¿Habrán leído, quienes votaron por Capriles, a Milton Friedman?

“…una sociedad que priorice la igualdad sobre la libertad no obtendrá ninguna de las dos cosas. Una sociedad que priorice la libertad sobre la igualdad obtendrá un alto grado de ambas” Milton Friedman. Gurú del Liberalismo Económico e inspirador de las medidas de shock.

Cuando hacemos el análisis de las posibles causas por las cuales una parte del pueblo chavista cayó en la trampa de la feroz y sucia campaña del candidato de las trasnacionales y votó en contra de ella misma, tenemos que desmenuzar las causas que podríamos llamar “domesticas”, que son muy importantes, que restan votos, por el hecho de activar el llamado voto castigo y entre las cuales se deben citar: La burocracia, el problema eléctrico, la inseguridad, la dificultad de conseguir los alimentos básicos entre otros. Todos ellos fueron capitalizados magistralmente por la estrategia mediática de la derecha. En eso la Revolución debe estar clara. Sin embargo, el nivel del análisis no debe quedarse allí, porque lo que debemos dar por descontado es que al Presidente Maduro tiene que haberle quedado muy claro ese mensaje enviado por una parte importante del país y en consecuencia la eficiencia de la gestión de Gobierno debe elevarse a le enésima potencia, como lo exigió el Comandante Chávez en su momento.

En este sentido, un escenario de vital importancia y de cuya capacidad de atacarlo por parte del Estado, depende el futuro del proyecto socialista, es el escenario ideológico. A pesar de los innegables esfuerzos y extraordinarios avances de la Revolución en la atención de la vergonzosa deuda social, traducidos en mejores condiciones materiales de vida, es evidente que buena parte del pueblo beneficiario de esas mejoras materiales, no ha elevado el nivel de conciencia de clase, el nivel de compromiso ideológico. Cito a Milton Friedman porque representa SOLO UNO, de los teóricos que constituyen el espinazo ideológico de quienes, todavía a estas horas, patalean por no haber podido hacerse del poder.

El discurso de Henrique Capriles, se montó sobre la plataforma de mentiras más nauseabunda que haya conocido la historia de las campañas electorales en Venezuela. La ocasión en la cual el entonces candidato Presidencial de COPEI, para las elecciones presidenciales de 1989, Eduardo Fernández, pasó una noche en un humilde rancho en un cerro de Caracas, luce ahora como una pálida caricatura de demagogia comparada con la puesta en escena del candidato cuasi-newyorquino. La igualdad no puede ser JAMÁS una propuesta de ningún candidato de derecha, pues es lo que impide el desarrollo a sus anchas del modelo globalizador del Capitalismo financiero. La igualdad hecha eje transversal de cualquier programa de Gobierno es lo que activa los resortes del imperio y sus aliados para proceder a intervenir y restablecer la “democracia”.

La Constitución que en Venezuela se aprobó a través del voto popular en 1999, fue atacada ferozmente, demonizada, quemada públicamente y derogada durante la breve dictadura de Carmona Estanga, luego del Golpe de Abril de 2002, si hay algo que garantiza es LA IGUALDAD. Entonces ¿Qué sucedería si la derecha llega al poder?. Obligado como está Capriles, a restablecer los privilegios de la burguesía capitalista neoliberal, procedería sin dilaciones a desmontar todo el ordenamiento legal que garantiza el cumplimiento de lo que establece la CRBV en su artículo 3 cuando define al Estado venezolano como “…democrático y social de Derecho y Justicia” . Mención aparte merece el hecho de que la concepción de la libertad de la que está impregnada la Constitución, es diametralmente contraria a la que manejan y defienden quienes están bien claros en la derecha, económica y políticamente hablando.

Los que no pueden estar claros en la diferenciación entre justicia y libertad que hacen los defensores del capitalismo, son los hombres y mujeres de a pie, aquellos que han recibido la respuesta por parte del Gobierno revolucionario, a muchas de las demandas que durante años les fueron negadas , quienes no han comprendido aún ( como los resultados electorales lo demuestran)que para un Gobierno de Capriles la libertad sería la aplicación sin freno de un proceso envolvente que entregaría a manos privadas las empresas estratégicas del Estado(las joyas de la corona), reiniciaría la ola de privatizaciones que Caldera II había puesto en marcha y aplicaría a sangre y fuego las políticas de shock que hoy padecen la mayoría de los países que permanecen cautivos bajo el modelo económico neoliberal.

El esfuerzo debe centrarse en establecer mecanismos efectivos para que la población en general maneje estos elementales insumos teóricos a manera de anticuerpos que le defiendan de las infecciones desatadas en esta guerra de cuarta generación en la que estamos inmersos en medio de las redes sociales y las corporaciones mediáticas. Un terreno fértil para sembrar la semilla de la conciencia, lo constituye el aparato educativo. El Estado venezolano, a pesar de haber abierto las compuertas para garantizar la mayor inclusión en la educación, ha sido débil e ineficiente en garantizar que los principios del Estado Docente, tal como los concibió el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, y que más de un siglo atrás expusiera Simón Rodríguez , permitan delinear al hombre y mujer nuevos que requiere una sociedad que persigue la justicia verdadera, que supedite la libertad egoísta del Capitalismo a la solidaridad y el humanismo socialistas. Basta con observar cómo en la escuela venezolana abundan los valores propios de la cultura a la cual se supeditó históricamente al país y que constituyen la barrera más poderosa para quebrar la alienación cultural.

De la misma forma, en cada espacio de la vida nacional: empresas, entes gubernamentales, universidades, los colectivos de cualquier naturaleza, no se debe emprender ninguna actividad que no esté precedida de la discusión acerca de su correspondencia con los principios filosóficos que la inspiran. Sólo así será posible que el voto de cada venezolano no se comporte como si se tratara de escoger de una carta de restaurante o entre varias películas en el cine, o simplemente como escoge una damisela entre varios pretendientes de acuerdo a quién satisface mejor sus caprichos. La educación de la conciencia permitirá diferenciar entre la satisfacción de una necesidad cotidiana, por más imperante que esta sea, y el mantenimiento de una sociedad consciente del rol histórico que le ha tocado desempeñar a Venezuela en la construcción de un modelo alternativo al capitalismo. JUSTICIA POR ENCIMA DE LA “LIBERTAD” CAPITALISTA.


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Jorge Ochoa

Licenciado en Educación

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