El fácil capitalismo y el difícil socialismo

Es más fácil sentarse en un mecedor reclinable en la sala o el patio de la casa mientras hay oficios que hacer. Es fácil para un asaltante conseguir en un segundo cualquier cantidad de dinero. Es fácil pedir al cielo las cosas  y esperar de brazos cruzados que aparezca el favor de Dios sin hacer ningún esfuerzo. Es ese el paradigma que enseña el capitalismo a quien se lo impone y logra que llegue a defenderlo sin cuestionar su inconsciencia, porque el materialismo que somete al Ser Humano alienado por sus tesis,  facilita por cualquier medio, no honesto,  conseguir dinero,  la “materia prima”,  que faculta el “buen vivir” de quien actúa bajo esos parámetros.

El capitalismo facilita el vivir sin cumplir normas morales, éticas y humanas,  porque el capital salvaje, el cuanto tienes,  es lo que vale; mientras que el difícil socialismo obliga a cumplir toda la ley de convivencia entre los seres humanos y su total entorno.  Aunque satanizado el socialismo verdadero, toitomundo sabe que la forma política y económica para ese Mundo Mejor que piden las rebeliones de hoy, está en cristalizar el difícil socialismo en el Planeta.  

Y cuando apuntamos los términos capitalismo y socialismo, el capitalismo envuelve todo ese sector dizque humano  que reúne al  oligarca, al burgués,  al ultraderechista, al fascista, al anti-humanista, al que delinque de todas las formas, al político corrupto, al financista especulador, al egoísta, a quienes administran su ideología  y a los  hombres y mujeres inconscientes que siguen  sus líneas y que en gran parte, por la milenaria mentira materialista, no se imaginan el daño que han causado al Mundo.   

No es suficiente el pequeño espacio para describir las  dos tendencias internas y externas por donde voluntaria e involuntariamente camina  la humanidad.  Una  parte está alienada desde los comienzos de la historia y fue encriptado en los genes de forma consciente y equivocada  para el dominio de unos sobre otros. Las mismas religiones con toda  suerte de sutilidad y descaradamente,  imponen al hombre que domina, al hombre “bendecido” porque tiene esclavos, y el esclavo lo acepta  porque el cielo lo decreta. La otra parte es la humanidad que lucha y siempre fue obstaculizada con todos los medios criminales posibles.

Esa es la lucha y la filosofía que justifica la desigualdad que poco a poco se convirtió en el mayor desfase  de la humanidad. Torció de tantas maneras la concepción y la convivencia entre los hombres y mujeres, que nadie  distingue que,  cada ser humano es diferente en cualidades y aptitudes, pero con la misma capacidad mental  o espiritual. En otras palabras, la diferencia entre los seres humanos es externa; mientras que,  espiritual-mente somos iguales.  

El capitalismo se impuso con el tiempo a base de derramar sangre;  toda la historia de la humanidad está llena de las formas y deformas que el materialismo  impone. Y para ello, se usó, se usa y por algún breve tiempo se seguirá usando  todos los métodos del crimen para imponerlo.

El termino socialismo, socialista, izquierdista, progresista, humanista, comunista y hoy indignado, enrola en todo su texto y contexto al hombre y la mujer de toda condición que lucha por sí mismo y los demás para hacer un Mundo Mejor, del cual sabemos estamos atrasados por  la maldad que exige ese capitalismo que hoy cae en picada. Y sabemos que el Mundo Mejor que buscamos con todas las características y culturas humanas, es posible,  y sólo lo dificulta  el facilismo que impone el capitalismo para obstaculizar con todos los medios sucios posibles, repito,  la concreción de ese  logro humano que es el socialismo.  

El fácil y sutil capitalismo a la fuerza, coloniza, esclaviza, oprime y aniquila física y mentalmente al ser humano,  arrasa con la Tierra, mares, flora y fauna por su incontrolada voracidad.

El difícil  socialismo libera,  independiza para el bien común y toma los recursos necesarios para la Vida renovando la Tierra en toda su expresión.

El fácil capitalismo obliga al crimen en todas sus modalidades, degrada al Ser Humano impulsándolo a delinquir para adquirir dinero sin importar el cómo. Por dinero se secuestra, se trafica drogas, se asesina, se violan todos los principios básicos, porque el cuanto tienes cuánto vale es su consigna.

El difícil socialismo proporciona lo básico y cumple con la máxima: “a cada quién según su necesidad y a cada cual según su trabajo”.

El fácil capitalismo aniquila el pensamiento creador del bien y desconecta al Ser pensante de sus facultades mentales que nos conecta con el Todo de forma inexplicable, pero así funciona.  El botón de muestra de este inexplicable fenómeno es la plaga de “calamidades” que le cae al capitalismo mundial en este momento; ¿pero acaso la fuerza de las mentes aplastadas por centurias por la canalla capitalista no está UNIDA clamando justicia en este instante?

El difícil socialismo se impone porque obliga al pensamiento individual y colectivo y  porque organiza a los seres humanos en el Todo.

El  fácil capitalismo usa la religión como mecanismo de control para crear temores,  desesperanzas y miedos a un más allá imaginario,  cercenando las cualidades internas del SER PENSANTE.

El difícil socialismo enseña con la religión y sus culturas ancestrales, que todo vínculo con lo externo  forma parte de la inquietud espiritual de los seres humanos, al mismo tiempo que  enseña y libera la inteligencia.

El fácil capitalismo obliga a la corrupción de todos los individuos, sin darse cuenta el corrupto, que es protagonista del mayor mal que se hace así mismo,  a la humanidad y al Planeta.

El difícil socialismo impide la corrupción porque su sistema socioeconómico cubre las necesidades macros e individuales.

El fácil capitalismo sólo exige el uso del instinto y aniquila la inteligencia, porque lo material no necesita lo inteligente sino el instinto.

El difícil socialismo alimenta la inteligencia y la potencia para hermanar a los seres humanos. La religión y los místicos de la autoayuda nos enseñan sobre la dificultad del “buen camino” y la facilidad del “mal camino”; la mismísima biblia nos dice en  Mateo 7:13, 14  “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; y…etc”

El fácil capitalismo obliga  la competencia por lo material y pasajero, sin que  importen los principios y valores básicos de razas, costumbres, leyes y culturas.

El difícil  socialismo impide la competencia porque antepone los valores y principios antes que el materialismo.  La Revolución Bolivariana en la Venezuela Socialista que lidera nuestro presidente Chávez, lo está demostrando y,  ¡venceremos! 

¡Venceremos!

nandopico@yahoo.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2727 veces.



Hernando Cortés Pico


Visite el perfil de Hernando Cortés Pico para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: