¿Pensáis que cuando yo vuelva encontraré fe en la tierra? Lucas 18; 8. Sin hacer comentario sobre el texto y contexto de esta máxima bíblica, pareciera que en nuestra patria no hay tiempo para pensar el grado de fe o convicción que tenemos, porque el “poderoso” grupo Internacional que maneja los hilos de la oposición “venezolana” no nos permite pensar con claridad. Bien sabemos que el objetivo mundial de la derecha consiste en embucharnos de todo tipo de información baladí que se reemplaza minuto a minuto para que no asimilemos nada.
Pero ahora que nuestro comandante Chávez esté físicamente con nosotros, debemos hacer el esfuerzo por cuestionar nuestra forma de pensar. Y lo decimos no tanto por los líderes revolucionarios de alto perfil que en su gran mayoría están claros y suponemos que tienen sus pensamientos bien direccionados; lo decimos por los columnistas de aporrea y todos los medios de comunicación que tenemos la fortuna de escribir, de decir por la radio y la televisión, sobre el poco tiempo que destinamos a enseñar, para saber pensar esta revolución.
Es abultada la desinformación que recibimos del palangre y los voceros de la derecha Internacional y local, que a muchos les atosigan y de seguro los ponen a trastabillar. Cada vez que leemos y escuchamos al pueblo que recibe la constante desinformación de la derecha, también nos impulsa a nosotros para cuestionar nuestra forma de pensar; nuestra forma de pensar que sin darnos cuenta, transmitimos a través de escritos y comentarios en los diferentes medios de comunicación. Porque estamos seguros, que toitomundo es, lo que tenga en sus pensamientos.
¿Pensáis que cuando yo vuelva encontraré fe en la tierra? El texto bíblico es el abrebocas para preguntarnos el grado de convicción que vemos en nuestro pueblo. Grado de convicción que cuestionamos cuando los fines de semana continúa el consumo de licor a raudales quemando neuronas a la gente humilde de barriadas y poblaciones. Grado de convicción de un pueblo que duda, cada vez que escucha o lee la mentira en los medios de la derecha. Grado de convicción que cuestionamos cuando no vemos una programación en nuestros medios públicos que despegue al pueblo de las novelas y los tops shows de venevisión. Grado de convicción cuando vemos al pueblo manipulado que compra al buhonero de la esquina con una sonrisa en la boca sin importarle que le esté robando. Grado de convicción de un millón y medio de hombres y mujeres del pueblo que “cambiaron” su voto por doscientos o trescientos bolívares fuertes en las elecciones pasadas.
Cuando nuestro comandante vuelva físicamente, ¿encontrará una mejor forma de pensar? Es la pregunta del millón.
¡Viva Chávez! ¡Viva Chávez ¡Viva Chávez!
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