Este artículo es un llamado, una moción de angustia.
Cuando uno lee esta noticia en aporrea.org: http://www.aporrea.org/trabajadores/n136908.html sobre el caso de estos extrabajadores de Anaco y se tropieza periódicamente con una parte de ellos en la Plaza Caracas lo primero que uno se pregunta es qué está pasando con estos compatriotas y sus familiares. Y si te dispones a conversar con los que allí están, lo primero que logras aprehender es la generalidad de nuestro pueblo con toda su confianza, tenacidad y nobleza.
Ellos son un reflejo de que algo anda mal en nuestro proceso, muchos de ellos se reclaman protagonistas y actores de lo que vivimos y de los cambios que se han dado. Se siente y puedes ver como en una película su actuación en los días más tenebrosos, pero al mismo tiempo más revolucionarios de la jornada histórica del 2002 y principios del 2003. Ellos son parte de los que hicieron posible de que estén lo que están en las instituciones del gobierno, independientemente que hoy atentan contra su calidad de vida, que en el fondo fue el sentido de su lucha en aquel momento y es parte de su continuación ahora. En esencia lo anterior es lo que se pide que se entienda: la razón de ser de todo proceso de cambio con todas sus distorsiones y contradicciones.
En la primera impresión, se puede apreciar que no son hombres de dirección y que sí en estos momentos son objeto de una manipulación mediática, algo que no creo, se les puede ver en sus ojos un blindaje en sus reflejos de clase explotada. Blindaje, que estoy seguro que la totalidad de las personas o autoridades de las instituciones del gobierno también han vistos en el momento en que se han visto obligados a atenderlos.
Por eso, más allá de disparar juicios contra nadie, la pregunta obligada: ¿Qué está pasando con ellos?
No se puede concebir que en un proceso revolucionario en curso no se consiga una formula para actuar radical, revolucionariamente en este caso. A quién va dirigida la actuación de un gobierno de transición socialista cuando, precisamente, su estabilidad la garantiza este tipo de luchas que en el fondo tienen cuestionamientos serios contra contratistas mafiosas y gerencias de empresas del estado que hacen manejos dolosos con los recursos del pueblo.
Es verdad, la lógica del capital de manera natural destruye nuestros hombres y mujeres en funciones de dirección en el gobierno, esta cuota se paga en todo proceso de transición y va producir muchas luchas debido a la ineficacia de toda gestión inmersa en la cultura gerencial predominante. Luchas que de manera objetiva llevan agua al molino de la derecha conspirativa y que contribuyen irremediablemente a que recuperen los espacios que han perdido, a menos que actuemos cabalgando transparentemente esas luchas, como nuestras luchas y a favor del proceso: o es que acaso no nos hemos percatado que detrás de cada lucha, lo primero que tenemos que precisar es si en su fondo no hay un reflejo de confrontación de clase. Que en nuestro proceso, por los cambios producidos, no solo es contra el burgués, sino también contra aquellos burócratas que usufructan el estado, que es dinero del pueblo, y que son más peligrosos por que ya se iniciaron en la acumulación privada de capital mas distorsionada y atípica que se da en todo proceso de transición.
Convenzámonos, eso trabajadores y sus familias son proclives a la Revolución y lo han demostrado: ¿Quién quiere, conscientemente o inconcientemente, que los perdamos?
Nuestra revolución milita con los explotados del mundo, porque ellos son el Huracán, la gasolina que le pone movimiento de manera natural, de clase. La tarea de las direcciones revolucionarias y que tienen responsabilidades de gobierno es empalmar con esa direccionalidad natural: no respetar ese rumbo es perdernos.
Compañeros de Anaco manténganse en su rumbo natural, ese que les da su condición y reflejos de clase.
