Comprender la coyuntura actual del problema de los sueldos y salarios en Venezuela no es sencillo, en virtud de que la crisis económica del país tiene elementos muy particulares y complejos, con debilidades que provienen del mal manejo del gobierno nacional y con amenazas derivadas de las sanciones y bloqueos contra el país, sumado a la pandemia. Empecemos por tratar de explicar los términos sueldo, salario e ingreso para profundizar en el tema en cuestión, estableciendo sus diferencias: el sueldo es la retribución que recibe mensualmente un trabajador por las funciones que desempeña en su puesto de trabajo, esta retribución es pactada mediante un contrato de trabajo, con una duración determinada. El sueldo es una cantidad fija que se calcula bajo unas premisas e incentivos regulados; mientras que el salario es una cantidad variable, que una persona recibe como consecuencia de realizar un determinado servicio, el cual se concede de forma regular cada cierto período de tiempo, puede ejecutarse mensual, quincenal, semanalmente o incluso diariamente, el monto del pago está usualmente determinado por una relación de trabajo por hora. El ingreso es la remuneración que se percibe regularmente por cualquier concepto por realizar alguna actividad; es decir, es el dinero ganado que se obtiene por la suma de todos los salarios, beneficios, intereses, y otras formas de beneficios, por lo general se calculan mensualmente. En Venezuela, es costumbre, por parte del presidente decretar incremento salarial en el Día del Trabajador, por consiguiente hoy el salario mínimo integral está ubicado en 10 millones de bolívares (equivalente a más de 3 dólares mensuales, según la variación del dólar criminal). Este aumento proviene de la suma del salario base que son Bs. 7MM más cesta tickets en Bs. 3MM, configurando todo lo que llamamos el ingreso mínimo legal de Bs. 10 MM, lo que significa un incremento casi del 300%, pero que debido a la alta tasa hiperinflacionaria, a los factores internos y externos, no alcanza ni para comprar un kilo de carne. Este salario, según el INE, cubre un universo de casi 19MM de personas (14MM de trabajadores activos y 5MM de pensionados), equivalente al 63% de la población, el otro 37% incluye menores de 15 años de edad, más un millón de personas desempleadas y unas 347.170 que según este órgano corresponde a los patronos. El salario en Venezuela se ubica dentro de los más bajos del mundo, lo que ha obligado a trabajadores de la administración pública a renunciar, o a emigrar, buscando un mejor sustento para su familia.
El nuevo ministro para la Educación (antes del Trabajo), Eduardo Piñate, apoyando la nueva medida salarial, dijo a los maestros del país que deben estar agradecidos porque la gente se alimenta y compra lo mínimo con 5MM de Bs., ya que de lo contrario no se podría comprar nada. La gratitud, el ministro la plantea como que si los maestros deben agradecer al gobierno el pago de la remuneración y no a la inversa, pues la obligación como patrono no solo es la de pagar sino la de agradecer a su trabajador porque gracias a él se mueve la economía. Es el gobierno quien debe agradecer a los maestros, médicos, enfermeras y a todos los trabajadores de la administración pública tanta resistencia por sobrevivir a un salario que, en virtud de su ineficiencia y mala asesoría económica, no ha podido reivindicar a la clase trabajadora. El ministro debe saber que el salario de un maestro con respecto al ingreso que él devenga, ubica al primero en pobreza extrema. El Banco Mundial define la pobreza extrema como las personas que viven con un ingreso de 1,90$/día; esto significa que estaría faltando 27$/día para estar en la posición de pobreza extrema, pero como la proporción es de un poco más de 3$/mensuales, estamos en la ultrapenuria —este término es propio, no corresponde al BM—, sería el estado que sucumbe a la pobreza, cuando las personas no pueden satisfacer NINGUNA necesidad básica vital, ya que en el estado más bajo de pobreza, que es la pobreza extrema, las personas no pueden satisfacer varias de sus necesidades vitales básicas. El BM debe revisar los tipos de pobreza por esta situación tan particular que ocurre en Venezuela. Los maestros venezolanos son los asalariados más pobres del continente; ni siquiera un Docente VI supera los $4. En Cuba, un docente gana $210; en Bolivia $725. Las compensaciones que hace el gobierno a través de los bonos, son paliativos para superar la crisis, pero no inciden en las prestaciones sociales. Ahora bien, mientras la mayoría de los maestros devengan un salario mínimo, el ministro obtiene un ingreso superior mensual al de mis maestros y al de los demás trabajadores. Según el tabulador base por cargo de responsabilidad los ministros tienen un sueldo de Bs. 31.360.000,00., sin contar otros beneficios, como dietas, sobresueldos, gratificaciones, bonos, bono vacacional, bonificación de fin de año, viáticos y asignaciones monetarias o en especies de cualquier naturaleza, un ingreso total mensual que cubre las necesidades básicas cosa que no ocurre con el salario mensual de un maestro u obrero. Otros beneficios que tienen los ministros son personal de seguridad (que lo paga el Estado), vehículos con gasolina para movilizarse (sustentado por el Estado); mientras que los maestros no tienen guardaespaldas, y si tienen vehículo les costará obtener la gasolina, otros se van caminando hasta sus sitios de trabajo porque no pueden pagar un pasaje.
