"Para poder hablar de una "contracultura", es preciso hablar primero de la cultura. Y también, hablar de la ideología…En nuestro tiempo, en especial, el elemento ideológico de la sociedad está tan profundamente asociado a la cultura, que se hace prácticamente imposible separarlos". Ludovico Silva.
Es tan lacerante, tan inhumano es el capital, que no puede mostrarse tal y como lo que es; oculta sus entrañas y muestra su apariencia. Estar alerta y saber escudriñar entre la realidad y su ocultamiento, es clave en la lucha contra la cultura colonizante. "La cultura capitalista no es otra cosa que ideología" (L S). Hablamos no solo de la base material de una sociedad, también de su base espiritual. Las dos bases, han sido penetradas o recreadas por el capital, apropiándose de sus contenidos, ideologizándolas.
Hemos acotado en esta serie de artículos, que tenemos una economía muy particular. Cien años de mono producción y mono exportación petrolera, significan un océano de dólares venidos. El capital internacional nos hizo híper consumistas, para poder extraer estos dólares petroleros. Construyeron una burguesía profundamente apátrida y contra revolucionaria, que intermediaria en las importaciones, cercenándonos la posibilidad de parque industrial y producción propia. Sin tecnología, producción y mercado nacional y foráneo, la burguesía nació y sigue parasita. Lamentablemente, nuestro gobierno cree en una "burguesía nacionalista", que estimulará el desarrollo de las fuerzas productivas (etapismo) y así, tendríamos soberanía económica; ilusiones, errores que pagamos y pagaremos muy caro. Este no es el camino hacia el socialismo.
Sometidos a una colosal ingesta consumista, pareciera que todos tenemos un centro comercial en la cabeza. Las elecciones son la nodriza de la "democracia burguesa", y ésta es su carta de presentación. Como el capitalismo es la fábrica de construir pobres, como no puede evitar la exclusión de la mayoría, como es un sistema inevitablemente inhumano e injusto, debe vender ilusiones maquilladas de "Democracia". El populismo y el asistencialismo, apoyados en el ducto keynesiano del erario público. Como un nuevo rico, en verdad empobrecido, el gobierno pretende arreglar los abismos estructurales del capitalismo, a punta de billete. Para nada cuenta la formación revolucionaria, cuando más talleres de administración pública de pésima calidad. Le tienen miedo a la crítica revolucionaria, a la formación marxista. Puede que el profesor de esta última materia sea el "empresario" Pérez Abad, metido a "revolucionario". Razón tiene Atilio Boron: "la concientización política al estilo Paulo Freire es una condición esencial" para el corolario revolucionario. Y para remate, no tenemos un partido revolucionario, usted me dirá para dónde vamos. Con este venezolano, así como pensamos y actuamos, es difícil avanzar hacia el socialismo. Lo que somos, no es lo que deberíamos ser.
El sujeto construido por el capital, dista mucho de parecerse al sujeto social, epicentro del socialismo. Vidas paralelas; el primero sirve a los propósitos de la dominación del capital, el segundo es el sujeto histórico llamado a hacer la revolución. Esa picaresca, esa "viveza criolla", está saturada de dominación del capital. La tarea de la contra cultura es titánica y debe ser para ayer. SI LA CONTRA CULTURA NO DERROTA A LA CULTURA DOMINANTE NO HABRÁ REVOLUCIÓN.
Las estructuras visibles o invisibles de la sociedad, no son neutrales, asépticas castas o puras, contienen e irradian intereses de clase. "El Estado, los cuerpos jurídicos, la moral, el arte, la política…todo ese edificio está sustentado por unos cimientos ocultos, pero poderosos. Esos cimientos constituyen, la estructura de la sociedad, "el taller oculto de la producción"…En este terreno oculto de la producción, es donde el capital realiza sus grandes negocios…donde se enfrentan el capitalista y el trabajador" (Ob cit).La dominación hace que el dominado naturalice su dominación, y hasta llegue a creerse libre. Los medios de comunicación privados, siempre están prestos, para ideologizar sus mensajes. "La ideología, es el discurso del poder, especialmente del poder dominante". L. Boff. "La ideología…". Rebelión.
Las políticas de nuestro gobierno, en particular las económicas, son ideológicas; ocultan el fondo del asunto y presentan su parte exterior. Vitalizando el consumismo del capital (Keynesianismo), dicen marchar hacia el socialismo. No se detiene en la necesaria y urgente creación de "El hombre y la mujer nuevos" del Che. Más que mentir, con adefesios reformistas, pretende recomponer al capital, el mismo que El Comandante Chávez, tomando a Marx, Lenin, Rosa y Trotsky entre otros, denunció como enemigo a muerte de los pueblos. Si hacemos una retrospectiva de 30 o más años atrás, reincorporamos los calificativos a que estuvimos sometidos por décadas: "Los tá barato deme dos", "los gobiernos de obras faraónicas". "Los sauditas suramericanos". ¿Será cierta la acusación de Francisco de Mirada: "Bochinche, este país solo sabe hacer bochinche".
Posiblemente tengamos muchos record consumistas continentales y mundiales. Lo cierto es, que nuestras ciudades cuentan cada día, con más espacios comerciales. Se privatizan los espacios públicos, la especulación de las tierras impulsa a la marginalidad a la mayoría de sus pobladores, se encarecen los urbanismos y las ciudades parasitan. El campo no escapa a esta tragedia. El campo tiene el 11 por ciento de nuestra población, y de esta cifra sólo el 6% está dedicado a la agricultura. DE QUE SOBERANIA ALIMENTARIA HABLAMOS. ¿Qué proporción del gasto público se dedica a la ciudad y cuánto al campo?
Ludovico nos señala: "la ideología…es la representación falsa de la sociedad…lo verdaderamente revolucionario, en el plano superestructural, es la conciencia de clase". No existe una ideología revolucionaria; es un contra sentido, las dos cumplen papeles paralelos. Sus propósitos están direccionados en sentidos opuestos. Si es ideología, es falsa consciencia, por lo tanto no puede ser revolucionaria. Si es revolucionaria, es contra cultura, esto es, conciencia de la insurgencia, de la irreverencia, de la superación de todo lo presente, de la construcción del socialismo. Toda ideología por su propósito encubridor y conservador de la dominación, es contrarrevolucionario. "Y si Marx llegó a hablar de una dictadura del proletariado, fue porque advirtió la existencia de una dictadura de la burguesía" (L S).
El empobrecimiento de los trabajadores, no es suficiente para que conozcan la raíz de su desgracia. Toda la conspiración sistémica del capital se unifica y despliega, para que "los árboles no dejen ver el bosque". Aparatos ideológicos arguyen falacias, atizando "progresos" futuros, esperanzas terrenales y hasta celestiales, para anestesiar la conciencia ciudadana. PAZ SIN JUSTICIA SOCIAL NO ES PAZ. SOLO EL SOCIALISMO REIVINDICA LA JUSTICIA SOCIAL. (Continuará el próximo sábado).