www.aporrea.org/ideologia/
“La conciencia no puede ser nunca otra cosa que el ser consciente…La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponden pierden así, la apariencia de su propia sustantividad…No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia” (Marx). Los idealistas, interpretar el mundo (el suyo en particular) es decir, la realidad concreta, desde las ideas personales, no parten de su realidad material; de las condiciones como viven, producen y reproducen su real y verdadera existencia cotidiana. No pueden entender, que “La conciencia…es un producto social”. Que “la conciencia es del mundo inmediato”. “El poder social” que ellos tienen, se les aparece como “un poder ajeno”, que está distante de ellos. La interpretación de la vida que tienen, no parte de su mundo más inmediato y próximo: su trabajo explotado. No ven en la producción, relaciones entre desiguales, no entienden que toda producción es cooperación social, (su producción social), pero cooperación desigual y entre desiguales. Lejos, muy lejos están ellos de comprender que: “Las ideas de la clase dominante, son las ideas dominantes de cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante”. Queda claro que el explotador, para tener sometido al explotado, tiene que controlarle sus pensamientos. Hacer que crean y piensen como a él como explotador le conviene. Este papel de ocultamiento, es precisamente la tarea a ser cumplida por la ideología como “falsa conciencia”. Que la fuerza de trabajo se considere libre, es un asunto clave para el ejercicio de la dominación. Es por esto que “las revoluciones no las hace un partido, sino la nación entera” (Marx). Holderlin nos dejó escrito que: “Donde hay peligro crece lo que nos salva”.
Marx, al igual que Lenin, entendieron que del capitalismo liberal, se pasaría a la concentración de capitales, y de aquí a los oligopolios trasnacionales, es la naturaleza y la lógica intrínseca del capitalismo, por eso Rosa Luxemburgo entendió, que el capitalismo estaba condenado a eliminar las fundamentales libertades sociales. “Socialismo o barbarie”, exclamó la ferviente revolucionaria polaco-germana.
Si en Hegel, la alienación convierte al sujeto en objeto, en Marx, la dimensión económica, coloca la realidad del trabajador como su centro, sin ser determinismo, pues la economía es vista como una categoría, y por lo tanto contiene dentro de sí múltiples nexos de lo concreto. El trabajador no produce capital para él, sino para su opuesto social, y mientras más produce más se empobrece. Lo que él produce se le extraña, no le es suyo. Cuanta más riqueza produce para los dueños de los instrumentos de producción, más pobreza lo acorrala. Al cosificarse (ser cosa) la mercancía por él elaborada, él más se aliena. En la mercancía se ocultan (ideología) las contradicciones sociales que ocurren en la producción. El es una mercancía más, que se ve obligado a concurrir a un mercado (fábrica) para venderse; vender lo único que tiene: su fuerza de trabajo; produce y es, valor de cambio. Por esto, el interés privado del capitalista, no es el mismo interés público de la sociedad. De no entender esta dialéctica del sistema explotador, el explotado verá su desgracia como natural, normal e inevitable. El no tiene conciencia de todo el poder colectivo que tiene. “Los de abajo tienen que liberarse a sí mismos” (El Manifiesto). ”Solo el pueblo salva al pueblo” Lenin.
Luis Althusser, importante intelectual francés, fue expulsado del Partido Comunista de Francia, por afirmar que en el marco de la burocratización soviética, “la ideología había trascendido al capitalismo”. O lo que es lo mismo, todo lo que la ideología necesita ocultar en el capitalismo, pasaba con toda su carga a la sociedad soviética. Allá habían clases sociales, privilegiados, un partido burocratizado, explotación humana, colonialismo sobre los pueblos “aliados”•, alienación y enajenación del pueblo, un Partido Comunista incondicional del régimen, el Estado como instrumento al servicio de las minorías, símbolos, normas, leyes, y valores que servían para ocultar las contradicciones internas del sistema; no había socialismo. El estalinismo había logrado borrar la tesis del Internacionalismo Socialista, para imponer la del nacionalismo ruso.(la revolución en un solo país). La URSS Había participado en el reparto del mundo con Estados Unidos y Gran Bretaña (Yalta). El intento socialista en Rusia, había muerto con su creador Lenin en 1924. Se había impuesto el estalinismo burocrático. Se cumplió la predicción de Mao: La URSS volverá al capitalismo.
