Los BRICS y la traición de Lula a Venezuela y Chávez

Diplomática, sin dudas, ha sido la respuesta del Presidente Nicolás Maduro a quienes esperaban que éste, en su programa de los lunes, dilucidara la causa del veto de Lula a Venezuela en la pasada cumbre de los BRICS en Rusia. Dijo Nicolás: «No estoy dando ninguna noticia cuando digo que Itamaraty (la cancillería brasileña) ha sido un poder dentro del poder en Brasil». Y añadió, a continuación: «Todas las escuelas diplomáticas de Brasil, fueron instaladas e influenciadas por el Departamento de Estado de Estados Unidos, eso ha sido así siempre». ¡Una gran verdad, sin dudas! Itamaraty [la Cancillería brasileña] «siempre conspiró y puso trabas» para el ingreso de Venezuela a Mercosur, lo cual se dio «por la voluntad de la presidenta Dilma Roussef». «Ellos, han mantenido el veto en los mismos términos del gobierno de Jair Bolsonaro. No han cambiado un punto, una palabra ni una coma al veto que Bolsonaro mantuvo en cuatro años de su gobierno para que ni nos acercáramos a los BRICS». «El año pasado, en la cumbre de Sudáfrica, yo no pude ir porque tuve una otitis muy fuerte, y ellos conspiraron y aprovecharon mi ausencia para que no se aprobara lo que se iba a aprobar, que era hacer miembro pleno a Venezuela». Señala, que mantuvieron los mismos términos de Bolsonaro. «Yo prefiero ser cauteloso y esperar», dijo Maduro. «No soy inocente, pero sí buena gente. Prefiero, esperar a que Lula observe, esté bien informado de los acontecimientos y él, como Jefe de Estado, en su momento diga lo que tiene que decir». ¡Demasiada buena gente, es Nicolás con Lula, sin dudas!

El presidente Nicolás Maduro, señaló al funcionario bolsonarista, Eduardo Páez Saboya, de vetar a Venezuela en nombre de Brasil. «Él fue quien habló en nombre de Brasil para establecer ante la mesa de negociación que su gobierno vetó el ingreso de Venezuela en la lista de invitados para ser socios de los BRICS». Lo cierto es, que sobre este capítulo otros protagonistas de la escena han hablado y Nicolás, queda desmentido, aunque su propósito de cuidar la relación con Lula sea de respeto. «Ellos mantuvieron en las conversaciones en privado que ellos no vetaban a Venezuela. Lo mantuvieron una, dos, tres, cuatro y muchas veces. El canciller Mauro Vieira, me dijo en mi cara: «Presidente Maduro, Brasil no veta a Venezuela, no hay problema’», precisó en su programa «Con Maduro +». El que va a traicionar, desmiente en todo momento sus verdaderos propósitos, traiciona y listo, comete su crimen. Bolsonaro, no es el presidente de Brasil sino Lula e Itamaraty, queramos o no, responde a los intereses políticos de quien ocupa el Palacio de Planalto, valga decir: Lula.

