El reconocido historiador Amílcar Figueroa, señala en una entrevista, que no podemos quedarnos en lo ocurrido el 6D, pues: "esto es así para quienes sólo ven el fin de la política en la hegemonía electoral", él prefiere tomar otro referente: el 26 de Febrero de 2014 "cuando se hace público el diálogo con la burguesía", con el decálogo de Lorenzo Mendoza en cadena nacional. Este hecho, es para Figueroa un peligroso "punto de inflexión del proceso". Maduro le respondió a éste "empresario" que nada produce y todo lo empaca (el gobierno le ha entregado 5600 millones de Dólares) "estamos listos para arribar a acuerdos con el empresariado". 60 mil millones de dólares, salieron del país. Lo que no comparto con mi dilecto hermano Amílcar, es que el gobierno "pensó erróneamente que era posible seguir conciliando la implementación de reformas sociales progresivas, de búsquedas transformadoras, con el orden burgués". Yo afirmo categóricamente que Maduro está consciente de todo lo que está haciendo; entre otras cosas conciliando con la burguesía. Para prueba analicemos con calma la entrega de nuestra minería a las trasnacionales, para que la explotación sea más rápida y bárbara. Se llevaran lo de nuestros nietos. ¿Qué le pasará al ecosistema? Dólares para el derroche la corrupción y el populismo. Arréchate Bolívar arréchate. El Presidente confiesa que "La burguesía parasitaria nos engañó…no ha respetado nunca las reglas del juego", pero sique llamándolos "al diálogo". Confesión parecida a la que hiciera en su momento el borracho Lusinchí, quien además, pasó la deuda privada a pública, lo que hoy la apátrida Asamblea Nacional en manos de la oposición quiere reeditar. Maduro habla de "una guerra económica" pero no le pone al enemigo el rostro de clase, apenas lo llama "pelucones". Es "El síndrome de Estocolmo en Miraflores".
La dirección del PsuV no quiere "conciencia de clase" en su militancia, prefiere el pan y circo para la gobernabilidad. Falsificada la tesis marxista del "desarrollo de la fuerza productiva" se entra a la conciliación de clases sin complejos; la burguesía apátrida y parasitaria, está en pleno asalto de Miraflores, el inquilino le abrió las puertas. "El dominio del capitalista sobre el obrero es, en consecuencia, el dominio del objeto sobre el hombre, del trabajo muerto sobre el trabajo viviente, del producto sobre el productor". (El Capital). Maduro dirá de Marx: "yo a usted ni lo ignoro".
Nada escapa a la sospecha de ser ideología (falsa conciencia). Es falso que el Estado sea "la realización de la idea" (Hegel). Es falso que El Estado nos represente a todos por igual, y que todos debemos depositar en él, parte de nuestra libertad personal para cultivar una libertad colectiva. "En realidad, el Estado no es más que una máquina para la opresión de una clase por otra" (El Capital). Hay que destruir este Estado, para lograrlo, se requiere demoler las condiciones materiales e históricas, que han hecho posible el aparecimiento y la existencia del Estado, en particular del Estado capitalista. Cuando Marx "pone de pie a Hegel", "enseguida se descubre bajo la corteza mística la semilla racional" (El Capital). El gobierno conscientemente trabaja la política y la economía, desde "la economía política", sabiendo que ese es precisamente el terreno de absoluto control del capital. El gobierno trabaja para meras reformas "progresistas" socialdemócratas.
La revolución es compleja, porque la realidad es compleja. La realidad está preñada de nexos, conexiones, relaciones estrechas, las cuales sólo cobran transparencia bajo el poderoso recurso del método dialéctica-concreto. Lo holístico y no la fragmentación es la verdad. La realidad concreta "no es el punto de partida", es "el punto de llegada".
Comprenderá el gobierno, que "la compra y venta de fuerza de trabajo implica una relación de dependencia" (El Capital). Claro que lo sabe. Entenderá que esta dependencia convierte al sujeto en objeto y a este en sujeto, claro que lo entiende. Conoce que "la plusvalía es la esclavitud moderna", por supuesto que lo conoce y que la industrialización capitalista no puede desembocar en una sociedad socialista. Comandante Chávez, su decisión no fue tan "clara como la luna llena".
