El Estado (III)

Los pobres producen toda la riqueza, a costa de acrecentar su miseria. Su tragedia es no conocer el fondo de su vida miserable. Son los protagonistas de la riqueza, y están excluidos de ella. El trabajo es naturalizado como trabajo, no como explotación. No saben los pobres, el inmenso poder intrínseco que tienen. Los dividen y les construyen una cultura para controlarlos. El Estado contiene dentro de sí, todos los mecanismos defensivos de los propietarios. El Estado es la clara evidencia de los antagonismos que hay en las sociedades de clases.

Por siglos, los propietarios han venido creado y fortaleciendo toda la superestructura que les garantice sus privilegios. Las Ciudades-Estados griegas, eran instrumentos al servicio de la élite esclavista. El Estado romano militaristas colonialista o republicano, fue instrumento de la minoría esclavistas. En el Medioevo, iglesia católica y señores feudales, unieron sus fuerzas, para someter a la servidumbre al campesinado. En el capitalismo, El Estado burgués, sigue siendo el centro del poder de las minorías. El Estado es la confesión obvia de que la sociedad está minada de contradicciones insuperables. Notorios pensadores construyeron teorías, que apuntalaron múltiples formas de dominación. El Estado moderno burgués nace con el Renacimiento, y se desarrolla con la Ilustración, el Humanismo, la revolución inglesa, francesa y norteamericana.

El Barón de Montesquieu (1689-1755) nacido en la nobleza y graduado en leyes en Francia, denuncia los convencionalismos sociales de la época (Cartas Persas). Con su “Espíritu de las leyes” (1748) propone tres formas de gobierno, el despotismo, la monarquía y la democracia. Consideraba que las leyes debían fundamentarse en factores físicos, sociales e históricos. Consintió la división de los poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Lo mejor era, una monarquía constitucional, pero acompañada con una clara división de los poderes del Estado. Fue un pensador de la Ilustración, y como tal, enfrentó a la iglesia y por su intolerancia religiosa, recibió en contrapartida, la censura a la mayoría de sus obras, que inicialmente tuvieron más acogida fuera de Francia. Siempre consideró que el uso de la razón era la vía para explicar las causas y consecuencias de los problemas sociales. No olvidemos que la razón ha servido de instrumento para justificar múltiples desigualdades. No toca el fondo del problema: la propiedad privada. Era la lucha de la emergente burguesía, contra las monarquías europeas decadentes. Del Estado absolutista, se pasa al Estado liberal burgués.

Jean J. Rousseau (1712-1778. suizo) no confió en la razón y prefirió los sentimientos, como los instintos y las emociones humanas. “Volvamos a la naturaleza”. Es opuesto a la Ilustración y a los Enciclopedistas. Creía que las artes y las ciencias trastocaban las costumbres. Se nacen libres, luego la sociedad nos encadena, débil denuncia que no llega a la etiología del mal. Los niños deben ser educados en la libertad, no en la fuerza. Es considerado un loco fornicador, es decir penitente pecador. Obviamente topó de frente con la iglesia. Con su “Emilio” plantea las relaciones entre la naturaleza y los hombres. En su “Contrato social” las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, fueron banderas de la revolución francesa. Creyó que El Estado nacía como resultado de acuerdos entre los hombres, que al deponer en este Estado parte de sus deseos, se lograba un equilibrio social. En su “origen sobre las desigualdades”, señala, como la propiedad lleva a las desigualdades, pero no propone su liquidación. El Estado debería ser un referente de fuentes naturales y las leyes como mandato de la soberanía popular. Plantea una Voluntad General, expresión del pueblo soberano. Pueblo legislando en función de su naturaleza y su Voluntad General, que es como decir el bien común, pues son leyes generales, que ocupan a todos. La voluntad general representa el sentir del soberano. La ley debe salir del consenso social (sociedad civil), por mejor decirlo: El Pacto Social, que dará origen a La República. El yo debe estar inmerso en la comunidad y la soberanía viene y reside en el pueblo, por eso, la política para él, era muy importante. Fue anti-parlamentarista, pues, consideraba que la soberanía era inalienable, por ser colectiva y esta soberanía, debía ser el centro de la democracia social y política. Propuso la democracia participativa y vio a los parlamentarios, sólo como cumplidores de las “Comisiones” que el pueblo le ordena. Los llamó “Comisionados”. El contrato social se rompe, cuando los gobernantes oprimen. El hombre civilizado y el hombre salvaje viven realidades opuestas. El primero se las arregla para vivir, pues vive “fuera de sí”. El segundo vive con la naturaleza, “vive para sí”. Su propia experiencia campestre le sirvió de inspiración, sobre las bondades de la naturaleza. Abundan quienes lo tilden de romántico.

