Manual de la oposición contra las captahuellas

Resulta indiscutible que cualquiera que escuche o lea las declaraciones de Vicente Díaz, rector principal del CNE, cuestionando el uso de las máquinas captahuellas siempre tendrá la opinión de que está ante un miembro del comando de campaña del candidato de Bush, más no frente a un integrante de un cuerpo colegiado como el Poder Electoral, en el que las decisiones aprobadas deben ser respetadas.

Decimos esto, porque el rector Díaz atrevidamente puso en marcha una campaña mediática para desacreditar a las máquinas captahuellas. En esta cruzada, Díaz ha coincidido estratégicamente con el pupilo presidencial de EEUU, quien primero calificó a las captahuellas como el "chucky" electoral y, de seguidas, el mencionado rector del CNE le hizo coro definiéndolas como un “chupacabras".

De tal modo, en reiteradas declaraciones Díaz ha expresado lo siguiente: “Las captahuellas desestimulan la participación y provocan miedo en el electorado”; “no hay nada en la ley o en la Constitución que obligue a votar con las máquinas captahuellas" y “me comprometo a trabajar para que las captahuellas no estén el 3 de diciembre”.

Beneficiándose de la campaña del rector Vicente Díaz contra las captahuellas, el oposicionismo puso a circular un Manual contra el uso de las captahuellas, en el que se recomienda usar pega loca como un medio para burlar la presencia de las citadas máquinas biométricas en las elecciones del 3D. De manera exclusiva, presentamos algunas de las recomendaciones pegajosas más importantes que se hacen en el referido Manual:

1. Antes de untarse la pega loca, se recomienda recitar diez veces y sin equivocarse el poema siguiente: “Los deditos de tus manos, / los deditos de tus pies; / uno, dos, tres, cuatro, cinco, / seis, siete, ocho, nueve, diez. / (…) / Con fríos cordilleranos / con riscos y ajetreos, / se te van poniendo feos / los deditos de tus manos”.

2. Para lograr una mejor adherencia de la pega loca, raspe las yemas de los dedos con un pliego de papel de lija grueso.

3. Si no tiene papel de lija, quítese la piel de las yemas de los dedos con un cuchillo bien afilado, un alicate, una lima, un arpón, una ganzúa, un serrucho, un cepillo de hierro o un rallador de queso.

4. En caso de sufrir cortaduras en las yemas de los dedos, tape las heridas con cemento blanco, yeso, pego, plastilina, asfalto, masilla, crema de zapatos o cuñas de madera.

5. Cumplida la anterior recomendación, proceda a cubrir las yemas de los dedos con pega loca. En esta trascendente etapa, puede utilizar pega loca al gusto.

6. Deje secar la pega loca sobre las yemas de los dedos por una hora, 3 minutos y 15 segundos. Durante el lapso del secado de la pega loca, evite mostrar las manos de frente para evitar que familiares y amigos pueden creer que usted está haciéndole campaña a los “10 millones votos por el buche” del presidente Hugo Chávez.

7. Secada la pega loca, tome una hojilla y trace o dibuje minuciosamente una huella dactilar falsa sobre la película formada por la pasta adherente.

8. Si es alérgico a la pega loca, no tiene otra opción que cortarse los dedos de las manos. Aunque parezca inhumana esta medida, hasta ahora es la única táctica y estrategia que ha obtenido el oposicionismo para poder burlar a las máquinas captahuellas.

Si ha acatado al pie de la letra todo lo indicado en el Manual, sólo le queda decir: “¡Manos a la obra!”, como exclamaría unos de los jefes del candidato de la White House.


Periodista
vchavezlopez@hotmail.com


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Vidal Chávez López


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