¿A quién puede importarle la opinión de un cretino como Juanes, a quién puede ofender un comentario del decadente Bosé?, Willie Colón nos duele un poquitico porque él sí hace música pero se metió a bobo y se dejó cazar.
Hugo Chávez está muy por encima de cualquier tuitero, facebukero, o etcéteras, que mantienen turulatos a los crédulos de las babosadas que circulan por las mal llamadas “redes sociales”. A la revolución bolivariana le resbalan tales estupideces, los venezolanos estamos muy ocupados construyendo nuestra realidad, escribiendo nuestra Historia, remontando la Era, y no podemos atender sandeces como si fueran noticias, pero cuando a lo dicho le sobreviene el hecho, esa es otra cosa, mariposa, y el hecho es que una esnifada sin fronteras nos vienen proponiendo desde hace mucho rato, los sinatra, los juanes, los bosé, las shakira, los estefan.
El hecho es que El Pentágono y la burguesía colombiana -con Santos o con Uribe-, dependen de la cocaína para sostenerse en el doble propósito del poder: el poder económico y el poder político, y los medios más convincentes para mantener el control social son: la guerra y el espectáculo.
La revolución venezolana le paró el trote a la narcoburguesía criolla, y desmanteló el cártel de la DEA al cerrarle las puertas en sus narices frías, Ecuador con Correa al mando hizo lo mismo, Colombia los invadió, y además instaló en su territorio bases militares norteamericanas apuntando hacia Ecuador y hacia nosotros, esa es la cara bélica de la narcoburguesía imperial, esa es la paz sin fronteras para cualquier agresión militar. Que no se nos olvide la geo estrategia espectacular de Juanes, Bosé y todo aquel que la promueva; “Paz sin fronteras nació como iniciativa tras la crisis diplomática que mantuvieron Ecuador, Colombia y Venezuela, desde la incursión de fuerzas colombianas en territorio ecuatoriano”, Wikipedia dixit.
Los cómicos asalariados de la CIA, Juanes y Bosé, tienen menos escrúpulos que muchos otros, muestran sus cartas marcadas, son guapos y apoyados por Abreu y Dudamel, los “maestros” de la simulación. No queda lugar para la duda, no hay inocencia en tal concierto, la intención es bélica y sin fronteras que resguarden la paz interna de Ecuador y Venezuela, y de todo país que pretenda impedir la tiranía narcoburguesa transnacional.
En relación a Cuba, la ingenuidad parece que fue la consejera para montar tal show, no estaría demás que Silvio también se pronunciara a la luz de los ataques reiterados contra Chávez y contra la revolución bolivariana, no estaría de más leer el subtexto simbólico del logotipo estampado en banderines, afiches y franelas invadiendo la Isla de Fidel y Martí: dos “líneas” cruzadas sobre fondo azul, que más que una paloma eran eso; dos “líneas” invitando al consumo de cocaína blanquísima, como la blanca y fría vestimenta de sus protagonistas.
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