Ante todo deseos desde aquí hasta el profundo fondo del infinito sean felices y en cada corazón el amor una en lazos de hermandad a la humanidad, que nuevos tiempos por venir permita esperanzas y anhelos compartidos, llenos de buenos augurios y prosperidad ahora y siempre.
El porvenir y las esperanzas que ciframos para despedir al 2015 y arrancar el 2016 le dan sentido a esta realidad comprometida con la vida, con la existencia, con una verdad compartida por todos los venezolanos y venezolanas de buen corazón que es el amar, respetar y defender a esta inmensa y hermosa nación, llamada Venezuela. Sin embargo no vivimos aislados y tampoco somos autosuficientes para generar y cubrir las propias necesidades, esto nos corresponde a todos, con el aporte de un grano de esfuerzo, empeño, tolerancia, respeto, trabajo, responsabilidad, necesarios como indispensables para poder lograr avanzar, salir adelante y sacar al país del atolladero en que se encuentra, al insistir en querer un país así o asao. Tenemos un solo territorio, una sociedad dividida por las clases sociales que la conforman, una profunda estratificación y también una estratificación que persiste, a pesar de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, llena de garantías y derechos, que exige deberes y obligaciones. A ella es que debemos apelar hoy más que nunca, para hacerla valer y respetar, para que podamos contener los ánimos en los cause democráticos que nos exigen las circunstancias que hoy vive la patria.
Cuál va a ser el ambiente político nacional a partir del 5E, instalada la nueva Asamblea Nacional que se va a debatir en su seno parlamentario para despejar el sombrío escenario que se cierne sobre los destinos de los y las venezolanos y venezolanas, del pueblo en general y las instituciones. Los pronósticos son reservados, aunque los profetas, astrólogos, encuestólogos, adivinos y nuevos gurús, analistas y sesudos de toda laya, hayan sacado sus herramientas y pertrechos, lanzando dados, cartas, yemas, osamentas, astros, sahumerios, menjurjes, cada cual con sus predicciones. Nada halagadoras por cierto. Esta forma de condicionar las cosas en el tiempo por venir en nada despejan el panorama y menos cuando se futuriza los acontecimientos no llegados, una manera por demás que rebaja la política y minimiza el carácter de seriedad que la cosa debe tener. Una mejor manera de hacer las cosas asertivamente es que todos nos pongamos a tono con las circunstancias y con el aplomo de una canciller, logremos conciliar sin más inventos ni yerros, las estrategias para el encuentro sin reservas, apuntando hacia el porvenir y el progreso que nos merecemos, avanzar todos y todas por Venezuela, por la República Bolivariana de Venezuela.
Rómulo Betancourt, comenzando su gobierno, le dijo al doctor Ramón J. Velásquez: "No quiero reunirme aquí con un grupo exclusivo de mi partido, como en un cuarto de espejos, y creer que con la multiplicación de la imagen del grupo contamos con todo el país. Soy un hombre polémico, tengo grandes simpatías y grandes resistencias, pero debo oír a todo el país, y usted me inspira confianza… nos tumbaron el 24 de noviembre, nos tumbamos y nos caímos… Miraflores es un peligro, el poder en Venezuela engaña, si nos metemos siete de nosotros, los espejos deformantes de Miraflores nos multiplicaban y creíamos que eran millones los que nos apoyaban… por eso, la noche de la caída no sonó un solo tiro… Cuando ando por las calles, mucha gente me saluda, pero hay mujeres que me sacan la lengua, ¡ella es una opinión!". Otra de Betancourt, en Los Domingos de Díaz Rangel: El camino de la noticia, Opinion | 03-01-2016 02:51:00 p.m. http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/los-domingos-de-diaz-rangel-el-camino-de-la-notici.aspx#ixzz3wGLy4QVK
Dividirnos es perder, sin un diálogo fraterno, es decir sin una discusión política de altura, buscando lo mejor para el país, para los electores y electoras, para el pueblo que les ha dado su voto de confianza a cada uno, a cada una, diputado y diputada, para que los representen y sean la garantía del cumplimiento de las reglas de juego, el testigo está en manos del Poder Legislativo y en esta zafra nos jugamos la paz de la República. O buscamos el consenso o iremos hacia una muerte anunciada, el enfrentamiento sin precedentes en la historia. La lista de los de triunfos convertidos en derrotas es larga y ha costado muchas víctimas inocentes. Acaso pueden ser impopulares las medidas populares, parecieran ser los argumentos que se retuercen en la mente de los aspergeros, que ya proponen medidas paquetazo, anuncian eliminación de subsidios, aumentar la gasolina, congelar pensiones, recortar presupuestos, están sí son medidas que van contra el pueblo, pero se puede esperar algo distinto de las posiciones de la derecha mercantilista. Con los precios del barril de petróleo por debajo de los cálculos para el gasto corriente y las inversiones, el país está contra las cuerdas, solo se cuenta con escasas reservas nacionales e internacionales para lo que nos espera hasta el 2019. Hay que insistir como se ha dicho que la verdadera crisis de nuestro mundo no es de carácter social, político o económico, sino una crisis de conciencia, crisis que nos incapacita para experimentar directamente nuestra verdadera naturaleza, y reconocer a tiempo, aquí y ahora, los errores cometidos, y sin enmienda las cosas irán de mal en peor.
