Hay que atreverse a soñar…

Se solicita candidatura de buena decencia y oposición con programa propio

Ese cartelito abunda entre las bases opositoras al gobierno venezolano. La gente de a pie, que tiene todo el derecho a no comulgar con las propuestas y ejecutorias del gobierno de Chávez, anda urgida de una candidatura decente, que le ofrezca alternativas coherentes, valederas y pertinentes a esto que suelen llamar “el rrrrégimen”, por lo que necesita escuchar y ver propuestas originales, no refritos planes trasnochados y fracasados, tanto en el pasado reciente de nuestro país, como allende los mares y las tierras…

Sin embargo, insólitamente, la oposición venezolana solo le ofrece esto:

  1. Una candidata que vende un purgante como si fuera polivitamínico. Cual se tratara de un planteamiento novedoso, trata de seducir a las pocas gentes que la siguen, ofreciéndoles, en una linda y cuchi presentación, un estupendo polivitamínico  (para el sistema y sus lacayos) que seduce el paladar con su sabor sui géneris, alimenta esperanzas inconclusas y llena el estómago de calorías inútiles. Pero, una vez en las profundidades del organismo…ocurre lo inevitable: enteritis aguda persistente (léase diarrea). Se volverá a repetir la historia de las hemorragias de recursos (naturales, humanos, materiales, energéticos, etc.) que alimentarán los pozos sépticos de la ambición de unos pocos, con las subsecuentes consecuencias: debilidad, frustración y explotación de las mayorías. Al fondo se oye a la inefable candidata: “Venga, compre ya, antes que se agote, su dosis de capitalismo popular…”
  2. Otro premajunche, devenido en lamentable morisqueta de sí mismo, es capaz de regalar lo que no le pertenece (preguntarle al cantante de Coquimba y a los fondos de cierta gobernación) y hasta practicar en público, oficios que no le son propios (la proctología es oficio muy serio y que requiere de estudios especializados) y sin que le quede nada por dentro…a no ser la caña que se ha de haber tomado. Y no es que el hombre no pueda echarse sus tragos, lo criticable es su comportamiento y accionar como hombre público, gobernador de un estado venezolano y precandidato a ocupar la primera magistratura del país.
  3. El tercero, inhabilitado pero insistente precandidato a majunche, en cuña por demás “ingeniosa” nos muestra su verdadero rostro: es un hombre ágil para sortear obstáculos, especialmente si estos son sillas y escritorios de oficinas, es decir…se salta a la cañona todo trámite que le impida llegar a sus objetivos (esto quedó plenamente demostrado en su pasantía por PDVSA, durante su gestión como alcalde y en los aciagos días del golpe de Estado de abril de 2002: ley, reglamento o norma que se le atraviese…la salta, la elude, la ignora…) Peor aún, en su afán de lograr lo que quiere puede poner al pueblo que le sigue a quitarle los obstáculos del camino, o sea lo pone de cómplice en la trampa y lo utiliza (otra vez) como elemento destructor de sus propios intereses. Así llega el hombre correlón y brincador de reglamentos, a la meta: radiante, feliz y solo (el pueblo quedó atrás, atrapado entre los obstáculos saltados y entendiéndose con los jueces de la carrera). Claro, la cuña también es premonitoria: la ansiada silla de Miraflores también quedará en el camino, saltada por el habilidoso brincador, que pretende colocar a Venezuela a sus pies (el tatuaje del mapa de nuestro país en la parte baja de su pierna derecha así lo delata)
  4. El cuarto de los lanzados, cómplice del anterior, anda en un autobush del progreso. Donde, por favor pague al subir y siéntese que hay pocos cupos. Es decir, no hay cama pa´ tanta gente. Y quien se monte, habrá de aceptar la ruta (aún desconocida) que le imponga su conductor y las paradas o estaciones que este decida, con el riesgo o posibilidad (vaya una a saber) de que en una de ellas le bajen del armatoste progresista. Un viaje a ciegas donde el costo es sufragado y sufrido por la gente que se anote.

Así van, los cuatro fantásticos y premajunchísticos candidatos, ofreciendo espejitos de colores a un pueblo que cambió para siempre, incluido ese que aún no cree en este proceso, ya sea porque no le hemos sabido llegar o porque aún no se asume clase en sí y para sí.

Lamentablemente no respetan ni a su propia gente.

En las filas revolucionarias, no nos queda de otra sino mejorar los canales de comunicación, establecer puentes efectivos y emprender una lucha común con esas gentes, nuestras gentes, a las que aún no hemos podido convencer y ganar para la construcción de un futuro cuyos beneficios sean para las mayorías y no para unos pocos.

El Gran Polo Patriótico se erige entonces como el sustento de los sueños colectivos, como el espacio para la crítica constructiva y como la esperanza de un porvenir incluyente, no sectario y engrandecedor de la patria grande. Con un candidato decente y un programa propio, la revolución es la opción válida para el futuro de nuestro país, superando sus propios errores y avanzando hacia la consolidación del socialismo.

nymphamar2@yahoo.com.mx



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Ninfa Monasterios Guevara


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