El Comandante Chávez, consumado lector que lo fue, tempranamente entendió la importancia del conocimiento y en particular de la historia, la economía y la filosofía en el ejercicio de la política. Con certeza comprendió los peligros del empirismo, más, si de lo que se trata es de "Refundar una República". Hoy está en proceso de digitalización su voluminosa biblioteca personal.
La historia como arma de la revolución, fue para él una poderosa herramienta. Marx había advertido que la historia contiene dentro de sí, las contradicciones fundamentales y determinantes de la sociedad. El positivismo pretendió llevar ideas válidas en las ciencias naturales (cientificismo), al campo de las ciencias sociales, ocultando las contradicciones de clases, con la intención de despolitizar la historia despojándola de la participación popular (tildados de ignorantes y flojos, de hordas y bandoleros, de "raza" inferior, fue un darwinismo social. Las troperas (mujeres) dejaron profundas huellas revolucionarias. La guerra impulsó el ascenso social. Se pretende ocultar al pueblo guerrero). Una historia llena de héroes ciertos o inventados, mesianismo, que al final en madera, bronce, hierro o mármol, terminan exhibidos u ocultados al públicos, apenas para su recuerdo, pero no para seguir y profundizar sus enseñanzas. Es el manejo del control social, valiéndose de la tradición judeo-cristiana necrofilica, es la historia al servicio de la reacción. "Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos"
Maisanta, su pariente pretérito, representó para él Comandante, la necesaria confrontación contra lo que simbolice el oprobio. Levantado en armas contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, "El Americano" finalmente preso, fue a parar al Castillo de Puerto Cabello donde murió. Su descendiente Hugo Chávez, toma simbólicamente en los escapularios de "El último hombre a caballo", el espíritu indomable que nos viene desde nuestros aborígenes. Esto no lo ha entendido el cretino coprófago "de cuyo nombre no quiero acordarme" (Lo llaman almugre y se desplaza como las serpientes), secretario del ministerio de colonias gringas. (Parece apoyado por su gobierno). Yo opino de este personajillo, lo mismo que un Presidente de los Estados Unidos opino de Somoza.
El Comandante Chávez muchas veces mostró en televisión el "escapulario" de su abuelo Maisanta, lo llevó con honor en su cuello por años. Más que "herederos", del legado de Chávez, debemos ser ejecutores radicales de sus ideas y ejemplos, enriqueciéndolos y superándolas dialécticamente. La historia como arma de la revolución está llamada a desmantelar a la historia como arma de la reacción. "El sujeto histórico" de Marx, no es el hombre abstracto de la Ilustración, es el hombre concreto que produce y padece su propia desgracia. Las cadenas del salario lo acorralan. Transformado en mercancía, fetichizados, desconoce su esencia revolucionaria. El capitalismo bueno y humano no existe. La salida revolucionaria es muy clara: destruir el sistema capitalista y construir el socialismo.
Nuestro pasado está lleno de bravura, heroicidad y decidido encono contra quienes desde la llegada del bárbaro conquistador hasta hoy, pretenden horadar la dignidad nacional. Siempre habrá voces, hombres y mujeres, con cojones y ovarios, dispuestos a la defensa del legado aborigen, Bolivariano y chavista. La virtud de la historia es traernos el pasado al presente, facilitarnos la comprensión dialéctica de la sociedad y darnos las herramientas para construir el porvenir. No hay en la historia ni azar ni casualidad, sino causalidades y consecuencias. Marx partió del "hombre real y concreto", el que produce todos los bienes que no son suyos, que dan riqueza a los pocos, fomentando la pobreza a los muchos. Más del 70 % de la riqueza del planeta, está concentrada en menos del 5% de la población. Esta blasfemia niega cualquier dios misericordioso. Dios suele estar distraído de los problemas de los pobres. Todo indica su predilección por los ricos.
