La gran vencedora de las elecciones: La Inconsistencia Ideológica

Además de todas las maquinarias mediáticas, subliminales, terroristas, de soborno económico y chantaje asociado a la escasez de alimentos y otros rubros de uso cotidiano, no puede ponerse en duda que la triunfadora en estos comicios ha sido la Inconsistencia Ideológica, que se concreta en el suicidio socio-político colectivo asociado al apoyo a un candidato que, además de provenir de los sectores más reaccionarios de la derecha y representar abiertamente intereses imperiales, fue participe de la violación a la soberanía de una nación hermana apoyando un asalto a su embajada.

Recogemos así la cosecha sembrada por la ausencia de la formación política e ideológica de los afectos al proceso en 14 años.

Esta debilidad medular ha evitado el crecimiento de un proceso de conciencia crítica revolucionaria, aunado a la capacidad deductiva y conceptualizadora de los grandes problemas que enfrenta el reto transformador, para que los contingentes de venezolanos que son (y los que pueden ser sensibilizados) afectos al proceso, puedan consolidar las bases sólidas que aseguren la irreversibilidad de la revolución bolivariana.

Con esta divisa, tendríamos la garantía de que las grandes mayorías no serán afectadas por la poderosa industria mediática y los avatares que conlleva la política económica internacional y nuestra posición fluctuante en ella debido a la no superada dependencia del petróleo.

Seguir con el asuntico de las tarimas, concentraciones y las movilizaciones como modelo para la demostración de fuerza (que ya no espontáneas o vehementes, o con convicción por parte de los asistentes), es caer en la misma condición de guerra virtual del enemigo.

Es un hecho que la oposición ha venido recuperando espacio político significativo, muy a pesar de la obstinada negación de algunos dirigentes y el funcionariato; en el 2009 los resultados de la enmienda fueron: El sí obtuvo 37,8%; El No obtuvo 31,2%; La abstención obtuvo el 31%.

En ese momento tuvimos TRES PARTES de un todo y no DOS con un remanente (como quisieron hacer creer algunos dirigentes invisivilizando la abstención).

La Abstención , ese contingente sin liderazgo y voz propia, ese anonimato colectivo, nos inquieta ante la posibilidad de que a falta de una política consistente (caracterizada entre otras cosas por la visualización del castigo a la corrupción, a la impunidad, al tráfico de influencias y la contraloría permanente a los fondos públicos), termine de una vez cayendo en la seducción de la derecha con su doble discurso.

Y esto último fue parte de lo que sucedió en las elecciones de octubre del 2012 (lideradas por el comandante), que con una participación del 80% hizo ceder la abstención que se colocó alrededor de un 18%, es decir, perdió unos 13 puntos en relación a la contienda anterior...pero la votación de la derecha creció considerablemente, colocándose a una distancia de 10 puntos de nosotros. De modo que el contingente asociado a la abstención se visibilizó y se parcializó por la propuesta de la derecha que aumentó su votación.

En estas elecciones fueron cerca de los 700.000 votos de antiguos chavistas (o por lo menos afectos al proceso) los que se sumaron al fascismo; muchos son de ese sector social de clase media y también una parte de las clases más desfavorecidas que se beneficiaron con todas las misiones; y mientras el candidato de la burguesía y el Imperio se apoderó no solo de los símbolos sino también del discurso reivindicativo de Chávez (de hecho sustituyó el por ahora por mientras tanto), los asesores de imagen del candidato del proceso lo condujeron a convocar el apoyo del jet set cultural de la industria mediática como muestra de fortaleza.

A muchos, esta ¡Victoria! con tan poco margen nos llega con un sabor amargo...porque intuimos la inmoralidad de funcionari@s y beneficiari@s del proceso que votaron justamente por quien es la cabeza de la desarticulación del mismo.

¿Qué lectura damos a esto?

¿Es solo producto del saboteo y la conspiración de la derecha?

¿Cómo podemos entonces interpretar que en el año 2002, pese a una descomunal agresión, el pueblo y el apoyo al proceso se mantuvo incólume y se derrotó al fascismo?

