Venezuela, ha entrado en una nueva fase política, que ha tenido 2 giros importantes, fundamentalmente desde la desaparición física del Comandante Chávez como situación medular, y luego en consecuencia, las elecciones del 14 de abril que dieron como ganador al Presidente Nicolás Maduro.
Han recrudecido las situaciones de desestabilización política y social en nuestro país, haciéndonos regresar a situaciones de años recientes, cuando la derecha practicaba el golpismo de manera abierta embistiendo la revolución bolivariana.
En estos momentos en nuestro país, se emplea el manual de “Golpe suave” de Gene Sharp, como resultado de la dinámica política que se ha desarrollado desde el 14 de abril. Fue desde siempre un escenario previsible, que fue abiertamente planteado por nuestra dirigencia. Sobre esta realidad política, hay 4 escenarios fundamentales:
1.- La destrucción a corto plazo del stablishment político-institucional revolucionario, confrontación física abierta, la caotización de la sociedad y la reproducción para las condiciones de un golpe de Estado y la intervención extranjera.
2.- La practica de extorsión a la dirigencia revolucionaria por parte de la derecha, para someterlos a un pacto o acuerdo que dilate escenarios de confrontación abierta descritos en el 1er escenario.
3.- La reproducción de las contradicciones políticas y el desarrollo de una estrategia de la derecha a mediano plazo para ir por un referéndum revocatorio presidencial en 3 años.
4.- La desarticulación del clima de inestabilidad política y destrucción momentánea de la estrategia antipolítica de la derecha, por medio de los métodos que la dirigencia y la militancia revolucionaria desarrollemos, siendo efectivos en esto en corto y mediano plazo.
Para los revolucionarios y el futuro de nuestro proyecto-país, no queda otra opción razonable que la de crear las condiciones para la consecución del 4to escenario. Para esto, la revolución, y su mando político-militar, deben asumir la tarea de incorporar a todos los factores políticos y sociales revolucionarios en Venezuela y el mundo, y que estén comprometidos con la revolución bolivariana, a los fines de responder de manera consistente al golpismo y al injerencismo. La estrategia conjunta debe implementarse en muchos órdenes.
El momento político complejo de nuestro país, abre paso a aristas claras que apuntan a una intervención en Venezuela. Esto implica que debe implementarse un eficaz abordaje internacional, pues recientemente Barack Obama ha cuestionado los resultados electorales en Venezuela y ha declarado; “Hay informes que prueban que Venezuela no observa los principios básicos de derechos humanos, democracia, libertad de prensa y libertad de reunión". Idénticas son estas declaraciones, a las que el mismo Obama hizo con respecto a una Libia hoy destruida y sobre una Siria asediada hoy día. El escenario de la intervención gringa, no es viable solo en un escenario de confrontación militar abierta, sino también por medio de la intervención militar encubierta, como ha sido el caso de Libia y Siria. Vale decirlo, el Presidente Maduro ha insistido en la presencia de mercenarios extranjeros colombianos y salvadoreños, como los puede haber de muchas nacionalidades, operando en nuestro país. Y sobre esto hay que reaccionar de manera contundente a lo internacional, y por supuesto a lo interno.
Debemos tomar en cuenta, que el “Comando Antigolpe” ideado por el Comandante Chávez, actualmente en la práctica no tiene todas las cualidades que den cuenta de que sea un comando efectivo para promover la organización de base, comunal, ante el golpismo. Aunque las reglas son muy claras, y en ciertos escenarios haya roles bien definido a los órganos de la seguridad y el orden, es cierto que debemos construir formas de contraofensiva popular, y para ello debemos estar articulados en estrategias. Las comunidades y parroquias, deben articularse para responder, con organización, posibles escenarios de confrontación interna y desestabilización política, como preámbulos a la solicitud de una intervención de Venezuela. El golpismo no se desarma en las esferas del poder político, el golpismo se desarma verdaderamente en la base popular, donde está el piso político de cualquier fracción que bien sea mantenga el poder, o de cualquier otra que intente usurparlo. De ahí nuestra coherencia política revolucionaria, la de reconocer la importancia de sostener nuestra base política de apoyo en circunstancias tan duras. Ya lo hemos hecho. Pero la situación actual, amerita más nuestra organización.
Profesor
Prof.nelsonsanchez@gmail.com
(Harold)