Inmanuel Kant (1724-1804) “Crítica de la razón pura”, donde estudia a la razón, que debe conducir al conocimiento, enfrentando el idealismo. “Crítica de la razón práctica” expone la ética, la Filosofía del Derecho y del Estado, y “Crítica del juicio”, son entre otras sus obras. Condenó el materialismo y el ateísmo racionalista. El sujeto es el centro de su filosofía, pero ese sujeto no está solo, es obra de Dios. La moral, la razón pura y la práctica, debe conducir al “Deber ser”, sobre el ser. La moral obliga aunque nadie mande. La libertad es deber ser. Del entendimiento se pasa al pensar y luego a la acción. “Sobre mí, el cielo estrellado, en mí la ley moral”. Introspectivo y moralista. Defensor de la institucionalidad del Estado liberal burgués. La especie humana es un plan diseñado por la naturaleza, pero la naturaleza forma parte del reino de Dios en la tierra. El devenir es el progreso. Ese hombre vertical y moralista, es la fuerza de trabajo ideal para la industria capitalista.

Saint-Simón (1760-1825) vivió en los EE.UU. de donde tomó parte de sus ideas, y luchó a favor de su independencia. En “Cartas de un americano” expresa, que la libertad americana era superior a la cultura europea. Fue republicano al lado de la revolución francesa. Escribió libros y artículos en periódicos. El mundo industrial le atrajo y escribió sobre él. Este era el camino de la prosperidad, pero siempre dentro del orden establecido. Creyente de la propiedad construida, pero no heredada. El salario del trabajador estaría condicionado por su productividad. Se le atribuye parte de la paternidad del aparecimiento de la sociología. Creyó en un Estado menos poderoso y en un empresariado emprendedor. Propugnó la existencia de un consejo científico planetario, pues los países pequeños, no podía autogobernarse, esto puede dar pié a la justificación del colonialismo. Las crisis para él, eran normales en toda sociedad: “El espíritu humano, no anda más que por medio de crisis”. La división de clases era para él natural. No veía articulación entre crisis y clases sociales, entre propiedad, crisis y clases. El crecimiento industrial disminuiría los conflictos sociales. Fue un precursor de la tecnocracia del Estado. Instó a una moral colectiva basada en el amor y creyó en la convivencia de clases y en el Estado como su ordenador social. Esto fue lo que él llamó SOCIALISMO. Los socialdemócratas pueden verse un tanto reflejados en algunas de estas teorías. Siguen siendo entendimientos con el capital.

Thomas Malthus (1766-1834) Pensador inglés. Religioso anglicano. Profesor universitario. El crecimiento de la población, por la irresponsabilidad procreadora de los pobres, ponía en peligro a la revolución industrial. Los holandeses dicen que a los pobres les paren sus mujeres y a los ricos sus vacas”. Pero, la naturaleza debe encargarse de los excedentes demográficos. Dios se encargaba de estabilizar estos excesos poblacionales, mandando enfermedades y guerras. El Estado no debería intervenir para mejorar la existencia de la pobreza. “La tendencia de los pueblos a multiplicarse hasta el infinito, sólo está limitado por las calamidades públicas”, esto son, las guerras, las enfermedades, las epidemias y las hambrunas, que para él eran normales y naturales. Como la población crecía más que la alimentación, estas “calamidades” venían a ser niveladoras poblacionales. El Estado debía ser el centro de todas las actividades humanas, y por lo tanto eje de las conciliaciones sociales. Las diferencias de clase que el Estado expresa, fueron siendo naturalizadas, y por lo tanto inevitables. Marx lo leyó, odió y enfrentó, señaló, que el desarrollo científico tecnologías, influiría sobre la producción, lo que negará las tesis pesimista de Malthus. Si Malthus veía población sobrante en la tierra, que casualmente eran los pobres, Marx le atribuye a estos parias, la condición de sujetos históricos revolucionarios. Quien estaba sobrando era Malthus.

