El 28 de octubre, exactamente a los 180 días establecidos por el decreto de nacionalización, se firmaron los nuevos contratos de las multinacionales petroleras. Estos están muy lejos de la participación en los beneficios del 82% que fijaba el decreto del 1º de mayo. La masacre de mineros en Huanuni, los rumores de golpe, las manifestaciones de la COB, la parálisis de la Constituyente, los "movimientos cívicos" separatistas de la oligarquía de Santa Cruz y las crisis ministeriales, fueron hechos que se precipitaron en las últimas semanas y que mostraron las tremendas presiones que sacuden al gobierno de Evo.
El sábado 28 de octubre las multinacionales Petrobrás, Repsol YPF, la francesa Total, la norteamericana Vintage, Chaco, British Gas, Andina, Matpetrol, Canadian Energy, Dong Won y Pluspetrol, firmaron con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Se llegó a estos nuevos contratos después de una dura negociación, mutuas amenazas y a una crisis en el gobierno de Evo que llevó a la renuncia del ministro de Hidrocarburos Andrés Solís Rada en desacuerdo con las negociaciones. La presión más fuerte provino del gobierno de Lula que actuó como mandadero de las multinacionales, incluyendo a Petrobrás que, lamentablemente, está también asociada a las multinacionales imperialistas. Evo Morales protestó por esto, diciendo que si él fuese Lula, hubiera regalado las refinerías de Petrobrás a Bolivia.
Para Bolivia "lo que sobre"
El presidente de Petrobras, Sergio Gabrielli, dijo que la empresa firmó porque este acuerdo es más ventajoso para la compañía que lo previsto por el decreto de nacionalización y que no obliga a hacer nuevas inversiones. "Antonio Brufau, presidente de Repsol-YPF dijo que la petrolera hispano-argentina tendrá una "buena" rentabilidad con el nuevo contrato... explicó que este acuerdo "no habla tanto de impuestos sino de cómo compartir la producción. Hay una primera parte, en la que el 50% de la producción es del Estado y en el resto hay mecanismos para cubrir costos, darle rentabilidad al capital y, lo que sobre, devolverlo al Gobierno" (www.americaeconomica.com).
El gobierno admitió no sólo que no obtendrá el 82% de los ingresos generados en los campos de hidrocarburos por la "nacionalización" del sector, sino que las petroleras empezarán a pagar aportes adicionales después que hayan amortizado sus inversiones y en función a las condiciones de explotación. El ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, reconoció que las petroleras pagarán al estado un "porcentaje indeterminado" y que las cargas aplicadas por la "nacionalización" sólo se harán efectivas hacia 2011.
Aunque aún no se conocen los detalles del acuerdo, y debe ser aprobados por el Congreso boliviano, indudablemente, de ser aprobados, significan un paso atrás respecto al decreto de nacionalización del 1º de mayo, que ya, a su vez, era una nacionalización a medias. Por otra parte, se firmó con Petrobrás sin que haya acuerdo sobre el precio de los 26 millones de metros cúbicos de gas por día que importa Brasil, lo que, con el contrato firmado, deja a Bolivia a merced de Petrobrás que compra en Brasil lo que produce su sucursal boliviana.
"La agenda de octubre"
Evo Morales ganó el gobierno con el 54% de los votos, aplastando a todos los viejos partidos, como subproducto de las insurrecciones populares del 2003 y del 2005 que derrocaron a Sánchez de Losada y a su sucesor, Carlos Mesa. Este proceso revolucionario tuvo un programa muy claro: nacionalización de los hidrocarburos y asamblea constituyente soberana, originaria, "refundacional". El tercer reclamo de masas, que tiene una importancia social similar o superior a los anteriores, es la reforma agraria, en un país con el 80% de la tierra en manos de la oligarquía y centenares de miles de campesinos sin tierra y ex campesinos desocupados en los cinturones de miseria urbana. El campesinado pobre es la principal base electoral del MAS.
En mayo, con los decretos de nacionalización parcial de hidrocarburos y reforma agraria, el gobierno logró su máxima popularidad, llegando al 80% de apoyo. Pero con el correr de los meses se ven las enormes limitaciones y contradicciones de su política.
