Si que pasan cosas interesantes en la patria de Bolívar. Como si no fuera suficiente para nuestro gobierno chavista, la batalla intestina a la cual estamos sumidos en lo económico, social, político y leguleyo y también fuera de ella en el plano internacional buscando quien nos preste dinero, quien nos venda comida, medicinas y otros enseres para funcionar como país, además de luchar contra traiciones que históricamente nunca le han faltado a Venezuela, se deviene un alboroto causado por una intervención que hizo la fiscal general de la republica en su alocución para presentar su memoria y cuenta. En mi opinión dudo que tenga razón la fiscal.
Sin duda ese coñazo, porque fue tremendo coñazo, carece de la más elemental sanidad en ese contexto critico donde está sumido nuestro estado nacional, desde que La Asamblea Nacional venezolana se convirtió en un grupo de forajidos y traidores patrios envestidos de legitimidad electorera. Para una novedosa democracia como la nuestra y un estado donde conviven para gobernar cinco poderes que según nuestra constitución deben converger para el buen funcionamiento nacional, toda controversia debe solucionarse dentro del concurso de los mismos poderes. Actuaciones como esta solo atizan la candela, quizás con que intenciones o producto de alguna presión que desconocemos. Todos los poderes en Venezuela han tenido, tienen y tendrán siempre resbalones en su accionar. La fiscalía no ha podido escapar de estos resbalones y estoy seguro que con la mejor manera han podido asimilarse decisiones cuando estas han tocado intereses políticos y jurídicos de otros poderes de nuestro estado.
Veamos: la fiscal general le dio al mundo mass media un titular escandalizante.
¿Estaría consciente de eso?
Coincide su elocución con una diáspora de un grupo anti venezolano que se dispersaron por varios continentes y países donde estos titulares mediáticos se agigantaron y tomaron corriente mundial, sobre todo políticamente y en lo anti nacional.
No dio explicaciones en donde y porqué las sentencias rompen el hilo constitucional, ni tampoco se pronuncio por una reflexión a la misma.
Es curiosa la casualidad de que horas antes del discurso de la fiscal, el gobierno del presidente Maduro mantuvo una escaramuza intensa en el seno de la OEA, y haya salido ileso.
¿Por qué no denuncio la persecución miserable que mantienen algunos gobiernos con Venezuela desde Europa y la OEA con el peligro que esto representa?
¿Por qué la fiscal no se pronunció también sobre el riesgo que corre esta democracia con una Asamblea Nacional en desacato?
¿Por qué la fiscal no denuncio también en su discurso el delito que cometen los diputados en desacato venezolanos; cuando piden al secretario Almagro aplicar sanciones a su propio país y donde son diputados?
¿Por qué no le llamó la atención a la Asamblea Nacional para que entre en el carril de legalidad y salga del desacato despejando así el peligro que corre la paz nacional con sus actitudes?
¿Y no es también delito aliarse uno de los poderes nacionales (Asamblea Nacional) con instituciones exógenas, gobiernos y ex presidentes narcotraficantes para hundir a Venezuela en caos?
Y es que la fiscal general no se ha preguntado de donde salen los recursos para esos viajes al exterior por parte de esos personajes que van a pedir que liquiden a Venezuela del estamento político mundial. Eso también hubiera sido una buena denuncia.
Al parecer las batallas políticas en Venezuela la está definiendo; el interés más que el sentido patrio. La política como batalla de ideas enriquece a los pueblos. Los escandalizantes escenarios venezolanos lo que nos está haciendo es retroceder políticamente. El estado está siendo atacado desde lo colectivo, lo individual y pareciera que las propias instituciones venezolanas ayudaran a sepultar ese logro chavista revolucionario como lo es, esta democracia participativa y protagónica encarnada en la constitución de 1999.
El coñazo de la fiscal hizo en lo inmediato convocar un Consejo de Defensa Nacional, nuestra constitución tiene mecanismos que salvaguardan el estado de derecho y hasta su misma vigencia, ese contrato social del cual hablo la misma fiscal, entonces ¿por qué no lo sugirió? Desde nuestra humilde óptica a nuestro país lo acechan macabros intereses que quieren socavar la propia constitución. Desde muchos ángulos internos y externos no perdonan al chavismo el desarrollo político de las grandes masas a partir de 1999. Nos quieren intervenir y si nuestras mismas instituciones ayudan al enemigo entonces digamos adiós a los sueños libertarios, a la independencia, a la soberanía y al futuro que se merecen los hijos de Venezuela, hecho por nosotros mismos y con nuestra propia libertad.