«En ocasiones anteriores, habían resultado infructuosos los esfuerzos por aprehender a Jesús. En esta oportunidad, la llegada de un aliado inesperado infundió ánimo y aliento al malvado complot. Judas Iscariote, uno de los Doce, solicitó una audiencia con estos principales de los judíos y vilmente ofreció traicionar a su Señor. "¿Qué me queréis dar?"—Les preguntó—y ellos le asignaron treinta piezas de plata. Después del bocado, que de la mano del Señor recibió en la boca. "Satanás entró en él" y lo sujetó a su maligno dominio. Judas salió inmediatamente, abandonando para siempre la bendita compañía de sus hermanos y del Señor. Juan, refiere la partida del traidor con esta concisa y ominosa frase: "Y era ya de noche". Jesús y los once apóstoles salieron de la casa en donde habían cenado, pasaron por la puerta de la ciudad, que usualmente permanecía abierta toda la noche durante un festival público, cruzaron el arroyo de Cedrón y entraron en un olivar conocido como el Getsemaní. Durante el período de la última y en extremo cariñosa comunión del Señor con los Doce, Judas había estado tramando su alevosa conspiración con las autoridades sacerdotales. Los magistrados judíos juntaron un grupo de guardias o policías del templo y consiguieron una banda de soldados romanos al mando de un tribuno; esta banda o cohorte probablemente era un destacamento de la guarnición de Antonia, comisionado para esa misión nocturna a instancias de los principales sacerdotes. Mientras Jesús hablaba aún con los Once, a quienes había despertado con la noticia de que el traidor se acercaba, Judas y la multitud llegaron. Como señal de identificación, concertada de antemano, el malvado Iscariote, con duplicidad alevosa, se acercó, y con una manifestación hipócrita de cariño, dijo: "¡Salve, Maestro!", y profanó la sagrada faz del Señor con un beso. Parece que Jesús comprendió el significado traicionero del acto, pues así lo indica su triste, pero penetrante y condenatorio reproche: "Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?" Entonces, aplicándole el título con el cual había honrado a los otros apóstoles, el Señor dijo: «Amigo, haz aquello para lo cual has venido». «Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.» La compañía armada vaciló, a pesar de que su guía les había dado la señal convenida. Jesús, se acercó a los oficiales que se hallaban con Judas, y preguntó: "¿A quién buscáis?" Cuando respondieron: "A Jesús nazareno", el Señor declaró: "Yo soy." En lugar de adelantarse para echar mano de él, la multitud retrocedió y muchos de ellos cayeron a tierra a causa del miedo. La sencilla dignidad y dócil fuerza de la presencia de Cristo probó ser más potente que sus armas de guerra y robustos brazos. Nuevamente, les preguntó: "¿A quién buscáis?"; y otra vez contestaron: "A Jesús nazareno." Entonces, les dijo Jesús: «Os he dicho que yo soy; pues si me buscáis a mí, dejad ir a éstos.» Entonces, para mostrar la inutilidad de una resistencia armada, y recalcar el hecho de que él se entregaba voluntariamente, de conformidad con un plan previsto y predicho. El Señor continuó, diciendo: «¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?». Según S. Lucas, las últimas palabras del Señor fueron: «Mas ésta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.» Desatendiendo su pregunta, y sin consideración a su porte sumiso, el tribuno y los alguaciles de los judíos lo ataron con cuerdas, y preso, a merced de sus enemigos mortales, Jesús, fue llevado de allí rumbo a su martirio.»

Traidor, proviene del latín traditio: «falta que quebranta la lealtad o fidelidad que se debería guardar hacia alguien o algo». Quien traiciona se debate entre la lealtad hacia otro y sus necesidades egocéntricas. Traicionar a un amigo es un acto tan inmoral, que la persona que comete tal fechoría debería no levantar la vista del suelo jamás, decía: Facundo Cabral. Y sentencia Evita Perón: «Con las cenizas de los traidores construiremos la Patria de los humildes». Como bien afirma, Diosdado Cabello: «Este es otro capítulo de esta guerra; de aquí sale fortalecida Venezuela y la posición de los BRICS, mientras que Brasil queda debilitado ante el mundo». Tiene razón la cancillería bolivariana, cuando califica al veto como «un gesto hostil, que se suma a la política criminal de sanciones que han sido impuestas a un pueblo valiente y revolucionario». Decir que «se suma», en un cuidado lenguaje diplomático, equivale a decir que Brasil actuó como un diligente peón de Washington, convalidando las más de 900 medidas coercitivas unilaterales que afectan a Venezuela y hacen gala de una penosa falta de solidaridad de Brasil para con Venezuela, Chávez y Maduro. Con muchísima razón el Presidente Maduro afirma con sobrado orgullo: «Aquellos que intentaron vetar a Venezuela en el pasado, se secaron. Los que pretendan vetar a Venezuela o callar, nunca lo lograrán. A Venezuela no la veta, ni la calla nadie». Y reafirma: «Si no pudieron las sanciones de Estado Unidos, no podrá la cancillería de Brasil detenernos. Nuestro camino es los BRICS. Ahora seremos más rebeles en profundizar los lazos con los países de los BRICS».