Esto solo puede leerse a partir de la aceptación de que existe una gran debilidad ideológica en el electorado que traslada una votación que el 7 de octubre (2012) apoyó al comandante amado Hugo Chávez y que seis meses después, el 14 de abril (2013), prefirió votar justamente por el candidato que destruirá el proyecto revolucionario iniciado por el comandante, con lo cual perderían todos los avances logrados en la inversión de la renta petrolera para el desarrollo económico y social; puestos en beneficio de todas y todos los venezolanos, con especial atención en los sectores más necesitados por la exclusión social capitalista.

¿Será que el cansancio ante la impunidad -de la corrupción, el clientelismo, el tráfico de influencias, la inseguridad- está socavando las bases del proceso?

¿Será entonces que esta pírrica victoria puede asociarse también a que los ingentes recursos aprobados para la solución de los múltiples problemas sociales se diluyen en manos corruptas que dañan el proceso?

Entonces la gran triunfadora será la Inconsistencia Ideológica que promueve la derecha apátrida, para fomentar el consumismo compulsivo que nos somete a los designios y nos hace subalternos de las prácticas económicas impuestas por las culturas imperiales hegemónicas y que tienen sus vertientes en: la drogadicción, el alcoholismo, la criminalidad, la pornografía, la destrucción ambiental, la pérdida de la soberanía (o su ridiculización a nombre de la globalización)...el ¿cuanto hay pa’eso? y, la BANALIZACIÓN de la discusión política centrándola en figuras aglutinantes y no en propuestas conceptuales, con sus asociaciones simbólicas y filosóficas y su relación y trascendencia con los valores que impulsan la transformación social, económica y cultural pretendida por la Revolución Bolivariana.

La dirigencia del proceso tiene la palabra, esperemos que la Bienvenida a la Crítica que acaba de proclamar Maduro (posterior a ser declarado ganador de las elecciones) no sea solo un asunto coyuntural y se convierta en la punta de lanza sobre la que cabalguen consignas plenas de fervor revolucionario que convoquen al estudio y reflexión; así mismo, que el debate no sea satanizado y no se descalifique a sus promotores por parte de algunos concesionarios de espacios de propaganda oficial que pontifican sobre la obediencia acrítica y sumisa.

¡Viva Chávez!

¡Maduro Presidente!

¡Muerte al fascismo!

¡Viva el pensamiento crítico!



salud!!!



diegosilvasilva@cantv.net


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Diego Silva Silva

Compositor- Guitarrista- Investigador-Articulista-Conferencista. Licenciado en Educación. Ha recibido, entre otros reconocimientos (en las áreas de la música sinfónica, de cámara, electroacústica): Seis Premios Nacionales de Composición, Siete Premios Municipales de Música; el Premio Latinoamericano de Composición Casa de las Américas; ha presentado sus obras en Moscú, EEUU, Cuba, Nicaragua, Francia, Inglaterra, España, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay, Siria y Canadá; Investigador de la música del pasado colonial de Venezuela (restauró un extenso legajo de Canciones Patrióticas Sinfónico Coral caraqueñas desconocidas); ha estudiado las diferentes manifestaciones de la gran diversidad que representan las músicas de América y el mundo no occidental; fue asesor del departamento de investigaciones culturales del Ministerio de Cultura de Nicaragua (1983-1987); fue Vice-presidente de la Sociedad Venezolana para la Música Contemporánea y Presidente de la Comisión Artística de la Orquesta Filarmónica Nacional. Ha dirigido la Orquesta Sinfónica Venezuela, la Municipal de Caracas, de los Llanos, de Falcón, de Aragua, la Filarmónica y otras agrupaciones orquestales incidentales. Ha sido guitarrista acompañante de: Gloria Martín, Alí Primera, Lilia Vera, Cecilia Todd, Los hermanos Godoy, Isabel Parra entre otras y otros. En los años 70 fue miembro Fundador de la Camerata Renacentista de Caracas en donde se desenpeñó como laudista, vihuelista, violinista y percusionista.


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