El Estado (VI)

He desarrollado en los cinco  artículos anteriores, ideas que nos permitan configurar el conocimiento de lo concreto: EL ESTADO burgués,  el mismo, que “fabrica a los pobres y les declara la guerra”. (E Galeano). El  es, un todo sistémico, una creación humana condenada a desaparecer, su origen no es espontaneo,  su desaparición será por la  acción organizada y consciente de la clase trabajadora, que es  el sujeto histórico revolucionario.  La conciencia se forjará con el fragor de las luchas, por la acción al unísono de la teoría y la práctica, actuando sobre realidades concretas existentes,  para ir al metabolismo del capital, descubrir todas sus relaciones y nexos, visibilizarlos, destruirlos y construir lo nuevo.

Mucho se ha discutido, el  ¿cómo destruir este Estado burgués?, y ¿qué  modelo de  sociedad debe superarlo dialécticamente?  El camino  conocido como TRANSICIÓN, huele más a trampa socialdemócrata, que a creación verdaderamente revolucionaria. No pretendo señalar, que la liquidación del Estado debe ser a hacha y martillo (Anarquistas).  Vista y practicada por los reformistas socialdemócratas, la transición es un desmantelamiento, un freno, una amputación de la revolución, hasta lograr su liquidación. La conciliación de clases y no la lucha de clase, son de su preferencia. El economicismo laboral y no la defensa clasista revolucionaria de los trabajadores. El Estado es tenido como una superestructura de convivencia. La socialdemocracia como aliada del capital, lograría entonces la restauración del sistema capitalista.  Se mimetizan de revolucionarios,  hacen teatro, y  pueden llegar a la liquidación no sólo de la revolución, sino también de los revolucionarios.

Con los cinco trabajos anteriores, acoté como de manera milenaria, se fue configurando este Estado clasista. Se toma al neolítico, como el origen de la división del trabajo. De la descomposición de sociedades comunales, vendrán la división de clases, la propiedad privada, y para garantizar su continuidad, la necesidad del Estado. Sobre este tema, sucesivos pensadores, fueron aportando contenidos que le dieron configuración. Cuando las llagas del sistema se hacen crueles y muy visibles, de inmediato la teoría al servicio de la dominación, las naturaliza. Así por ejemplo El Estado, el trabajo asalariado, la división del trabajo, las clases sociales, la plusvalía, la contradicción entre capital y trabajo, y la represión estatal, son forjadas como normales, naturales e inevitables, señalando incluso, que ellas  siempre han existido y existirán. Más aún, son referidas como necesidades  en nombre del orden y de la “Razón de Estado”.  “Hay quienes están interesados en que todo perdure” Heráclito.

Vladimir Ulianov, mejor conocido como Lenin (l893-1924), abogado de profesión, político de vocación y revolucionario de corazón y convicción, creador de la Unión de Repúblicas Socialistas y Soviéticas  es y seguirá siendo una figura de primer orden en la política mundial, y en particular, cuando de socialismo se trata. Un gran lector, de inteligencia aguda, de decisiones firmes, y verticalidad de principios. De sus estudios y propia práctica, comprendió, que el capital creado por el obrero, lo oprime, por lo que, la clase trabajadora es la  llamada a transformar la historia.

En su tiempo, Lenin debió luchar no sólo contra la vetusta monarquía zarista, sino contra muchos falsos revolucionarios, expresión de divisiones y grupismos que debilitaban la tarea revolucionaria. De los oportunistas, Lenin decía: “Socialistas de palabra y chovinistas de hecho, se distinguen por la adaptación vil y lacayuna de no sólo los intereses de “su” burguesía nacional,  sino precisamente a los de “su” Estado.” Sin vacilar, advierte que: “El Estado es producto del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase”. Coincide con Engels (cuando éste era revolucionario), que “El Estado….no es de ningún modo un poder impuesto desde fuera de la sociedad; tampoco es “la realidad de la idea moral”, ni “la imagen y la realidad de la razón”, como afirma Hegel. Es más bien un producto de la sociedad….es la confesión de que  esa sociedad se ha enredado en una irremediable contradicción consigo misma y está dividida por antagonismos irreconciliables”. No tiene duda Lenin, que  el Estado no representa a toda la sociedad, sino a una parte de ella: los grandes propietarios.

La clase  económicamente dominante, es la misma que domina la política. Sus ideas,  son inoculadas a las mayorías, para anestesiar la conciencia de clase de los explotados. Al legitimar la propiedad privada, la  plusvalía toma personalidad jurídica. El aparato ideológico del Estado, organiza a la sociedad, para tener el control de ella. La tarea de demolición del Estado burgués, es revolucionaria: “La sustitución del Estado burgués, por el Estado proletario, es imposible sin una revolución violenta.” (Lenin). Las dos categorias: dictadura y proletariado, las toma Lenin de Marx (llamada así, después de La Comuna de París y que aparece como modificación en el Manifiesto). Lenin prosigue sus convicciones: “Los trabajadores sólo necesitan del Estado, para aplastar la resistencia de los explotadores”. El argumento de Lenin, es demoledor:”Los demócratas pequeño burgueses….que han sustituido la lucha de clases por sueños sobre la conciliación de clases….la sumisión pacífica de la mayoría a la minoría”, es una traición abierta a todos los que todo lo producen y nada tienen. La Comuna de París, a pesar de su fracaso, dejó claras enseñanzas:” “La Comuna ha demostrado….que la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines….debe destruir, romper, la máquina estatal existente” (Marx), lo que Lenin convalida:   “es justamente la condición previa de toda verdadera revolución popular”. El Estado burgués debe ser sustituido por El Poder Popular, que es la fuente originaria de soberanía. Con tino, Lenin señala que “Democracia….es la subordinación de la minoría a la mayoría”. Es la idea de la “Dictadura del Proletariado”. Enseñó que la democracia burguesa, es la democracia del capital. El Estado capitalista es una máquina opresiva. Defender el Estado burgués, es defender la explotación. La revolución se iniciaría en Rusia, continuaría en Alemania y se extenderá  por el mundo, indicaba Lenin.