Friedrich Hegel (1770-1831) La razón es contraria a la intuición. La filosofía es el saber absoluto, por la vía inductiva. Dios es el centro de toda la actividad humana. El hombre está destinado a cumplir inexorablemente el mandato de Dios. La autorrealización del espíritu, es el centro de todo. Con su “Tesis, antítesis y síntesis”, le da materialidad a Dios, pues, aquí la idea se hace carne. El Estado es eterno. La libertad es voluntad. La mayor unidad de la sociedad es el Estado. El Trabajo dignifica al hombre, no es explotación. “Sólo el espíritu es progreso”, pero el espíritu para él es Dios, por lo tanto “Lo racional es real”. “Los hombres creen realizar sus fines: No son más que útiles del espíritu”. Espíritu, destino y Dios son lo mismo en él. La dialéctica en Hegel, es la Idea de Dios, mientras que en Marx es la realidad, las relaciones que ocurren en la sociedad, para la producción de sus bienes. Si Hegel tenía la visión invertida del mundo, lo que había que hacer era colocarla en su sitio, poniéndola con los pies hacia abajo y la cabeza hacia arriba. La tesis evolutiva de Hegel, llega hasta el capitalismo, por lo tanto no hay paso al socialismo, es: “el fin de la historia”.

Robert Owen (1771-1858) El bienestar humano debe ser decidido por la educación. La maldad es producto de la ignorancia. Con la práctica del bien, viene la felicidad. Habla de una razón moral. Las religiones deben producir el bien común. Trabajó algunos aspectos de la sociedad burguesa, pero no profundizó en su análisis. Habló de comunidades de iguales. Pensó en el sistema cooperativo, al que llamó “Bazares de trabajos”. Le temió a la lucha de clases: “Nuestras espadas se cambiarán en arados”. Es el mismo evolucionismo de las ciencias naturales. Fue un practicante de sus ideas. Sus aportes superan lo existente, pero suelen quedarse en los deseos. Owen, no logró entender que no es el hombre individual el que cambia la historia, sino los pueblos. Al no lograr articular el todo social, Owen, ve el mundo fragmentado, por eso separa el bien y la felicidad de la explotación del trabajo. Su razón moral, es la Judeo-cristiana del portarse bien. No entendió que para que se logre la igualdad no puede haber desiguales. No puede haber propiedad privada.

Charles Fourier (1772-1837) Le dio importancia a la clase media: Los brazos son tan importantes como la cabeza. En su “Manifiesto de los iguales”, abogó por las pasiones humanas. Creyó en la unidad entre hombres, universo y Dios. “A los siete años juré un odio al comercio”. Consideró que la riqueza engendraba la pobreza. Creyó en la igualdad de sexos y en la de oportunidades. Más que en la confrontación de clases, admitió la colaboración entre ellas. Llega más lejos que Owen, pero se queda en la superficie del problema, habita los espacios de la denuncia. Tampoco entendió el papel de los trabajadores como actores revolucionarios. Con la conciliación de clases, fortalecía el Estado liberal burgués de su tiempo.



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Jesús M. Vivas

Profesor Universitario con 45 años de servicio docente. PhD en Historia, egresado de la Universidad Complutense de Madrid. Más de 700 Artículos publicados a nivel nacional e internacional, mas de 60 años en la lucha revolucionaria, soy Jesus "Chucho" Vivas

 jesusm_vivas@hotmail.com

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