Celso Amorim, hombre de extrema confianza de Lula, especie de canciller no designado, manifestó: «Brasil no quiere una expansión indefinida (en los Brics), Brasil piensa que deben ser países con influencia y que puedan ayudar a representar la región. Y la Venezuela de hoy no cumple con esas condiciones, en nuestra opinión», afirmó Amorim sin considerar las necesidades de la nación bolivariana por deslastrarse de las sanciones de Washington. Pero, ¡Cuáles serían esas condiciones? Que dice Amorim. Recordemos, que a finales de agosto, Lula dijo: «No hay pruebas» que demuestren que el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, ganara las recientes elecciones presidenciales, que le dieron un tercer mandato consecutivo durante una entrevista con una emisora de radio local brasileña. De hecho, es Brasil y no Bolsonaro, quien no ha reconocido aún la victoria electoral de Nicolás Maduro, así como no reconoce al Poder Judicial venezolano que validó esa victoria con un exhaustivo peritaje del proceso electoral del pasado 28J. «No acepto ni la victoria de Maduro ni la de la oposición» ha afirmado reiteradamente Lula en connivencia con el Departamento de Estado de EEUU. De hecho, Lula da Silva, destacó que Maduro «sabe que está debiendo una explicación a todo el mundo». Y reiteró, sus propuestas para la salida de la crisis política: «la formación de un gobierno de coalición, con miembros del chavismo y la oposición, o la convocatoria a nuevas elecciones». Y como Venezuela toda sabe, Lula fracasó en su tentativa golpista post electoral, un hecho que debe ser analizado por los BRICS, inédito y que habla muy mal del gobierno de Lula. De hecho, Lula define a Venezuela en términos tan horribles como el siguiente: «Creo que Venezuela tiene un régimen autoritario y muy desagradable. No creo que sea una dictadura, es diferente a una dictadura». Cualquier similitud con la definición de Washington, es pura coincidencia o analogía expresa del lenguaje diplomático imperialista del hegemón decadente estadounidense. Lo que no dice Amorim, o no se atreve a expresarlo es que la influencia que alguna vez tuvo Lula se ha vaporizado, es inexistente hoy en día y como lo acaban de expresar los resultados electorales municipales de Brasil, en que la derecha copó la escena de los resultados y el partido de Lula, el PT y la izquierda en general, solo conquistaron 2 de las 26 capitales, una para el PT y de hecho, el conservadurismo de derecha es el espacio político que más ha crecido en términos de candidaturas en estas elecciones regionales. Un fracaso estrepitoso para Lula.

El Partido Liberal de Jair Bolsonaro, fue el partido más votado en cantidad de votos al pasar de 4,7 millones en 2020 a 15,7 millones en 2024, un aumento del 236 por ciento que ubica al ex presidente como el gran elector de la derecha brasileña. El MDB (Movimiento Democrático Brasileño) supuesto de izquierda de Michel Temer, es el partido con más alcaldes electos en Brasil pero quedó segundo en la suma total de prefecturas luego de décadas de hegemonía. Todos sabemos el papel de Temer en el golpe contra Dilma Roussef y su giro a la derecha neoliberal. La centroderecha brasileña, ha triunfado en la segunda vuelta de las elecciones municipales, asestando un duro golpe tanto al presidente izquierdista Lula da Silva como al expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro. Estos resultados reflejan, un fortalecimiento de los partidos tradicionales y un rechazo al extremismo, marcando un posible cambio en el panorama político de cara a las elecciones presidenciales de 2026. Sesudos analistas, indican que la derrota de Lula en estas elecciones municipales de 2024; se veía venir, porque su Gobierno dio más espacio a las alianzas, motivo por lo cual puede considerarse como una derrota anticipada y su fin anticipado, en la política brasileña…

¡El que se mete con Venezuela se seca!

 

Caracas, 30-10-2024



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Henry Escalante


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