En Venezuela la oposición apátrida y fascista, pretende que olvidemos la historia. Cuántos torturados, desaparecidos, asesinados, presos o expatriados durante los cuarenta años de los gobiernos continuos de AD y Copei. ¿De qué democracia me hablan los "veteranos" del puntofijismo? Allanamientos a universidades luego cerradas. Entrega incondicional del país al FMI. Deuda privada convertida en pública y la pública sextuplicada. En Venezuela "no había razones para no robar" lo señaló el propio Gonzalo Barrios, Presidente Nacional de AD. Herrera Campins los llamó: CARAS DURAS. Con cinismo y desvergüenza decían que "Con AD se vive mejor porque roba pero deja robar", "Lusinchí es como tu: un borracho". "Pimentón" (estaba en todos los guisos) llamaron a un hijo de un Presidente que no caminaba sino "levitaba" según Cabrujas. Silencio al pasado pide la oposición.
A las más de cincuenta invasiones norteamericanas a "La Patria Grande", es imperioso recordar que la política exterior de Obama (Tampoco quiere hablar del pasado), para "Nuestra América" inicialmente fue "la zanahoria y el garrote" y está concluyendo con "el torcimiento del brazo". Fue a Japón no ha pedir perdón por la masacre que ellos allá cometieron, sino a humillar a los japoneses, presentándose como una potencia hegemónica en el mundo, cuando en verdad es un imperio en decadencia, que debe más de lo que produce y se mantiene con dinero inorgánico, por la guerra y el tráfico de drogas. A esto se le suma, el progresivo debilitamiento de su moneda. Antes de 20 años el dólar dejará de tener la fortaleza que aún tiene y el Euro habrá desaparecido. En este siglo morirá el capitalismo.
Chávez, enamorado de la historia, pudo desenterrar del olvido a Simón Bolívar, desempolvó el proyecto del libertador, y puso "la espada de Bolívar a caminar por América Latina". En América Latina en las próximas décadas volverá a oler a pólvora, y el azufre de los mandingas revolucionarios se expandirá por todo el continente. El neoliberalismo será el último ensayo del capitalismo salvaje. Que honor llamarnos "República Bolivariana de Venezuela". Que tarea dura pero gloriosa les espera a quienes están naciendo o son muy jóvenes hoy. LO CULTURAL ES CLAVE. EL CAMBIO COMIENZA EN TODOS NUESTROS HABITOS, COSTUMBRES Y PRACTICAS, EN NOSOSTROS MISMOS. CAMBIEMOS LA CULTURA DE LA SUMISIÓN POR LA CULTURA DE LA EMANCIPACIÓN.
Cuando entenderá nuestro gobierno la necesidad de formar al pueblo venezolano. Formarlo política, económica y filosóficamente. Dadivas o entregas materiales, si ellas no son elevadas a niveles de la conciencia de clase, de poco servirán a la revolución. Lo emocional, lo afectivo, los agradecimientos no son suficientes para hacer revolución. El dogmatismo y la falta de crítica, conducen a la precariedad teórica revolucionaria. Que las bases reclamen sus derechos y practique sus obligaciones. "Un pueblo ignorante, es víctima de su propia destrucción", "nos han dominado más por nuestra ignorancia, que por las armas del enemigo", son claros mensaje, advertencias y reclamos del Padre de la Patria Grande. La REVOLUCIÓN CULTURAL, es la vía para la construcción "del hombre y la mujer nueva". Donde hay sociedad humana hay cultura. "No le tenga miedo a la verdad" recomendaba Maquiavelo "Al Príncipe"
El empirismo, el pragmatismo, el utilitarismo, los trepadores de oficio, la improvisación, el dogmatismo que conduce al sectarismo, y el desprecio al conocimiento de la realidad, y la falta de planificación revolucionaria, nos han dejado amargas experiencias. El desarrollo de la fuerzas productivas, sin el desarrollo de su conciencia de clase, el vendernos el ya demostrado error, de pretender insistir que la historia marcha universalmente por etapas, es decir, es evolutiva y por lo tanto mecánica, el tener por aliado táctico al enemigo histórico, la conciliación de clases, la tolerancia frente a la corrupción y el burocratismo, han demostrado que son las causas de las grandes derrotas revolucionarias.