Sicofante, es una expresión oral o escrita, de origen griego, que significa: denunciante sin tener evidencias, una persona falsa, un delator, un adulador, que llegó a ser casi un oficio en Atenas, para convertirse en una pesadilla para muchos atenienses. Oficio, que al igual que ayer, hoy produce muchos dividendos.
Un personajillo llamado rómulo betancourt, cuyo pérfido comportamiento político dejó crueles evidencias, como asesinatos, cárceles y exilios para sus enemigos políticos, que pudo penetrar a los movimientos comunistas de distintos países como quinta columna, y usar sus rastreras uñas para traicionar, Y entregar el país a los Estados Unidos, que para nuestra desgracia fue presidente de Venezuela (59-63), solía decirnos a quienes lo enfrentamos por entreguista, represivo, corrupto y asesino, con su voz amenazadora, chillona, desagradable y profundamente lleno de anticomunismo, que éramos unos “sicofantes del hamponato comunista”. Prontamente del seno de su mismo partido: AD, surgieron voces calificadas que le reprocharon sus políticas traidoras y antipopulares. No por casualidad Acción Democrática pasó por varias divisiones, y hoy sigue haciéndose pedazos. No era pues en balde, o sin pruebas, las acusaciones que entonces contra él y su gobierno hacíamos. La abierta presencia de la Embajada de los Estados Unidos en Miraflores, la entrega petrolera a las “Siete Hermanas”, el control del ejército venezolano por parte del Pentágono, la presencia de torturadores profesionales nacionales y extranjeros en los cuerpos de seguridad, la entrega de privilegios y bienes nacionales a la burguesía venezolana, la brutal represión contra el pueblo y particularmente contra las organizaciones de izquierda, sus políticas que causaron hambre al pueblo, son pruebas de que no denunciábamos sin evidencias. Estas y otras acusaciones le fueron señaladas a todos los gobiernos de la llamada IV República o Pacto de Punto Fijo.
Ciertamente la fama puede durar poco, pues “la mentira tiene piernas cortas”. Se afirma que el poder hace posible que algunos gobernantes queden tempranamente al desnudo. “Dale poder y lo conocerás” dice el refranero popular. Los poderosos saben controlar a los gobernantes débiles, que no tienen escrúpulos y sí, muchas ambiciones. Nos falta espacio, para reseñar los casos de gobernantes timoratos, blandengues, sumisos, genuflexos, que la burguesía ha podido controlar a sus anchas. Con Hugo Chávez jamás pudieron, fue la piedra en el zapato de los gringos y de la apátrida burguesía venezolana.
La historia está llena de traiciones y traicioneros. Claro que ésta felonía, no ocurre descaradamente, apelan a diversos lenguajes y a la vaselina. Estos destructores de esperanzas y sueños, aprenden con sus amos, como sonreír mintiendo. Para muestra un botón: “la mano peluda” de los reformistas socialdemócratas, ha incidido en modo determinante para la derrota de numerosos intentos revolucionarios en muchos países. Estos indeseables, son extraordinarios fingidores. Saben al carbón el daño que están haciendo. No es para ellos un asunto de principios, sino de clara perfidia. Están superlativamente claros para qué y para quienes trabajan. Si a estos nefastos sicofantes (aduladores y traidores), se les dice (tesis que es falsa), que el socialismo es un camino lleno de improvisaciones, de terrenos desconocidos, que no tiene teoría, que se trata del azar, y la suerte, que se puede improvisar, mejor para estos “desnudos” personajes. Con esta mentira de que no existe un camino hacia el socialismo, su labor traidora, es más fácil. De aquí el distanciamiento de la verdadera teoría revolucionaria, y la presencia del “paquete chileno”, en las acciones de gobierno.