Todo occidente ha sido sometido los últimos siglos, al impacto del cogito cartesiano. El hombre occidental piensa y se expresa por la vía de conceptos, que son criterios limitantes y fragmentados de la realidad, separando el sujeto del objeto, lo que le impide al sujeto, ver el todo, como una realidad articulada, holística y en movimiento dialéctico. Marx por el contrario, construyó su pensamiento con categorías (donde está contenido el todo) de lo concreto real. Es la vía inductiva que parte de lo concreto real, y luego de un recorrido cognitivo, articulador de múltiples nexos, vuelve al punto de partida de lo concreto. Las categorias, no brotan de la imaginación caprichosa humana, son expresiones tangibles de la realidad misma. Marx no parte del hombre individual, sino del hombre en sociedad tal y como es su vida material cotidiana. Los hombres y mujeres producen, pero no les pertenece lo que hacen. Su salario, apenas sirve para penosamente reproducirse como especie. Pobres produciendo riqueza para otros, o la dialéctica del capital versus trabajo. La ideología se encarga de que esta fuerza de trabajo, tenga el mundo invertido, es decir, su propia realidad con los pies hacia arriba y la cabeza hacia abajo. Para su peor desgracia, los explotados se sienten libres.
Los conceptos son ideología; parcelas, desgarramientos, que no dejan ver la unidad del todo. Es un mundo atomizado donde las partes tienen plena autonomía. Por el contrario, las categorías contienen dentro de si los nexos reales que tiene el todo de lo concreto. Lo contrario a la ideología es la lucha de clases (Marx). Es aquí donde el hombre tiene que reconocerse como fuerza social. No fue una simple inversión de poner con la cabeza hacia arriba, lo que en Hegel estaba con la cabeza hacia abajo, la gigantesca labor descubridora de Marx. Se trataba no de una dialéctica que giraba y giraba sobre la cabeza (la razón) y la idea según Hegel, sino de una dialéctica que ocurre diariamente en la vida humana, es decir, en las múltiples maneras como los hombres producen mercancías y reproducen su existencia, que es su realidad material misma. Por esto, gracias a su método, Marx pudo penetrar la realidad cosificada y la fetichización de la mercancía, descubriendo el origen de las contradicciones que se ocultan en el proceso productivo, y en última instancia en la mercancía misma. Lo que antes era mostrado como natural, normal e inevitable, con Marx queda develado como histórico, es decir, es el resultado de las contradicciones de clase. De la interpretación falsa e idealista de la historia hegeliana, con Marx se pasó al Materialismo Histórico.
Lo dialéctico es para Marx, sólo el método, la manera de construir su arquitectura teórica. Es el desplegamiento del análisis categorial que lleva de lo concreto a lo concreto por la vía de lo abstracto. Marx nos enseñó, que el conocimiento no es apriorístico sino a posteriori. Es esta, la totalidad de lo concreto, que tanto rescató Lukács. Por esto pudo llegar a la conclusión (Marx), que: “el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general”. No hay aquí ningún determinismo. Se trata de un todo sistémico que se mueve en inter conexiones entre sí, en donde el papel de la ideología es ocultar lo real, reproducir el sistema, y hacer aparecer lo oprobioso como natural. Es de suyo, que toda ideología sea reaccionaria.
Que el manualismo soviético haya trastocado y manipulado toda la teoría de Marx, es asunto del estalinismo. Que Engels, Bernstein, Kaustky y todos los social demócratas, hayan tomado el camino del cientificismo, del positivismo, del darwinianismo, del determinismo y de la vía única y pacífica del parlamentarismo en sus luchas políticas, no es asunto que podemos reclamarle a Marx. No es el pensamiento sólido de Marx el que ha resultado refutado por la realidad. Es la trampa seudo marxista de los revisionistas y reformadores socialdemócratas lo que ha quedado al desnudo. Las” leyes eternas” no son más que “lechos de Procustro”, para acomodar las cosas al interés de los reformadores. Si crías cuervos, te sacaran los ojos. Es la ideología precisamente la que se ha encargado de falsear la realidad, ocultándola. (Continuará el próximo fin de semana).
Jesús M Vivas. HISTORIADOR. PROFESOR UNIVERSITARIO.
jesusm_vivas@hotmail.com