Hace varios días que el tema de las candidaturas a alcaldes me preocupa, pero por diferentes razones, no lo abordaba de forma pública. Llegué a pensar que algunas tensiones entre compatriotas, habían cesado o disminuido después de haberse postulado los candidatos en todo el País según acuerdo alcanzado por los factores políticos que apoyan nuestro gobierno Chavista. Pero esta mañana me abordó el cuidador de carros de una iglesia cercana, que me conoce y que es Chavista confeso desde hace años. Me preguntó que me parecía el candidato postulado en Valencia. Le respondí que es un hombre que viene de una responsabilidad en la cual demostró lealtad al proceso Bolivariano y que es apoyado por el PSUV y todo el GPP. Pero él no trabajó con el “pollo”? , me imprecó. Creo que no, o mejor, no lo recuerdo, respondí. Sabe una cosa doctor, yo no voy a votar por ese personaje…”Pero viejo, no comprendes que al no votar por él estas votando por la derecha”, y le di otros argumentos. Estuvo imperturbable en su posición. Por supuesto que esto incrementó mi preocupación y decidí escribir sobre el tema.
Me vino el recuerdo de una tarde, miércoles, en mis días en Canoabo, hace 42 años. Termino la consulta y con un calor espantoso, las calles solitarias, me voy a conversar con “yeyo” Palencia, en su botiquín. Me invita una cerveza helada, irrechazable, y me siento en la mesa con otros dos amigos. Después de un silencio, propongo que juguemos dominó. Con este calor no provoca. Y entonces? Bueno, juguemos “la mosca”, “de a bolivita”. Y como es eso? Fácil. Cada quien coloca un bolivar en la mesa, y al primero que se le pare una mosca, se gana el resto. Y jugamos.
Pensé, aquí se juega cualquier cosa. El componente lúdico de nuestra gente es inocultable. Será que si se hubiesen sorteado los candidatos, nuestro pueblo los hubiese aceptado? No lo sé. Pero hubiese sido una monumental irresponsabilidad. Porque se trató de una decisión política extraordinariamente importante. Y la vía tenía que política. El tiempo sólo permitía la consulta entre las direcciones de las organizaciones Chavistas. Y el resultado puede no ser de la simpatía de algunos, cosa humanamente comprensible, pero todo el Chavismo, todos los revolucionarios, debemos asumirlo militantemente. No se trata de elegir a una reina de belleza. Sino de preservar los espacios políticos conquistados por el Chavismo y de ser posible incrementarlos.
La actitud de la derecha fascista, como lo es desconocer los resultados del 14 de abril, llamar a la violencia, con 11 muertos, múltiples heridos, agresiones a instituciones hospitalarias, sedes regionales del CNE y del PSUV. Campaña internacional para deslegitimar a nuestro presidente, sabotaje económico permanente. Sabotaje en los servicios públicos. Severo paro universitario. Compra de aviones de guerra y ubicarlos en un País vecino. Desarrollar un plan macabro para cometer un magnicidio y provocar inestabilidad en la Venezuela Bolivariana, para pedir invasión a los EUA. Son elementos que me permiten afirmar que estamos en guerra. Extraña, no tradicional, pero guerra al fin. Por lo tanto todo hecho político (las elecciones de alcaldes incluso) hay que asumirlo en este contexto. Por supuesto que la situación es compleja, difícil. Pero la tarea es vencer.
Otro recuerdo, nada grato, por cierto, es lo que les tocó vivir a mis padres, españoles, republicanos. En esa España en guerra civil entre 1936 y 1939. Donde cada organización revolucionaria tenía su propio ejercito, tácticas y quizás hasta estrategias diferentes, por un lado y por el otro el ejercito falangista unido. Dio como resultado la derrota de los republicanos, la perdida de la II Republica, un millón de muertos, un millón de presos y un millón de exiliados. La izquierda no logró ponerse de acuerdo para derrotar a los falangistas y ganar la guerra en España. Las consecuencias se pagan todavía. Esa experiencia y muchas otras, nos obliga a pensar, unirnos más que nunca y actuar. Está claro que derrotar al fascismo en las elecciones de alcaldes de diciembre es la tarea de todo aquel que se califica de revolucionario, de Chavista. No existen variables. No podemos escoger, necesario es vencer.
El trabajo que tiene todo el Chavismo es arduo, complicado, sistemático. La lealtad al pensamiento y a la inmensa obra del comandante eterno Hugo Chávez, nos obliga a derrotar las conductas…de ese candidato no me gusta.