Mensaje a Arelis Centeno, ex diputada de Anzoátegui y quien pueda interesar

Diputada, ¡No!, no es quitate tú para ponerme yo

Vamos a hablar enumerando los argumentos para intentar explicarnos mejor. Suele que los intereses, de diferente índole, hacen complicado entender cosas sencillas.

1.- No hay sobre la faz de la tierra, nadie quien o quienes nos puedan enseñar a hacer algo que él o ellos no hayan intentado como nosotros si lo hemos hecho. Salvo el fugaz experimento de Allende, nadie más tiene la experiencia nuestra, de once años de lucha, de batallar por construir formas socialistas o cambiar las relaciones de producción del capitalismo, por vía pacifica e incesante bregar, cara a cara, a diario contra las clases dominantes, sus portavoces e inconmensurables recursos que poseen. No hay quién, en mejor condición que nosotros, para construir un partido que responda a esa realidad; uno que sea versátil, audaz, inteligente, lo suficientemente permeable para ganar a la gente para el cambio, sin imposiciones ni procedimientos alienantes. Eso no lo venden en el mercado y nosotros mismos estamos obligados a tenerlo presente.

Eso, dicho de esa manera debe quedar claro, pues es un llamado a no subestimarnos y tomar conciencia de lo que somos.

2.- Admitimos que estamos en una sociedad capitalista que aparte de ello tiene sus rasgos particulares. Nuestra visión parte del capitalismo, de uno por demás deforme, e intentamos construir el socialismo. Nuestros militantes reflejan esa realidad, con sus vicios, circunstancia inevitable. Nuestros adversarios internos no son fantasmas ni recuerdos del pasado; al contrario, conviven con nosotros. Muchos revolucionarios comparten residencia, grupo familiar con militantes de la tendencia contraria. Quienes quieren preservar el capitalismo manejan grandes medios de comunicación y diferentes formas de dominio. No luchamos con adversario acorralado sino que se mueve ágil y fuerte en medio del cuadrilátero. El proyecto que manejamos, por las razones que para ello hay, no tiene planteado atropellar lo que en la norma está escrito. Eso implica, que el partido, el Estado y las organizaciones sociales que promulgan el cambio, deben moverse en esa realidad lo que es sustancialmente novedoso y reclama formas de lucha e instrumentos de combate igualmente frescos. Por eso, nunca antes ha sido más vigente lo de “inventamos o erramos”.

3. Lo que ahora reclama el Psuv, en Anzoátegui y en el país todo, aún donde los resultados electorales nos favorecieron, no es lo poco exigente de un cambio de unos individuos por otros, algo como lo de “quítate tú para ponerme yo”. Habría que indagar cuánto hemos caminado hacia la meta del cambio de sociedad, cuantitativa y cualitativamente, en aquellas áreas donde el voto nos favoreció. ¿Cuánto hemos logrado en lo de empoderar al pueblo? ¿En qué medida hemos construido un partido de vanguardia? ¿Hasta dónde hemos llegado en la transformación de relaciones de producción en áreas cual el sector agrario y en el cumplimiento de tareas de menor dificultad social, legal, política, de inversión de recursos, etc., atinentes a la reorganización social, como la desintegración del latifundio?

4.- En lugar de un problema de hombres, figuras, de exclusión de algunos, que de repente, mas que esto, no hemos sabido ni podido por falta de empecinamiento y claridad defender nuestros espacios, de lo que se trata es ausencia de lideres que aporten y defiendan las ideas pertinentes.

Ex diputada, el asunto no es que en Anzoátegui excluyeron a algunos, sino a muchos nos han ignorado. Y eso es vieja maña. Quienes antes tuvieron lo que se empeñan en llamar el partido en sus manos, desde V República, hicieron lo mismo. Sólo que quienes llegan ignoran a los que a ellos ignoraron y ambos, a algunos nos ignoran todo el tiempo. Pero aún así, esa forma llorona no es la inteligente de abordar el asunto.

5.- Se trata que prevalece una concepción de partido que no se corresponde, en primer término, con lo que deberla ser uno revolucionario y menos aún con el que reclama nuestro proyecto de cambio. Tanto, que unos cuantos, más de los que usted puede imaginarse, a lo largo del país, afirmamos que estrictamente hablando, no tenemos partido Si quitamos a quienes ahora están y ponemos a otros, que piensan que el meollo está en esas ausencias y no atinan al centro de la diana, se repetirà la historia.

6.- Menos mal que, en la página del diario donde leí las quejas de la ex diputada excluida, quien no define qué hacer para incluir, aparece también lo que ayer reconoció el presidente. Que hemos manejado una muy mala política de aliados, para no decir lo peor. Se revisa lo de gobernadores y alcaldes jefes de partido y otras cosas.

7.- Lo de gobernadores y alcaldes jefes del partido, no es asunto a revisar y corregir solamente donde perdimos o bajamos sustancialmente el número de votos. Es necesario tomar en cuenta lo expuesto en punto 3 de este trabajo. Pero sobre todo que a perro no se le pone a cuidar carne. La lucha de clases, en lo que según creemos, busca transformar al Estado, lo constituido. Este tiende a resistirse al cambio, el constituyente mayor, el pueblo debe empujarle para que se transforme. Si a un importante agente de cambio, como es el partido, portavoz popular, le controla el Estado, se detiene el cambio. Apliquemos eso a lo de ministros vicepresidentes del Psuv.

Diputada, a usted y a todos los compatriotas, de un lado u otro, sin prejuicio ni interés alguno, ofrezco con humildad mi contribución.

damas.eligio@gmail.com


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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