encabezados por Orlando Chirino, la burocracia ha levantado todo un discurso descalificador, con acusaciones bastante graves hacia los líderes revolucionarios de los trabajadores, a quienes se les pretende vincular al chavismo sin Chávez.
Ciertamente la tendencia mayoritaria en el seno de la UNT está dirigida por algunos dirigentes de tendencia trotskista, como Chirino y Stalin Pérez, de larga e insigne trayectoria como luchadores revolucionarios en el seno de la clase obrera de Carabobo. Pero aquí en el Zulia, en los cuarenta y tantos sindicatos que se agrupan en la Fuerza Unitaria de Trabajadores Ezequiel Zamora (FUTEZ, integrante a nivel nacional de CCURA), no hay un solo militante trotskista, y eso no ha impedido que nos acusen de lo mismo que acusan a Chirino y demás camaradas de la tendencia clasista y revolucionaria.
Nosotros respondemos con la consigna al revés: CON CHÁVEZ, SIN EL CHAVISMO BUROCRÁTICO. Quienes sabotean la revolución son precisamente quienes impiden que los trabajadores venezolanos puedan tener una representación legítima.
Los trabajadores zulianos hemos sido víctimas de los manejos de esta burocracia que muy bien puede calificarse de neoadeca, por el tipo de trampas y componendas que ejecuta para conservar el control de la UNT.
El 4 de diciembre de 2004, una gran asamblea de trabajadores constituyó en Maracaibo la UNT-Zulia , cuyos documentos respectivos fueron introducidos ante el Ministerio del Trabajo en Caracas el 18 de febrero de 2005, avalados por 26 sindicatos zulianos. Este ministerio no respondió hasta el mes de octubre, cuando dictó un auto rechazando nuestra inscripción como federación de trabajadores, ordenándonos cambiarle el nombre a la UNT-Zulia. En otras palabras, el mintrabajo nos sacaba de la UNT , y nos obligaba a inscribir nuestra federación con un nombre distinto.
El argumento de fondo utilizado por el mintra y por algunos dirigentes de la UNT (como Máspero y Piñate) para rechazarnos, era que en la directiva de la UNT-Zulia no figuraban los burócratas pseudo-dirigentes de la FBT en el Zulia, personajes oscuros que ni siquiera asistieron al congreso nacional de la UNT , no movilizaron sindicato alguno para dicho congreso, y se mantienen permanentemente al margen de la lucha de los trabajadores en el Estado.
Los cuarenta y tantos sindicatos que se agrupan en la Fuerza Unitaria de Trabajadores Ezequiel Zamora (FUTEZ, integrante a nivel nacional de CCURA), tuvimos que realizar una maniobra y acordar con sectores provenientes de la derecha golpista (sector de Froilán Barrios que ahora se dicen chavistas) y de la derecha bolivariana (sector de Máspero), para poder lograr que el Ministerio del Trabajo nos quitara el veto y nos legalizara, por fin, la UNT-Zulia , luego de la masiva asamblea de trabajadores que realizamos el pasado 29 de abril en el Comando de la Av. La Limpia, en Maracaibo. La UNT-Zulia ha nacido finalmente, y más del 75 % de los sindicatos que la conforman están agrupados en la FUTEZ-CCURA .
De esa forma superamos el veto que la burocracia del mintra nos había colocado, acusándonos de ultraizquierdistas, y otras acusaciones totalmente infundadas. Debido a esa alcabala de la burocracia, durante año y medio, los trabajadores en el Zulia no tuvieron representación legal. Esta situación vivida en el Zulia es demostración clara y palpable de las prácticas neoadecas que desarrolla la burocracia chavista. La responsabilidad por la destrucción de sindicatos bolivarianos ocurrida en estos últimos años, producto de la arremetida antiobrera de patronos privados y de instituciones del Estado, hay que buscarla en ese vacío de dirección que provocaron los burócratas, principalmente Iglesias, Máspero y Piñate, los principales enemigos de que se legalizara la UNT-Zulia (para no mencionar una serie de funcionarios subalternos en el propio min-trabajo, y que ahora son quienes lo dirigen).
