“La corrupción de los pueblos nace la indulgencia de los Tribunales y de la impunidad de los delitos”. Simón Bolívar
Entre el Presidente Hugo Chávez y Sabino Romero existen muchas importantes coincidencias, pero también abismales diferencias, que parece pertinente señalar en esta hora de Dolor Mayor.
El Presidente Chávez representa a los héroes del 4 de febrero que despertaron la conciencia de un pueblo dormido ante tanto atropello; en cambio, Sabino Romero representará siempre la conciencia despierta de los pueblos originarios, siempre atropellada por los intereses colonialistas de todo tipo, pasados o presentes;
El Presidente Chávez es líder de un proceso de cambios que ha buscado el bienestar de su pueblo; Sabino Romero representará el liderazgo de la resistencia de los pueblos originarios ante los cambios que buscan menoscabar el bienestar ancestral de los que son los yukpas legítimos herederos;
El Presidente Chávez ha sido desde su llegada al poder gubernamental objeto de la discriminación y el desprecio de clase y el racismo puntual por parte de la derecha que subyugó al país durante décadas; Sabino Romero desde que descendió de las partes altas de la Sierra a continuar la lucha de sus ancestros, también ha sufrido en su cuerpo, la discriminación, el desprecio de clase y el racismo estructural de la sociedad venezolana y de la derecha (en todas sus variantes, anteriores y actuales) que ha explotado el territorio de su pueblo indígena durante centurias (y quiere seguir explotando y arrasando);
El Presidente Chávez ha sido víctima desde antes de llegar a la presidencia (y durante ésta) hasta hoy, de la ferocidad de la “canalla mediática” privada que ha tergiversado siempre su imagen, su palabra o su silencio; Sabino Romero siempre fue víctima de la actitud canalla de TODOS los Medios, que salvo infimas excepciones, silenciaron su palabra y tergiversaron (aún hoy lo hacen) su imagen y sus acciones;
El Presidente Chávez ha ido ganando la solidaridad y deferencia de los demás países, lideres y liderezas del continente y del mundo hacia la lucha justa de los pueblos por su independencia; Sabino Romero fue ganando la solidaridad de todas y todos los que creemos en una sociedad justa, pero también sufrió la profunda insolidaridad e indiferencia de sus propios pares y de los indígenas empoderados - que se supone debían ser sus aliados (de clase, étnicos) históricos naturales - en su valiente lucha por su autonomía cultural y territorial. A Sabino lo asesinó la insolidaridad de sus compatriotas, y la indiferencia e indolencia de las instituciones y tribunales (in)competentes.
El Presidente Chávez ha sido víctima en todos estos años de las consecuencias de la impunidad de las acciones de quienes lo adversan, que derivaron en graves atentados contra la integridad institucional, en golpes severos contra el pueblo venezolano, y en una guerra sistemática contra nuestra soberanía de parte de factores internos asociados al capital transnacional; Sabino Romero fue víctima de la permanente impunidad de los crímenes cometidos durante varias décadas - y más recientemente – no sólo contra el pueblo Yukpa, sino contra todos los demás pueblos originarios (cuibas, kariñas, pemones, sanemas, yanomamis, yekwanas, waraos, wayuu, ect), que han ido acabando la integridad de sus culturas milenarias, han golpeado sus modos de vida diversos, y que representan una guerra cultural de la sociedad colonialista, capitalista y patriarcal contra la autodeterminación milenaria de nuestros pueblos ancestrales, realizada por factores internos asociados al capital transnacional; que derivaron en el asesinato de muchos y muchas yukpas, del padre de Sabino, de Alexander - su compañero de luchas-, y de Sabino mismo. A Sabino lo asesinó - por sobre todas las cosas - la impunidad de los criminales.
El Presidente Chávez ha gozado del respaldo popular, lo que la otorgado el poder de realizar transformaciones importantes de la sociedad venezolana desde una plataforma socialista; Sabino Romero ha tenido el respaldo de grupos socialistas de la sociedad (en la defensa de su “socialismo originario” o “ancestral”) pero no ha tenido más poder que el de la verdad de su palabra y la legitimidad y justeza de sus acciones, por lo que la transformación de la sociedad en función de la justicia histórica para nuestros pueblos originarios siguen estando pendiente.
El Presidente Chávez ha ganado todas las batallas políticas que ha realizado en la última década, por el apoyo abrumador de la mayoría de la sociedad venezolana, teniendo la mayor visibilidad pública que gozado líder venezolano a nivel mundial; Sabino Romero ha presenciado -sin pasividad alguna- el etnocidio y genocidio acelerado cometido contra su pueblo, pero la mayoría de la sociedad venezolana - de espalda a sus orígenes, desarraigada, alienada por el colonialismo racista y el capitalismo consumista - le dio la espalda a su lucha, siendo permanentemente invisibilizado a nivel nacional.
El Presidente Chávez, al igual que otros líderes históricos de nuestra sociedad (Bolívar, Zamora) ha superado el desprecio que la clase históricamente dominante quiso sembrar en el pueblo, quien lo ha reelegido repetidamente para guiar políticamente el país; Sabino Romero al igual que otros líderes históricos (Guaicaipuro, Catia, Chacao), fue sistemáticamente descuartizado mediáticamente, lo cual junto a la impunidad reinante en las instituciones, crearon las condiciones para que se repitiera en él la forma en que fuera también asesinado nuestro ancestro el cacique Conopaima.
Por último, el Presidente Chávez tiene el amor del pueblo que lo ha acompañado 14 años, que sufre de dolor al verlo “luchando por su vida” (como refirió el Vice-Presidente Nicolás Maduro); y Sabino Romero tendrá siempre el Amor de quienes hoy sufrimos el Dolor Mayor por su vil asesinato, y de los que sufrimos también el dolor por el asesinato de nuestras raíces ancestrales, por el dolor de nuestras madres (incluida Lucia, esposa herida de Sabino) y hermanas (Zenaida, Marylin, hijas de Sabino), incluido por el dolor de la Madre Tierra, quien es a fin de cuentas a la que quieren seguir ecocidamente subyugando y explotando en la Sierra de Perijá los capitalistas de siempre (y los nuevos), avariciosos de las riquezas de su suelo y subsuelo, que es lo que está en la raíz de estos terribles etnocidios y genocidios.
Pero una persona no muere si sus ideales de lucha se multiplican en sus herederos de lucha. Sabino bien puede decirnos (como dijo en su tiempo el líder aymara Túpac Katari):“A mí solo me matan, pero volveré y seré millones”. O bien, nos puede decir:“Tantas veces me mataron Tantas veces me morí Sin embargo estoy aquí Resucitando…A la hora del naufragio Y la de la oscuridad Alguien te rescatara Para ir cantando”. María Elena Walsh (Canción “Como la Cigarra”, 1972).