Necesario es reconocer y asumir, como nos enseñó Chávez, con responsabilidad y firmeza los errores y nuestras acciones, lo que eleva la moral y la firmeza de carácter para el respeto y la confianza amorosa con el pueblo. El camino que emprendimos en 1999 debe continuar con renovados bríos para que se tiña el futuro de paz y esperanzas, que a la postre permita que Venezuela esté posicionada en el sitial que se merece, volver a alumbrar como un faro perenne los destinos del pueblo que aspira a una mejor vida, a que su dignidad no sea mancillada por nadie, a tener mejor formación, a que sea eficiente la administración de los recursos, a la educación para formar para el trabajo, al derecho a la salud de calidad, a tener empleo y un sueldo acorde a las circunstancias. Que se respete cada vocería, a cada servidor público, a las autoridades honestas y consecuentes con su misión noble de servir sin distingo de ningún tipo, a ser líderes y lideresas, a que la política sea una acción encaminada al logro de los objetivos comunes, y no un trampolín para obtener prebendas, sino para que se reconozca su gestión como servicio desde el Estado, a desparasitar a las instituciones desde donde servirle al país y respetar y hacer respetar la constitución y las leyes.
Las tesis teóricas de los comunistas no se basan en modo alguno en ideas y principios inventados o descubiertos por tal o cual reformador del mundo. No son sino la visión de conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos. C. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista.
La economía es el termómetro que regula la temperatura de la nación, sus indicadores nada halagüeños para este año con caída del consumo por la recesión y posibles índices de inflación ascendentes, la crisis demandarán más sacrificios y sólo habrá una manera, o dos, si los precios del petróleo aumenten, lo que parece improbable en el primer trimestre; este es el dilema por el que atravesamos. Apalancar la economía pasa por producir más, por diversificarla, ahorrarle gastos innecesarios, suntuosos al país. No habrá paz social si no hay recuperación económica, ésta situación generada por la guerra contra el Gobierno de Maduro, y que se mantendrá para lograr el objetivo primordial del Departamento de Estado Norteamericano, que no es otro que acabar con el proceso revolucionario, tendrá graves repercusiones para Venezuela y la región, no descuidemos la geopolítica y el avance que en este sentido tienen las corporaciones en este asunto. El Gobierno tiene la máxima responsabilidad y el deber ineludible de marcar un rumbo de acción, previendo a tiempo las intenciones que a tenor tenga la oposición, ahora desde la Asamblea Nacional, para boicotear cualquier intento de revisión y reajuste que no pase por este tamiz. Hay que revisar con lupa cada detalle para no incurrir en errores que fisuren aún más el soporte del Estado. Atacar la corrupción, no caer en los chantajes del pragmatismo trasnochado y ceñirse al Plan de La Patria, para que los beneficios logrados para el pueblo no sean conculcados; rendirle cuentas claras a la nación y poner reparo en la gestión de cada uno de los poderes públicos desde la auditoría del soberano.
Los revolucionarios, los chavistas de esta hora, la primera fuerza en la Asamblea Nacional, minada por la coalición partidista conformada por la derecha maiamera pitiyanqui, que representan a lo más sórdido del pasado bipartidista blanco y verde, aquellos cascarones que quedaron vacíos y se llenaron con el odio y el desprecio por el pueblo y sus raíces aborígenes, latina y negra, con profundos vínculos con sus héroes y heroínas, el Libertador Simón Bolívar al frente y Chávez el impulsor del cambio revolucionario, al que acompañaron hombres y mujeres de la patria junto al camarada Nicolás Maduro, enfrentamos esta adversidad presente de lucha y batalla que se libra con fortaleza espiritual, conciencia de la responsabilidad y el deber patrio en combate contra el enemigo imperialista de la República Bolivariana de Venezuela.