La dictadura del capital, en los últimos días, se manifiesta con mayor agresividad. Todos los manuales para el perfecto golpe de estado han fracasado. Las primaveras que han pretendido imponer, de igual manera se han ido a la basura. Todos los mecanismos que el imperio ha dispuesto para destruir la revolución bolivariana se han estrellado contra la fuerza del pueblo. Hoy vemos como la dirigencia opositora busca alejarse del accionar de la "RESISTENCIA" que orientaron y financiaron públicamente. Algunos medios internacionales afanosamente buscan presentar a estos jóvenes como bandas que actúan por iniciativa propia. El rechazo de todo el país a las acciones terroristas desencadenadas en las calles, los lleva de manera presurosa a abandonarlos.
Ante el fracaso de los títeres, se le empieza a ver la cara a los que conducen la embestida en contra del país y se hacen visibles las acciones encubiertas desarrolladas en contra de la economía de la patria, también se hacen más comprensibles las campañas mediáticas internacionales de desprestigio. Las casualidades y los hechos fortuitos, empiezan a tener sentido y responsables.
El gran capital, entra en conmoción ante la aplicación inevitable de la asamblea nacional constituyente el 30 de julio de 2017. Agoniza cuando revisa el precedente de la asamblea nacional constituyente del 99. Es reciente el arrebato de los privilegios de que gozaban los poderes facticos e imperiales, sobre nuestras riquezas. Las nacionalizaciones, la protección de lo que es nuestro, tiene en desespero al capitalismo global. Prevén cual pitoniso, lo que ocurrirá con este nuevo proceso de revisión y reacomodo de la realidad nacional. Les aterra el cerrojo que será colocado a las riquezas de todo tipo, que se atesoran en nuestros suelos.
Donald Trump, dejó de esconderse detrás de la dirigencia opositora nacional y decidió pelear su guerra. Con él, la derecha global y sus agentes, gobernantes de países vecinos. Olvidándose del derecho internacional y creyendo que somos colonia de Norte América, sancionan y amenazan con más agresión, si no son cumplidas sus órdenes.
La desfachatez, la representan los presidentes de México y Colombia, sin ningún tipo de decoro, cual cachorros del imperio, arremeten en contra de un pueblo hermano. Impresiona ver, como a pesar de la humillación que ha sometido Trump a los mexicanos, Peña Nieto, sea tan rastrero.
Los gringos, además del bloqueo económico y la violencia que han sembrado en el país, decidieron reducir la importación de petróleo venezolano, aumentaron las sanciones al gobierno revolucionario y se disponen a mayores agresiones.
Pero a pesar del escenario de caos y de asfixia, que TRUMP busca imponer a la población, nuestra gente ha respondido con el espíritu libertario que siempre lo ha caracterizado. Esa herencia combativa que recorre nuestras venas, no se aquieta, ni se subordina ante los berrinches del imperio. Por el contrario, cuando creían que ya nos habían sometido, el grito indómito del eeeeee ho he ho eeeee se esparció a todos los rincones del país, renaciendo la esperanza y la combatividad histórica propia del venezolano.
Así como muchos opositores han podido ver la verdad, también la observa la opinión mundial. Esa careta caída, ha supuesto mayor compresión y adhesión al proceso venezolano. Prueba de ello, es el rechazo que recibe Almagro en la OEA, cada vez que su servilismo lo lleva a atentar contra la patria de Bolívar. A pesar del acorralamiento constante, al que someten al país, DIOS permite siempre un amanecer tranquilo. La descalificación y demonización a la CONSTITUYENTE, no evitó que nuestro pueblo la acogiera en sus senos, como la herramienta constitucional, que instaurará el escenario para los grandes acuerdos y las grandes soluciones de la patria.
Los agresores confunden la bondad y la jovialidad del venezolano, con miedo. Nuestro pueblo puede ser bochinchero, pero jamás cobarde. Pareciera que creen que es la primera vez que nuestra gente enfrenta a un imperio abusivo. Las demostraciones recientes, se quedaran pequeñas, frente a la fiesta multitudinaria del 30 de julio.