Temporalmente el Estado es menor a la existencia del género humano. Su carácter es histórico, es decir, es producto del desarrollo de las contradicciones de clase.  Estas contradicciones son opacadas, con la alienación, la enajenación y la ideología, herramientas hábilmente manejadas por el poder, que les permite ocultar sus venenos y reproducir su existencia. El Estado  se reciproca en todas sus partes, pues en toda su institucionalidad hay concierto de nexos. El Estado es una categoría política que tiene plena conciencia de su misión dominadora. No es algo abstracto, inmaterial, es mesurable, tiene existencia real y concreta, se manifiesta permanentemente en toda los ámbitos de la sociedad. La presunta diversidad representativa, es una trampa que legaliza su verdadero propósito.”Que las cosas no parezcan lo que son Sancho”.

“Los aparatos ideológicos del Estado, tienen capacidad de incidir desde el punto de vista teórico en los asuntos prácticos. Sin ellos desaparecería el Estado” (Louis Althusser), son pues, relaciones de dominación. Lo que siempre busca la clase dominante, es que los dominados vean en el Estado, un órgano de conciliación de clases y de representación de todos. Como lo señala Maquiavelo, allí no privan principios morales, sino racionales. “La verdadera riqueza….no es el oro o la plata, sino la mano de obra” (Marx). Es esta mano la que todo lo produce y de casi todo está privada. El Estado burgués legitima esta contradicción, y con sus leyes, conjura los intentos de los trabajadores de hacer justicia.

La democracia burguesa es contraria a la soberanía de las mayorías. El capital no puede ser democrático, pues desaparecería. El Estado burgués, no representa “la convivencia social” o “El espíritu absoluto” como dijo Hegel. Estado burgués y soberanía popular son totalmente antagónicos. Toda esta “falsa conciencia” ha penetrado de tal modo en nuestras mentes, que “hemos llegado a pensar que a la ideología hay que combatirla con ideología” (Ludovico Silva). Más adelante el mismo Ludo afirma:” Yo observo en la izquierda venezolana una gran ausencia de Marx”.

 De la misma manera que Marx ve en el capital relaciones sociales de producción, en el Estado existen relaciones antagónicas y dialécticas, entre clases opuestas. La alienación, enajenación e ideologización de los explotados, son condiciones para la existencia del Estado. No son estas contradicciones lógicas, sino contradicciones históricas.  La llamada “Sociedad civil”, es la completa alienación del hombre frente al Estado. “Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase” (Manifiesto). Todos los marxistas, al unísono admitimos que:”El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa…La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción” (Manifiesto).

Finalmente es oportuno señalar, que la interpretación de Dictadura del Proletariado en Lenin, tiene mucho que ver, con las condiciones de atraso de la Rusia de “rasgos asiáticos”. Lenin deja claro su propuesta:”Sin dictadura, será imposible aplastar esta resistencia (de los terratenientes)… una dictadura democrática”, de las mayorías. No fue el socialismo lo que Lenin le indicó a su pueblo, fue una TRANSICIÓN PARA SUPERAR LAS CONDICIONES “ASIÁTICAS”(campesinado analfabeto  y sometido, que eran la mayoría) de  Rusia,  luego vendría el socialismo. Una revolución burguesa primero y una revolución socialista después. Contenidos que son discutibles. Ciertamente el capitalismo mucho ha cambiado hoy, pero su naturaleza y su lógica, sigue siendo la misma desde sus inicios. Suponer, como llegó Lenin a creerlo (influencia hegeliana), que para llegar al socialismo había que transitar por el capitalismo y llevarlo a un alto grado de desarrollo, impulsando en este recorrido “el desarrollo de las fuerzas productivas”, es caer en el evolucionismo, suponiendo que del vientre del capitalismo al final, saldrá el socialismo.   Lenin señala que: “la burguesía no es capaz de llevar la revolución democrática hasta el fin”, ella no es suicida. Más adelante   admite, que: “los grandes problemas de la vida de los pueblos se resuelven solamente por la fuerza”. Eso sí, Lenin nunca dejó de reconocer el papel histórico revolucionario de la clase trabajadora. (Leer, opinar y difundir. Nos leeremos el próximo fin de semana).

jesusm-vivas@hotmail.com



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Jesús M. Vivas

Profesor Universitario con 45 años de servicio docente. PhD en Historia, egresado de la Universidad Complutense de Madrid. Más de 700 Artículos publicados a nivel nacional e internacional, mas de 60 años en la lucha revolucionaria, soy Jesus "Chucho" Vivas

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