Tras 17 años de trabajo en la cadena televisiva Univisión, el venezolano Rodner Figueroa  que hasta ahora había sido una de sus mayores estrellas como copresentador del programa 'Sal y Pimienta' y experto en moda, trabajo por el cual ganó un premio Emmy el año pasado, luego de hacer un comentario y decirle públicamente a través de ese medio de comunicación de masa, simia a Michelle Obama (Primera Dama de los Estados Unidos) fue despedido sin ningún tipo de contemplación y no es raro que vaya a parar a la cárcel.

Al parecer, Rodner hizo un chiste que ya que es costumbre en EE.UU, llamar mono a una persona negra, hecho evidentemente racista, pero que por común y gracioso pasa por debajo de la mesa.

Aquí en Venezuela han sido incontables los insultos racistas asociados a funcionarios gubernamentales, un ejemplo es el de Aristóbulo Istúriz, el cual más de una vez ha sido públicamente comparado con un mono o la actitud asumida por los afro descendientes en Venezuela, cuando hacen público su animadversión contra los negros, cuando públicamente sostienen que “LO NEGRO ES UN COLOR Y LO AFRODESCENDIESTE ES UNA IDENTIDAD”¹, lo cual encarna una actitud racista y fenotípica que se encuentra tipificada en la Ley Orgánica Contra la discriminación Racial (LOCDR)² y en el art. 20 Constitucional, donde se intenta oscurecer quinientos años de historia, al no querer aceptar que lo “NEGRO…, ES SINÓNIMO DE LIBERTAD E INDEPENDENCIA Y ES MÄS QUE UN COLOR”, lo que demuestra que sin este término racial (positivo o negativo), no se puede escribir la historia venezolana (la cual hay que verla en su justo momento), puesto que el término “afro descendiente”, nació en Durban (Sudáfrica) en el 2001, además representa un pasado demasiado inhumano y cruel llevado a cabo por los propios africanos, quienes se dieron a la tara de cazar, controlar los asientos e intercambiar a los barcos negreros a su propia gente, a pesar de existir el Instituto Contra la Discriminación Racial (INCODIR), el cual se mantiene callado, en silencio, cómplice y sin acción jurídica, a pesar de que se está cometiendo un delito de discriminación racial en flagrancia, puesto que se hizo público y notorio la discriminación y xenofobia contra el término negro el 26 de Marzo del 2001, en la Plaza Mórelo y no es posible que existiendo en Venezuela una Institución Contra la Discriminación racial, esta no actúe, porque todos sus miembros se consideran “Afro descendientes”, lo cual le produce inestabilidad, poca seriedad, credibilidad, etc., al no asumir una posición neutra, en caso de delitos que tengan que ver con la discriminación racial, pero apena vino un venezolano de color blanco y diverso, acostumbrado a burlarse de todo aquel que tiene piel oscura en los EE.UU, se metió con la única negra que en EE.UUU, que ha representado en la presidencia de ese país, a los negros y negras, durante dos períodos.

El racismo del que hacemos eco con nuestra “idiosincrasia” no es menos racismo, ni menos ofensivo. Es resultado de la historia de discriminación, “blanqueamientos”, y vergüenza étnica que llevamos a cuestas.

Por ello, el racismo no es una manera de ver las cosas, no es un fantasma y es lo que debemos ver cuando estudiamos la historia africana, europea y Americana, y nos damos cuenta que ese criterio (negro/negra) que utilizaron los africanos para diferenciar aquellos que no consideraban africanos, para después darse el tupe de intercambiarlos a los barcos negros europeos, trajo como consecuencia, el predominio de la europeos sobre los otros estratos sociales en el mundo. Por ello, esta actitud y conductas asumida por los africanos marca un hito históricamente, puesto que se convirtieron en una de las primeras muestras de racismos colectivo de la humanidad, puesto que este prejuicio, maltrato, vergüenza…, trajo como consecuencia, el conformismo entre los negros/negras y originó históricamente el desprecio contra lo que somos como americanos y caribeños, y es la fuente que ha permitido que sigamos renegándonos y des pigmentándonos la piel.

Mientras el endorracismo es la internalización en lo personal del racismo por el pueblo sometido, aceptando su auto negación; identificándose así, el colonizado con el colonizador, porque a partir de allí se empieza a colonizar la memoria y el control de los países poderosos de los países que no han logrado su desarrollo, bajo cualquier supuesto teórico que les permita su consumación para después apoderarse de todos sus recursos energéticos.

Por ello hay que levantar la voz en lugar de hacernos observadores inertes de las desigualdades, dejándonos cargar en el carril del racismo y endorracismo, que conlleva al auto-desprecio y asumir el imagen del que poseer mayor poder de fuego simbólico para renegar su propio sentido de pertinencia e identidad y asumir la herencia blanca, como remanente del proceso de transculturización a que fue sometido, donde la con culturización jugo un papel importante en la imposición de la nariz fina, los labios no tan gruesos y perfilados, el cabello liso, piel blanqueada, y asumir los estereotipos de conductas de los blancos, etc., para asumir la cultura de la globalización y la idea de la aldea única, en un país donde vemos a los policías matan a plena la luz del día y en presencia de cualquier medio alternativo, comunitario, público o privado a cualquier persona que posea una piel oscura (sea moreno, negro, bachaco, etc.), para luego salir ser absorbido del delito que cometió, a pesar de ser público y notorio.