Usted camarada lector, seguro se ha hecho la pregunta que lleva por titulo este escrito. Y es lógico que se la haga, después de escuchar molestias y críticas al gobierno incluso descalificándolo y acusándolo de ser el único culpable de la crisis económica por la que estamos atravesando.
Pero yo lo invito al siguiente ejercicio: Cuando usted esté en una cola, sea de un abasto Bicentenario o cualquier otra empresa privada, en el banco, pagando algún servicio como agua, luz o teléfono, se encontrará con los consabidos profetas del desastre, sobre todo de esa clase media de la que habla en su poema el argentino Daniel Cezare, y que muchas personas han dado erróneamente su autoría al conocido poeta uruguayo Mario Benedetti.
Cuente o haga un cálculo, amigo lector, de cuantas personas hay en la cola o reunión donde usted se encuentra. Observe y escuche cuantos hablan mal del gobierno y manifiestan que hay que salir de este lo más pronto posible, soltando su metralleta de descalificaciones y acusaciones, algo en lo que son unos verdaderos expertos y que en la mayoría de los casos pierden la capacidad de razonar y hasta demuestran ser verdaderos ignorantes, como una profesora que escuché decir que el oro que Chávez regreso al país lo vendió para hacer rica a su familia y a la de Diosdado y que el gobierno se la pasaba inventado héroes patrios porque, "esa Juana la avanzadora, no había existido". Por supuesto que yo la mande a leer historia.
Pero continuemos con el ejercicio; usted llegará a su casa pensando que todo lo que escuchó en las colas fueron puros ataques y descalificaciones al gobierno. Eso lo pone pensativo y preocupado. Pero,¿ tomó usted en cuenta cuantas personas hicieron caso omiso y no dijeron ni pio de lo aquella minoría estaba diciendo?. Claro, esto no significa, ni quiero decir que todos los que estuvieron callados apoyarán al gobierno, pero le aseguro que la mayoría de los que callaron, que fue la mayoría de los que estaban en la cola, si lo harán.
El chavista o el revolucionario es por costumbre callado cuando las circunstancia lo ameritan. No le gusta provocar o causar situaciones incomodas y menos en lugares públicos, lo que tampoco significa que a la hora de debatir no defienda sus intereses ideológicos y ponga en su sitio a esos mensajeros de la ultraderecha que van a cumplir una encomienda como es la de crear malestar e incertidumbre en las personas, haciéndoles creer que todo lo malo es culpa de la revolución.
Un amigo taxista me contó que estaba preocupado porque mucha gente apenas se montaba en el carro comenzaba a hablar mal del gobierno, teniendo que escucharlos sin emitir opiniones para evitar discusiones con el cliente, conociendo de antemano la agresividad de estas personas si se le ocurría defender al proceso revolucionario. Entonces se le ocurrió sacarle conversación acerca de la situación política del país a todos aquellos que le pedían un servicio y, o iban callados, o iniciaban una conversación ajenas a esta, dándose cuenta que , a pesar de que no todos apoyaban al gobierno si lo era la mayoría.
Yo mismo puse en práctica este ejercicio y estoy convencido que este 6D ganaremos la Asamblea Nacional. Como sea, con guerra económica, y todos los actos de sabotaje que la ultraderecha ponga en practica. Pero los organizadores de la campaña tienen que ponerse pilas y asegurarse que no quede un revolucionario sin votar, entonces estaremos seguros de la victoria.