“Dios no juega a los dados con el universo”, afirmó un sarcástico Einstein para explicar el fin de una certeza científica y el comienzo de la especulación religiosa. Y en el intermedio, anunciar el hallazgo de la partícula de Dios o el bosón de Higgs lo pone a uno a dudar sobre la afirmación inicial: hay un juego de azar, desconocemos con certeza la identidad del croupier, pero sus resultados son ciertamente hilarantes.
Ahora, si fue sorprendente que se hallara dicha partícula, un reto asombroso surge para los científicos: indagar sobre la desaparición, luego de casi 70 años, de AD y Copei del tarjetón electoral venezolano. No porque no se lo merecieran, sino porque su capacidad de mutación nos hizo creer que nunca se irían. (Aunque, como puede decirnos México y su PRI, en política no hay muertos).
Si vemos la descripción del bosón de Higgs, encontramos ciertas semejanzas con los partidos en cuestión, al menos en sus postrimerías: no posee carga eléctrica, ni color, es muy inestable y se desintegra rápidamente.
Aparece la partícula divina y desaparecen las partículas humanas de lo que fueron imperios políticos amasados entre la entrega al imperialismo (que según algunos, tampoco existía) y una inmensa corrupción. Algo si es cierto, dichas partículas dieron origen a una masa contaminada de paternalismo, clientelismo y facilismo que no ha sido fácil de sanear.
Ya no veremos la antorcha adeca ni la lanza copeyana en el tarjetón multicolor, donde subsiste, sin embargo, cosas como el partido ORA; y no bastará el LHC (no, no Luis Herrera Campins, sino el Gran Colisionador de Hadrones, por sus siglas en inglés) para encontrarlas, desintegradas por la historia y puestas en remojo, como hojas de un amargo te, por la Mesa de la Unidad.
El croupier lanzó los dados, y la suerte está echada para las viudas de las partículas blanca y verde -que en su momento se fusionaron en una extraña guanábana cuántica, por lo de cuánto hay pa’ eso- como el señor Capriles. Dios no juega a los dados, y si se trata de Capriles, los venezolanos tampoco, aunque la MUD y Capriles nos vean cara de bosones.
Periodista y docente universitario
@raboscandanga
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