En este tiempo perdido fueron destruidos, con la complicidad del ministerio del trabajo, los sindicatos de trabajadores camaroneros del Sur del Lago y de Perijá, y han sido colocados al borde de la extinción sindicatos como el de la vigilancia privada en Maracaibo, el de los trabajadores contratistas de Hidrolago, el de los trabajadores del aseo urbano de Maracaibo, y algunos otros. De igual forma, se entrabó el desarrollo del sindicato bolivariano en la empresa Coca Cola, y se colocó en la ilegalidad por razones injustificables- al sindicato bolivariano de Canalizaciones.
Aún hoy en día, a pesar de que el Ministerio del Trabajo en Caracas ha legalizado, con fecha 23 de mayo de 2006, a la Federación de Trabajadores UNT-Zulia, la burocracia pseudo-chavista continúa impulsando una campaña para desconocer el liderazgo de la FUTEZ-CCURA. En el mintra Zulia, tanto el coordinador de zona como la inspectora jefe de Maracaibo siguen diciéndole a nuestros camaradas sindicalistas que mientras se mantengan vinculados a esta tendencia revolucionaria sus diligencias no tendrán mayores posibilidades dentro del ministerio.
Esta campaña, que se desarrolla tanto por parte de los jefes del sindicalismo burocrático chavista como por parte de los funcionarios del mintrabajo, presiona a los sindicatos clasistas para que abandonen a la tendencia revolucionaria del FUTEZ-CCURA, y se plieguen dócilmente a los mandatos del grupo Máspero y de la FBT Cualquier parecido con las prácticas de los adecos en la cuarta no es pura casualidad.
Hasta dónde va a llegar la paciencia de los trabajadores, no lo sabemos. Pero creo que las cosas tienen un límite. Seguir pretendiendo que personajes sin ningún compromiso práctico con las luchas obreras sigan imponiéndose como supuestos jefes de la clase obrera en el Zulia, que sean incluso diputados, que usufructúen para su beneficio personal una representación que ningún grupo de trabajadores les otorgó, sólo por el hecho de pertenecer al MVR y estar apoyados por el cogollo de la burocracia chavista zuliana, es un elemento que tensa la cuerda hasta el máximo, y más temprano que tarde va a reventar.
Creemos personalmente que, luego de concluido el proceso reeleccionario del presidente Chávez, se abrirá la puerta para una lucha frontal de los trabajadores y de todo el pueblo organizado para expulsar a los falsos revolucionarios que permanecen al frente del proceso bolivariano.
Las pitas y abucheos masivos que sufrieron Marcela Máspero y Franklin Rondón en el Congreso de la UNT son solamente la punta del iceberg de lo que está por reventar en el seno de los trabajadores. Ya el pueblo organizado no está dispuesto a seguirse calando que una camarilla de dirigentes mediáticos sustituya a los verdaderos líderes sindicales de base. En enero de 2007 no habrá excusas para debatir y ejecutar en el seno de la UNT un programa agresivo de defensa de los derechos laborales de los trabajadores, y de profundización de los procesos de control obrero y participación de los trabajadores en la dirección de las empresas. No habrá excusas para realizar elecciones democráticas y constituir por fin una representación legítima de los trabajadores venezolanos.
Si la burocracia se vuelve a colocar de espaldas a estas exigencias, los trabajadores le pasarán por encima, ocuparán las fábricas, ocuparán las instituciones, e impondrán su poder desde las asambleas de base, rememorando la experiencia revolucionaria de los soviets y consejos obreros de la Europa de hace 90 años. Ese es el camino que debe transitar la clase trabajadora en Venezuela, para convertir en realidad el proyecto socialista que ha enunciado el presidente Chávez.
Roberto López Sánchez es miembro asesor del Comité Ejecutivo de la UNT-Zulia e integrante del Movimiento 13 de Abril - Proyecto NuestrAmerica (M13A-PNA).
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