Hay una gran diferencia entre el ingreso mensual de un ministro y el salario mensual de un maestro o de cualquier profesional de la administración pública. Obviamente, entre el ingreso de Piñate y el salario de mis maestros, los trabajadores asalariados aspiran el ingreso de Piñate; pero no con el cargo de ministro, sino como trabajador de la administración pública por ser más satisfactorio. Cada uno tiene responsabilidades importantes y dignas: uno educa y el otro coordina. Existe una división de clase que seguirá marcando la diferencia y que será difícil romper con el sistema capitalista, en virtud de que quienes asumen altos cargos jerárquicos aún mantienen la ideología burguesa y la distinción de clase. También hay diputados alejados de la realidad que entorpecen una salida viable para reivindicar el salario. Existe una propuesta de indexarlos planteada por el equipo de la Econ. Pascualina Curcio, pero el presidente de la Comisión de Economía de la AN ha denigrado la propuesta por considerar que esta idea carece de legitimidad y es un disparate debido a que el país ha sido arruinado en su economía, por no contar con los ingresos necesarios. Sin embargo, el país ha sido arruinado en su economía por esos factores internos y externos que mencioné anteriormente, y es muy lamentable que esta propuesta ni siquiera se considere porque estos cuadros no tienen capacidad para escuchar, ni capacidad para debatir reconociendo que se está equivocado y tampoco tienen la virtud para solicitar consejos a los que más saben. Curcio afirma que la inflación la está causando el ataque al bolívar, principalmente el lado de los costos; para Farías lo genera los incrementos de la clase obrera —pero no los incrementos a ministros y diputados, los cuales son más altos—. Insiste Curcio en la necesaria indexación general de la economía para armonizarla, mientras se resuelve el ataque al bolívar, para ello plantea que los salarios y el presupuesto público de gastos se ajuste automáticamente cada vez que aumenten los precios por factores externos. La única manera de incrementar y ajustar el gasto público y los salarios es aumentando la cantidad de dinero, estos se nivelan a la misma velocidad y de manera automática que lo están haciendo los precios. Al aplicar la indexación de la economía habrá más ceros a la derecha cada vez que ataquen el bolívar. De aprobarse la ley pro burguesa LOZE que ampara al sector privado, la clase burguesa empresarial continuará aumentando los precios de los productos y éstos seguirán superando los salarios.
Con ministros y diputados que justifican el incremento salarial que llevan a la clase obrera a un estrato de ultrapenuria y que están en contra de otras alternativas en pro de los trabajadores no será posible alcanzar la mayor suma de felicidad posible: el proyecto bolivariano. Es el ímpetu revolucionario el que nos lleva a plantear la lucha por la transformación necesaria y la batalla contra las condiciones existentes, por eso nos tildan de izquierdistas trasnochados. Más vergonzoso es aliarse al capitalismo salvaje contra el proletariado. Por ahora, parece imposible una desaparición absoluta de las desigualdades sociales, pues en una sociedad capitalista debe empezar por la desaparición de la propiedad privada, de la división del trabajo y la producción mercantil. El socialismo necesita de hombres y mujeres revolucionarios que se han formado de acuerdo a un principio humanista. Su economía deberá estar orientada hacia la satisfacción de las necesidades de todos los individuos. Se extinguirá la sociedad de clases cuando, tanto la burguesía como el proletariado y demás estratos sociales, lleguen a la igualación universal bajo el principio marxista de "a cada quien según sus capacidades; a cada quien según sus necesidades". Una vez lograda la superación de la división de clases sociales, la guerra desaparecerá, el futuro se vislumbrará de paz y en un mundo humanizado realmente posible.