Es sabido que a las damas ni con el pétalo de una rosa, pero también es usual que un caballero alerte cuando alguien anda dando tumbos por equivocarse en la selección del camino correcto. Tal es el caso de la periodista y exministra de la juventud, Maripili Hernández, quien después de salir del gobierno, descubrió que el proceso bolivariano tiene más defectos que los integrantes juntos de la MUD. En reciente entrevista en el canal golpista Globovisión, afirmó de manera temeraria que "es muy peligroso que le demos un poder indefinido a 540 personas, pues eso equivaldría a entregar un cheque en blanco". Ante esta absurda aseveración, necesariamente cabe preguntarse: ¿Acaso elegiremos fantasmas, o el Poder Constituyente Originario es un órgano del Estado de carácter inanimado que se mueve por osmosis o evolución espontanea, sin que en su conformación intervengan hombres y mujeres ejerciendo la función legisladora?
Y porque a veces no entendemos que primero es sábado que domingo, se entiende que primero fue sábado que domingo, Maripili mal interpreta la CN, cuando desconoce que en ninguno de los párrafos de los artículos 347,348 y 349 de la CN, el legislador estableció como condición sine qua non que deba realizarse un referéndum consultivo antes de la convocatoria del Poder Constituyente Originario.
Por otra parte, es pertinente aclarar que cuando el constituyente de 1999 incluyo en la nueva CN la figura del pueblo como único soberano y plenipotenciario, el espíritu del legislador fue plasmar en el texto que todas las decisiones aprobada por mayoría de los asambleístas prelan sobre los poderes constituidos. Esta es la razón que explica porque en el artículo 347 se establece que el Poder Constituyente Originario podrá reformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución. En caso contrario, entonces estaríamos hablando de una Constituyente Derivada, o reforma parcial de la Ley Fundamental.
Y en cuanto a la necia recomendación de que la "crisis solo se resuelve con dialogo", que por lo demás murió al nacer, respondemos tomando prestada una advertencia de un dictador rudimentario llamado Juan Vicente Gómez: "Para el consejo, demasiado tarde; y para la amenaza, demasiado temprano". ¡Chito!, Maripili., que en boca cerrada no entran moscas.
