“Desde Nicolás maduro pà abajo”, dijo el comandante Chávez en alguna declaración que concedió al pueblo venezolano. Es una frase que se convierte de propiedad pública y en una máxima de estudio, porque nos urge replantear el socialismo como lo hacemos a diario y a todo aquel que se diga socialista.
En este momento en todo el mundo y más en nuestra Venezuela, la derecha antihumanista declara a voz en cuello el mismo arcaico cuento anticomunista. Pretendiendo que a estas alturas de la historia en Venezuela y en muchas partes del mundo se sigue tragando entero. Intentan seguir satanizando al comunismo mientras esconden el desarrollo cultural, político y económico de la potente China, que gracias al comunismo aplicado por más de 70 años, es la China que sabemos que es, y que tiene al imperio capitalista agarrado por el cuello con una deuda impagable de 914 mil millones de dólares; creen con sus tesis de viejo cuño, que al socialismo real, al humanismo, le hacen mella alguna y quien les dicta la cátedra pendeja, ese truco caduco, se hunde en el excremento de la historia porque el hombre y la mujer de todo el planeta ya aprendió que el capitalismo y sus derivados es el verdadero y malévolo sistema que humilla y mata a los pueblos.
El mundo ya sabe que el capitalismo que se hace llamar democracia, es quien acaba con el planeta y todo lo que sobre él se halle porque todo lo convierte en mercancía. Razón suficiente para entender la crisis estructural que en este momento atraviesa y del cual o se humanizan o se hunden.
La derecha antihumanista continuará vociferando sandeces, mientras el socialista no piense el socialismo, el humanismo, cómo un hombre y mujer socialista. Como personas con una mentalidad transformada para el bien comunal. Mientras nos sigamos pareciendo al capitalismo y a quienes tratan de encubrir la autoderrota que por su natural condición los lleva hacia el precipicio, el antihumanista seguirá tratando de revivir los años sesentas y satanizar al comunismo y por ende al socialismo.
¡Ni un tantico así de socialistas!, si seguimos teniendo personas en nuestras filas que desean saberse socialistas, pero les queda difícil entender a carta cabal esa posición, porque ser socialista va más allá de una camiseta, un partido político o de los beneficios que por cientos recibimos de nuestra revolución, y es obvio que le falta el aprendizaje de saber pensar y lo que significa el pensamiento para el ser humano.
Ser socialista es saber pensar y no confundir el saber usar el cerebro y conocer lo que pensamos como hombres y mujer políticos. Que nadie olvide que antes del Ser político, está el Ser Humano. Y es ese Ser Humano que debe saber pensar como socialista para poder ser un activista político o un servidor comunitario. Reconociendo que saber pensar a manera de persona, que cómo socialista, es lo que hace la diferencia entre un socialista y un anticomunista. Ese anticomunista que se enfrasca en la palabra COMUNISMO, y en su ignorancia estructural no le pasa por su pensamiento que cualquiera en este momento de la universalizada información, puede preguntarse o investigar qué quiere decir comunismo.
Cuando un socialista es enseñado a reciclar sus pensamientos, transmite el conocer el significado de toda palabra a otra persona neutral, porque su necesidad de saber y enseñar, le dice que comunismo viene de comunidad, de lo común, de la silaba CO de conocimiento o de compañía, de la M que es el Mundo y UNIDAD que es la hermandad, vivir como hermanos. Y cuando se hace necesario el saber COMUNICAR, también debemos saber interpretar la palabra COMUNISMO que traduce COMUNIDAD DE TODOS.
El oligarca, que es quien pretende la siembra del anticomunismo, obviamente no le conviene la comunidad, la comuna, lo común, el comunismo, porque su estructura egoísta niega la posibilidad que tiene el Ser Humano de vivir fraternalmente. En la comuna se vive el todos para uno y uno para todos. Y bien sabe el capitalista que en la comunidad se acaba la corrupción, la injusticia y los vicios cultivados con el tiempo que le dio margen al antihumanista para negar la posibilidad del fin último de toda la especia humana, de vivir comunal-mente y de compartir en común, de hacer en común y sobre todo, pensar, pensar para sí y para todos.
¡De Nicolás Maduro pà abajo!, nuestro vicepresidente de la republica bolivariana de Venezuela y todos los colaboradores más directos del comandante Chávez, deben pensar antes como persona para saberse socialista, para que nuestro proceso se concrete para el bien común; incluso, los que siembran el caduco anticomunismo.
¡Chávez es humanidad!
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