Al fraternal amigo Profesor ARMANDO ROJAS.
Hegel propuso una evolución de la humanidad, que parte de LA IDEA, DEL ESPIRITU ABSOLUTO, de Dios. Marx con su exitoso parricidio, parte del hombre concreto y real, el de carne y hueso, el que trabaja y es explotado a diario, el que produce la riqueza y padece la pobreza. Del hombre abstracto de la ilustración, Marx pasa al hombre concreto de la realidad.
La tesis idealista, metafísica y evolucionista de Hegel, dio pie para que los socialdemócratas y los marxistas ortodoxos, construyeran una historia evolutiva, UNILINEAL, por etapas, por la que todos los países tendrían que transitar, y que el manualismo soviético simplificó en los llamados “Modos de Producción”, deformando la propuesta original de Marx. Según esta interpretación, para llegar al socialismo, inevitablemente hay que pasar por el capitalismo. No son pocos los que han asumido esta vía, entre ellos al propio Lenin, consideró necesario el tránsito de una Revolución Democrático burguesa, previa al socialismo.
Esta tesis de la marcha de la historia por etapas, no es revolución es evolución y contrarrevolución. Es europeo centrismo, racismo; lo nuestro ancestral no sirve, es salvajismo, es barbarie, debemos buscar el auxilio civilizatorio europeo, necesitamos de la modernidad y su “Desarrollo”, “Progreso” y “Civilización”, propios del capitalismo. Este contrabando teórico, se ha instalado con fuerza en casi todas las instancias de la sociedad actual. “La historia no es, ni puede ser, desarrollo UNILINEAL de un proceso teleológicamente NECESARIO, SINO MANIFESTACIÓN MULTILINEA Y disyuntiva de algo que OFRECE POSIBILIDADES DIVERSAS” (C Marx).
Mariátegui, cuestionó el etapismo soviético, exigió la lucha contra el capitalismo y contra el imperialismo en la construcción del socialismo, idea con la que comulgó El Ché Guevara. La “Unidad, Lucha, Batalla y Victoria” de Chávez es más cónsona con una visión “multilineal”, con peculiaridades nuestro americanas, pues es lucha revolucionaria PERMANENTE, y NO UNA ESPERA EVOLUTIVA. Mariátegui no propone un “socialismo incaico”, sino el estudio y la comprensión de toda una cultura autóctona precolombina, la misma que fue brutalmente destruida por el conquistador.
Los colonizadores mataron a nuestros aborígenes, violaron a sus mujeres y se apoderaron de sus tierras, se robaron el oro y la plata, y luego con mano de obra esclava traída por la fuerza de África, extrajeron productos agrícolas que exportaron, además, Y ESTO ES LO MÁS GRAVE, DESESTRUCTURARON TODA SU ESTRUCTURA CULTURAL, su cosmovisión del mundo y sus prácticas cotidianas, fue una transculturización de terror. El capitalismo llegó por la fuerza no por “la evolución”. Al destruirles su ESTRUCTURA COMUNITARIA, los naturales quedaban en el vacío y la cultura invasora ocupó su lugar. Aún así, llevamos cinco siglos de resistencia contra el coloniaje.
Lo que le costó milenios a nuestros aborígenes, el invasor lo destruyó en un par de siglos. Estos cambios, transformaciones o “evoluciones” han ocurrido en todo el planeta pero de distinta manera, lo inaceptable es querer igualar la historia universal, sometiéndola bajo un simplismo esquemático de que toda la humanidad pasó y tiene que pasar por los fulanos Cinco Modos de Producción. Este reduccionismo, este mecanicismo, este simplismo, es falso de toda falsedad. El propio Marx, revisó meticulosamente a Morgan como fuente de Engels y rechazó el propósito de universalizar la tesis de Morgan. El capitalismo no es un tránsito obligado para llegar al socialismo.
En la “Unión Soviética” no hubo socialismo, no pudo fracasar lo que no existió. Hubo sí, una feroz tiranía expresada en un capitalismo de Estado con altísima burocratización. El estalinismo rigurosamente vertical y por ende burocrático, deformó cuanto pudo las tesis originales de Marx, y desde los manuales soviéticos a través de los Partidos Comunistas y otros partidos de izquierda, nos incoaron estas deformaciones. Aprendimos marxismo deformando a Marx.
Con “Los Modos de Producción”, Marx se propuso ir al metabolismo y a la fisiología del capitalismo; buscó y encontró, la etiología del capital. No fue una propuesta unilineal, cerrada, etapista y evolutiva. Ir a la raíz de la sociedad, exorcizar sus antagonismos, visibilizarlos y demostrar la necesidad revolucionaria del cambio, destruyendo lo viejo y construyendo lo nuevo (conciencia de clase). Para esta tarea, construyó un “sujeto histórico” que en el capitalismo es el proletariado. Hoy debemos incorporar todas las clases explotados por el sistema capitalista.
