Detrás de la agresión a los trabajadores de un hospital en Buenos Aires



Todo indica que detrás de los actos de violencia vividos el martes 10 de octubre en las instalaciones del Hospital Francés, de Buenos Aires, merodea una amplia operación política y financiera-comercial, que involucra a altos funcionarios del gobierno nacional, de la Capital y de la burocracia sindical, de la que participan en calidad de gestores directivos del propio Hospital.
No es un hecho casual que la organización de la agresión a los trabajadores fue calculada con sigilosa premeditación para crear una situación de caos interno con repercusión mediática y política. Para ello se aprovecharon de un hecho desgraciado de la realidad del conflicto: los trabajadores fueron divididos hace meses entre los que condenan el vaciamiento del nosocomio y la intervención y aquellos que han sido convencido de que la mejor salida a la crisis es una mayor privatización y control de los interventores. Aunque la mayoría está dentro de la primera posición, por eso solicitan la estatización inmediata para salvar el hospital al servicio de la sociedad. Ellos se apoyan en la proclama del presidente Kirchner, dicha en febrero de este año: 'El Hospital Francés debe ser un hospital para todos'. Parece que el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, un privatizador de la primera hora menemista, no acepta la frase del presidente, porque es el principal interesado en que el Hospital se mantenga en el estado actual.
Todos los datos fácticos de la agresión dentro del Hospital, y los políticos fuera, confirman que fue organizado por un sector del gobierno nacional y del Partido Justicialista de la Capita Federal. La ejecución de "la tarea sucia" fue encargada a una fracciòn de interés específico de la burocracia sindical cegetista, la que a su vez usó sus mejores instrumentos humanos cuando se trata de aplicar métodos fascistas a los conflictos sociales: los patovicas y barrabravas.
Como señaló a este reportero el diputado de izquierda Carlos Tinnirello, a quien un barrabrava le rompió la cabeza con un ladrillo de mármol: "No tengo duda que la orden política se armó en las oficinas de Alberto Fernández, pero fue operada de tal manera que todas las instituciones fueron ordenadas para que se llevara a cabo sin ninguna contemplación"

¿Cómo se verifica esta hipótesis, diputado?

"Muy simple –responde el diputado Tinnirello: todos los organismos funcionales de la Justicia, especialmente la Fiscalía, la Policía Federal, la Gendarmería, la SIDE y el Legislativo, actuaron en fila, como si lo hicieran bajo una misma orden: No intervenir en el conflicto. Todos se tiraban la pelota. Un juez nos contestó, por ejemplo, que eso era un asunto del Ministerio del Trabajo porque era de orden laboral, desconociendo que mi cabeza esta rota y que yo soy diputado federal, que un cronista de Radio América fue golpeado salvajemente, que otros periodistas fueron agredidos y sus materiales secuestrados y sobre todo que las instalaciones centrales del Hospital fueron invadidas, ocupadas por la fuerza, desocupada una asamblea del gremio y golpeados sus trabajadores y trabajadoras".

A lo anterior habría que agregar que la gran prensa comercial fue parte de la operación, a su manera: Difundían sólo los hechos de violencia que consituían "noticia de actualidad" ocultando las causas y funcionarios gubernamentales interesados detrás de las causas de esa noticia.

"Todo el mundo sabe –agrega Tinnirello– que Alberto Fernández, mano derecha del presidente Kirchner, es parte interesada en este conflicto y en los negocios del Francés, desde su posición dominante en la consultora que maneja sus fondos, como se puede verificar por su anterior cargo ejecutivo en el BAPRO, la entidad que manejaba al Francés, desde la cual se planificó su vaciamiento progresivo".

Diputado: ¿Y a qué atribuye la imagen fotográfica publicada por una parte de la prensa nacional de Kirchner con el barrabrava más agresivo que participó ayer?

Y creo –responde Tinnirello– que ahí está representada la burocracia sindical y las mafias parapoliciales que le sirven a sectores del gobierno y por supuesto a los interventores. ¿Acaso no fue evidente para todo el mundo cuando ellos gritaban que estaban ahí (en el Hospital) para defender al Interventor José Salvatierra? ¿No es más que evidente la cuidadosa operación policial para blindar la acción criminal de los barrabravas? O los policías de civil que pululaban en los alrededores y en los jardines del Hospital, o la negativa a atender a los abogados y diputados que nos queríamos comunicar con funcionarios del Ministerio del Interior, de Casa Rosada, de la Justicia. Esa es la realidad de los hechos.

¿Y cuál es la disputa de fondo?

Yo creo, que además de algún ajuste entre ellos a nivel político, para el que usan el conflicto del Francés, está el centro del asunto que es la utilidad del hospital, o sea, ellos lo quieren vaciar para privatizarlo más de lo que está, como se encargó de aclararlo hoy en la prensa, el Interventor José Salvatierra y el director Walter González. Del otro lado, están los trabajadores y quienes los acompañamos, que solicitan la estatización del hospital que la frase del presidente "Un hospital para todos" sea una realidad y no una falacia más.

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Modesto Emilio Guerrero

Periodista venezolano radicado en Argentina. Autor del libro ¿Quién inventó a Chávez?. Director de mercosuryvenezuela.com.

 guerreroemiliogutierrez@gmail.com

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