Venimos refiriéndonos a lo "ecolocal" como expresión del desempeño humano en su relación intrínseca e integral con el territorio inmediato que ocupa en un momento y circunstancias históricas determinadas, lo que sin dudas implica una consideración espacio-temporal de las actividades que realizamos en tanto individuos y colectivo, mediante las cuales nos adaptamos al entorno socionatural y procuramos también adaptaciones de éste a nuestras necesidades.
Muy cierto es que desde tiempos inmemoriales la especie humana no sólo se ha procurado satisfactores a sus necesidades básicas en función a las posibilidades pre-existentes en el denominado medioambiente, sino que además ha procurado transformar el paisaje natural modificando así la topografía, reorientando cauces hídricos, eliminando vegetación y otras especies de la biodiversidad originaria, a fin de establecerse en un paisaje antrópicamente ajustado a su requerimientos, sobre el territorio físicamente limitado a su desempeño político, económico, cultural y social, que en esencia implica el locus de alcance de sus potestades.
Tal delimitación espacial sobre el lugar (locus) inmediato para el ejercicio de las potestas, sienta las bases geosociales, geoeconómicas y geopolíticas para configurar lo que comúnmente denominamos "localidad", asumiéndose diversas connotaciones georeferenciales de "lo local", según el nivel y repercusión de las potestades desempeñadas, yendo así su aplicación indiferentemente aceptada desde la escala nacional (cuando se analiza el ámbito mundial), hasta la escala municipal y comunal (cuando el abordaje es relativo a un país).
Es en el marco de esta última significación que contextualizamos lo ecolocal, como concepto geoespacial referido al territorio del Municipio, en tanto instancia geopolítica más inmediata a las comunidades y ámbito geoeconómico para el desempeño de las actividades productivas en la satisfacción de las necesidades, lo que involucra un locus con condiciones edafoclimatológicas y biodiversidad similares (o con poca diferenciación territorial), además de historias y tradiciones culturales (productivas, culinarias, festivas, religiosas, afectivas, entre otras), que son igualmente comunes a los habitantes de determinados lugares y conforman lo que venimos denominando indistintamente el elemento "geosocial" o "geocultural identitario" de las comunidades en un territorio y tiempo determinados, lo cual constituye además una garantía intrínseca para la sustentabilidad de la comuna como forma de organización política, social y económica del Poder Popular.
Así pues la profundización en el estudio de la categoría "ecolocal" cobra relevancia para la construcción del Estado Comunal en tanto materialización transformadora del Poder Popular, razón por la cual requiere especial atención por parte de la Asamblea Nacional Constituyente convocada por el Presidente Maduro, con miras a su consideración categorial en la Nueva Constitución, habida cuenta de su rol determinante para la sostenibilidad endógena de las comunas a partir del nuevo modelo económico-productivo planteado.
Resulta a todas luces quimérico para la sustentabilidad comunal como elemento de una nueva superestructura sociopolítica, desatender la ecolocalidad en tanto base de la nueva estructura económica. Equivaldría a la construcción de un edificio sobre el cauce de un río seco, es decir, a sabiendas de que sería inhabitable y hasta se derrumbaría cuando las aguas vuelvan a su cauce. De igual modo conformar una comuna y/o mantener un Municipio sin capacidad geoeconómica para producir sus satisfactores, es condenar su sostenibilidad al situado constitucional derivado de la renta petrolera u otra fuente externa.