Cuando Marx hablaba de “conocer la realidad para poder transformarla”, hablaba de conocer el todo completamente integrado, holística y dialéctico, con la articulación de sus nexos, visualizado por los revolucionarios, para poder destruir a su enemigo histórico. Es la estrecha unidad entre la teoría correcta y la práctica correcta en acción. La tarea revolucionaria no es pues una aventura, un arrojo, una valentía salida de los testículos o de los ovarios, de aventureros y aventureras, sino la labor permanente, meticulosa, que sigue un programa concebido surgido del conocimiento profundo de la realidad. Una tarea llena de convicciones, compromisos, “un camino largo, pero es el camino”.
No es cierto, que el socialismo saldrá del vientre del capitalismo. Ese vientre está profundamente corrompido, enfermo. No puede salir el socialismo de las instituciones de un Estado liberal burgués, pues éste ha sido estructurado precisamente para impedir las revoluciones. “El hombre y la mujer nueva” del Ché, no tienen nada que ver con el hombre y la mujer diseñada por el capital. El Ché no era paranoico, era realista: “con el capitalismo ni tantico así”. Con el barro del capitalismo, no podemos hacer el hombre del socialismo. Creer en el fraude teórico, de que la historia avanza por etapas, y por lo tanto hay que impulsar el desarrollo del capitalista (industrialización en manos de la burguesía), para que de su vientre, al final sea parido el socialismo, es ser ingenuo, ignorante o pendejo. Es esta la tesis que con frecuencia aducen los socialdemócratas reformistas, para frenar, detener, desviar y liquidar una revolución y revertir la historia hacia atrás. Es el camino de la restauración del pasado.
Qué fácil es penetrar un proceso revolucionario. Es suficiente con tener habilidad, ausencia de dignidad, no tener escrúpulos, ni decoro, ser astuto, tener desfachatez para engañar, ser cínico, saber mentir para arrancar el aplauso iluso del pueblo, y luego entregarle moneditas de cartón, mientras que ellos se apropian de las de oro. Estos son los políticos que matan a la política. ¿Qué pensarán hoy los familiares de vietnamitas, chinos, rusos, argelinos, libios, mexicanos, angoleños, franceses, alemanes, egipcios, congoleños, yugoslavos, polacos, húngaros, rumanos, albaneses, y tantos otros, que algunos de sus familiares dieron la vida luchando por su país, y hoy el país en que viven contrasta con el país por el que lucharon y murieron sus familiares?. Miremos lo que hoy está ocurriendo en Europa, y exploremos la responsabilidad de los socialdemócratas, en las amarguras por las que hoy están pasando estos países. ¿Esas nefastas experiencias no son suficientes para advertirnos del peligro socialdemócrata? Los chavistas estamos esperanzados en construir con el legado de Chávez, con la teoría científica socialista, la praxis de la revolucionaria “permanente”, que en todo y por todo debe ser, absolutamente opuesta al capitalismo en el que hemos vivido, el verdadero socialismo, no “el socialismo de mercado”. Denunciar y enfrentar a “la mano peluda” socialdemócrata en el gobierno, es parte de la labor revolucionaria. El Poder Popular es la creación “heroica”, salida del vientre del pueblo verdadero (TOPOFILIA), no de un Estado liberal capitalista que apesta. El Poder Popular, no saldrá de la institucionalidad capitalista, sino de las luchas populares contra el capital.
Se trata de la creación “heroica” del pueblo de pié, y no de rodillas pidiendo limosna. Tiene que ser una sociedad muy humana, parida de la cabeza, el corazón, los ovarios y testículos de mujeres y hombres revolucionarios. Lo nuevo no sale de lo viejo. El parto revolucionario sale de la unión de los espermas y óvulos del pueblo. Es creación de abajo hacia arriba. Es ir a la raíz de todo lo viejo, erradicarlo y construir lo nuevo. La alianza con toda forma de capitalismo, pone en peligro la revolución popular. Los intereses del capital son en todo y por todo completamente opuestos, antagónicos e históricamente enemigos del pueblo. Socialdemocracia es capitalismo enmascarado.