Las relaciones de producción son la estructura de la sociedad, el hecho mesurable sobre el cual gravita todo un sistema. De aquí se constituye la superestructura y con ella, la conciencia social. Estas formaciones económico-sociales, son un proceso de SUCESIONES DISTINTAS, que Marx distingue como el hecho histórico. Allí pugnan los antagonismos, que representan intereses opuestos. Cuando Marx reclama a la economía política el no ir a la raíz de la propiedad, cuando enfrenta la dialéctica de Hegel que sólo se mueve en el marco de LA IDEA, cuando enfrenta con firmeza el idealismo hegeliano y a todos sus seguidores, cuando descubre las relaciones entre religión y alienación, entre enajenación y mercancía, cuanto palpa la fetichización de la mercancía y sus vínculos con el salario, cuanto entiende que “el dinero es una relación social”, cuando demuestra que la propiedad no es natural, ni sale del consenso social, por el contrario, que deviene de la expropiación de la tierra y luego de la fuerza de trabajo, cuando descubre que las formas jurídicas salen de las formas económicas, que la división del trabajo se emparenta con la propiedad privada de los medios de producción, y que El Estado es el mayor “aparato”, el más colosal instrumento de dominación creado por la voluntad e interés de los propietarios privados, Marx entiende que sólo una revolución auténtica puede hacer ceniza y polvo, estas perversiones humanas.
La tesis de la historia de la humanidad de Marx es revolucionaria, porque se propone “conocer la realidad para poder transformarla”. En La Tesis XI, Marx nos invita a la tarea destructiva y creadora. No es una visión determinista, mecanicista, unilineal, por etapas o evolucionista, donde la sociedad está obligada toda a seguir los mismos pasos, para conquistar el anhelado socialismo.
Marx, entendió la complejidad de la sociedad. No todos irían tras los mismos pasos de los otros. Pasar por el capitalismo no es una obligación histórica. Desde 1853, Marx, en sus artículos publicados en el New York Daily Tribune, en sus Grundrisses de 1857, en su mayor obra El Capital, y en cartas a sus amigos, señaló que estaba estudiando sociedades distintas como las asiáticas, la americana prehispánica (comparar con los estudios de Mariátegui), las comunas agrarias rusas, todos estos estudios recogidos dentro del “El Modo de Producción Asiático”. Allí Marx se detuvo en el estudio y articulación de realidades concretas como: la tenencia de la tierra, la forma de producción, el carácter colectivo de los medios de producción, la preferencia por cultivar nexos sociales y no riqueza, las formas organizacionales del poder político, y los vínculos entre sociedad y naturaleza. Ante la incomprensión de estos estudios de Marx, algunos por ignorancia o interés, han señalado, que el “Modo de Producción Asiático”, es una variante del feudalismo, otros dicen del esclavismo, lo cierto es que el bárbaro estalinismo optó por darle poca importancia a estos estudios “asiáticos” de Marx, y promover los famosos Cinco Modos de Producción, con una visión unilineal, etapista y evolutivo. Se trató de un falseamiento más de las tesis originales de Marx. Por falsedades como ésta, Marx NO QUERIA SER MARXISTA.
Hoy nos encontramos con la creencia de que la burguesía puede ser aliada de la revolución. Por ejemplo en Venezuela esta clase parasitaria, tiene más de ochenta años chuleándose a todos los gobiernos; el actual no es la excepción. Que ella nos ayudará a desarrollar las fuerzas productivas, o que serán espacios para el desarrollo de las contradicciones clasistas entre capital y trabajo, pero la práctica no ha demostrado esto, por el contrario, el economicismo en la clase trabajadora auspiciado por “sus líderes”, ha tenido más fuerza que la teoría revolucionaria de Marx.
¿Qué de todo esto falta en nuestras Comunas hoy? Sabemos que las Comunas han existido desde hace siglos en el mundo. ¿En nuestras Comunas, está el “sujeto histórico” revolucionario? ¿Existe allí la clara conciencia clasista? ¿La cultura que practican sus habitantes, es la del perfil del capitalismo o del socialismo? ¿Cómo se pretende ser allí “los sepultureros” del capitalismo? ¿Hay o no en estas Comunas, un mezclote entre populismo, asistencialismo, keynesianismo y desarrollismo? ¿Son o no espacios burocratizados? ¿Hay o no hay en su interior colonialismo cultural? ¿Se trabaja seriamente en estas instancias para liquidar al sistema capitalista? ¿Puede el socialismo salir de las instancias institucionales del sistema capitalista? ¿En las Comunas, hay verdadera formación política y profundos debates teóricos? ¿Se permite la crítica y se hace la autocrítica? ¿Está allí conformándose “el hombre y la mujer nueva” del Ché? Sobran las preguntas, falta el espacio. Nos veremos el próximo sábado.