"La cultura, la verdadera cultura de la época capitalista, que yo bautizaré aquí como contracultura debe ser contrapuesta firmemente a la ideología del sistema capitalista" (Ludovico Silva. Contracultura). Ludo como lo llama Beatriz, toma la noción de cultura de Samir Amín: "Cultura es el modo de organización de la utilización de los valores de uso". Silva testimonia que para entender ésta definición del senegalés, hay por lo menos que haberse leído el I Tomo de El Capital, lo que les arruina el inmediatismo, el reduccionismo y el simplismo a los políticos pragmáticos que suelen ser muchos. Para entender este complejo asunto de LA CULTURA, Silva recomendó y construyo "Una Teoría de la ideología". Una revolución se gana o se pierde es en lo cultural. Son hábitos, creencias, costumbres, valores, prácticas, mitos, normas, cotidianidad.
Por fundamentarse en "los valores de cambio", el capitalismo "no tiene propiamente una cultura, sino una contracultura" (LS), lo que hace que la cultura capitalista sea ideología, o "falsa conciencia". Quienes ignoran la acumulación originaria del capital, consideran que el capital es un producto individual, merecido para el dueño de los medios de producción. El derecho burgués legitima todo el sistema capitalista. Por doquiera caminamos sobre "fetichismos", por eso nos desconocemos a nosotros mismos. Extraviados, el mercado nos espera. Hay "ideología burguesa", pero no hay "ideología revolucionaria". Desde la ideología no se hace revolución, se hace contra revolución.
La rusa revolucionaria Vera Zassulitche desde Ginebra, le pregunta a Marx si: "deberá este país (Rusia)…sufrir la misma suerte que los países occidentales y atravesar la fase capitalista antes de llegar al socialismo". Conocida es la respuesta de Marx, de las particularidades de cada sociedad, negando la presunta idea tan acogida por los socialdemócratas, de la vía evolutiva, progresiva y etapista universal. Mariategui nos invita a vivificar nuestra historia. La improvisación, el pragmatismo, el inmediatismo, y el empirismo de nuestros "revolucionarios" "progresistas", les producen una nefasta ceguera, que no es la de Homero.
El capital sí cuida y vigila la cultura; la suya claro. ¿La llamada "guerra de cuarta y quinta generación" usa la cultura para la supervivencia de su modelo? Antonio Gramsci denunció el papel de los medios y de la cultura controlada por el capital, para reproducir su modelo y garantizar su dominación. Los imperios tienen a su servicio, intelectuales mercenarios que saben cómo engañar al público y ocultar la realidad. Esos "defensores del mundo libre", mandaron la ética a la basura. Son expertos en crear "fachadas culturales". Proyectos "desinteresados", ocultos tras "fachadas" neutrales. La penetración de la CIA sobre "la intelectualidad", le permite conocer y desviarlos hasta hacerlos desaparecer a muchos intentos revolucionarios. Hay quienes opinan que La sociología fue una ciencia fundada y fomentada por empresas trasnacionales norteamericanas, para atraer "científicos" "neutrales" valiéndose de su prestigio, y propagar las ideas que convienen al proyecto hegemónico imperialista. Por ejemplo entre La Fundación Ford y la CIA hay muchos vínculos. Cientos de Fundaciones sociales y "científicas" en el mundo, son encubrimientos de la CIA y el FBI. Que penetren partidos, dirigentes y gobiernos no es de extrañar. El intelectual norteamericano Wright Mills, en este tenor habló de "La cobardía moral de los intelectuales". Han usado el sicoanálisis, el conductismo y el funcionalismo con propósitos de control social. En esta perfidia, son frecuentes y fácilmente atraídos los "intelectuales" socialdemócratas. También, los desarrollistas y Cepalista, terminaron como apologistas del capitalismo, son "progresistas". "Desconfía y acertaras". (Hasta la próxima semana).