La constituyente está semiparalizada. La oligarquía la boicotea y exige que no se resuelva nada, que la constituyente se subordine a los otros poderes. El MAS la proclamó "originaria" (soberana), pero el gobierno sigue negociando con los oligarcas del partido Podemos. La "nacionalización" parece que queda "en el papel" como alertara Andrés Soliz Rada.
La reforma agraria tampoco avanzó. Cuando se anunció, los campesinos se la tomaron en serio y comenzaron a tomar tierras. Pero el MAS y el gobierno los frenaron. También buscan negociarla con la oligarquía. En este momento hay marchas de indígenas de Oriente hacia La Paz reclamando tierras.
Y el mes pasado el gobierno tuvo un choque con sectores de campesinos cocaleros, la policía mató 2 campesinos, porque también quería limitar los cultivos de coca, como exigen los yanquis. En el 3º aniversario de la insurrección obrera y popular del 2003 un gran acto de la COB en Oruro, con 10.000 personas, con un gran número de mineros, le recordó al gobierno estos compromisos. "Varios de los oradores en el mitin de la Avenida Cívica demandaron del gobierno del presidente Evo Morales cumplir con la agenda de octubre, restituyendo al dominio estatal las empresas petroleras, mineras y de servicios que fueron privatizadas y entregadas por el neoliberalismo, así como para establecer el control absoluto del Estado sobre los recursos naturales en directo beneficio de los bolivianos y ya no de las transnacionales, como ocurre hasta ahora con el gas, los minerales, el transporte, las telecomunicaciones, la energía y la tierra" (www.econoticiasbolivia.com).
¿Adónde va Evo?
El proyecto de Evo Morales y de su vice, García Linera, de "capitalismo andino" negociando con la oligarquía, es incompatible con el programa revolucionario que exigen las masas, la llamada "agenda de octubre". Esta forma de gobernar es la que entra en crisis a cada paso. No se puede quedar bien con todos. Jamás se podrán realizar estas demandas populares, ni siquiera parcialmente, en acuerdo con la oligarquía, los capitalistas y el imperialismo.
La oligarquía no traga a Morales porque es un indio, porque es demasiado presionable por las masas. Y las masas toman en serio sus discursos incendiarios y exigen soluciones y que cumpla sus reclamos.
El resultado de esa política de Evo es que la oligarquía levanta nuevamente cabeza, haciéndose fuerte en Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, los cuatro departamentos donde se condensa la riqueza petrolera y gran parte de la agraria. Es altamente improbable que se jueguen a un intento de golpe inmediato porque saben que la reacción de las masas sería aplastante. Dirigentes cruceños han hablado de la "República de Oriente". Esto por ahora es también un arma de presión. Pero, como el gobierno de Morales cede una y otra vez, cada vez se envalentonan más.
Los obreros, campesinos y pueblo pobre boliviano han demostrado tener una fuerza inmensa con su movilización. Tendrán que volver a usarla, independientemente de las directivas de Evo y el MAS. La única forma de avanzar es la movilización por la reforma agraria, ocupando las tierras de la oligarquía, ocupando los yacimientos, con el control obrero de las minas, como lo hacen heroicamente los mineros de Huanuni, exigiendo a la asamblea constituyente que cumpla el mandato popular, con la movilización de campesinos e indígenas también en Santa Cruz, reducto de la oligarquía.
Movilización para que no se firmen los acuerdos con las multinacionales, que si no aceptaron el 82% para el Estado, entonces que pasen íntegramente al Estado sin indemnización, es decir la nacionalización total como lo vienen exigiendo los mineros, los maestros y la COB, Esta es la única forma recuperar las riquezas de los bolivianos, de quebrarle el espinazo a la reacción antipopular y proimperialista y avanzar a una salida obrera, popular y campesina a la crisis histórica del país.
*El Socialista, Argentina. mlamas@elsocialista-mst.org
Esta nota ha sido leída aproximadamente 3881 veces.