Si Dios fuera blanco el Diablo sería negro, si los indígenas son originarios los blancos son propietarios y mandan, si de áfrica salimos todos, habrá que esclavizados a todos; estas parecieran ser las lógicas de los gringos que descienden de la pérfida Albión, término que Jacques-Bénigne Bossuet usó en sus sermones para referirse desde el siglo XIII al Reino Unido, y que luego durante la segunda mitad del siglo XVI se contextualiza sobre el antagonismo anglo-español. Estos EUA ya en el siglo XX, arrebatados por su frenesí desbocado de un Destino manifiesto, han pretendido solo ganar-ganar, en cualquier apuesta y a quien se le interponga, lo obligan de mil maneras, o como en el caso de los líderes de los países en desarrollo, los eliminan físicamente, casos sobran sólo entre finales del siglo pasado e inicios del presente. Sus apuestas se cifran en la Banca, la Bolsa de Valores y los dividendos de las guerras y toda la parafernalia de la industria armamentista, las corporaciones y sus ilícitos a nivel global, con el endeble fin de historia y su postmodernidad, reorientan un neocoloniaje de América Latina, su "patio trasero", donde el reposicionamiento y avance de fuerzas emergentes y progresistas de izquierdas, reciben la adhesión masiva popular, frente imprevisto que se les coló por mampuesto. La Venezuela chavista y libertaria en un cierre de ciclo histórico político social, no así económico y contando con ingentes finanzas. Clímax que se logra con el liderazgo que emerge con vigor y logra aglutinar diferentes factores decisorios, un momento de coyuntura política, jurídica, económica y social, que clausura la IV y abre la V República, con la revolución bolivariana en un proceso de cambios pacífico, participativo y protagonizado por el pueblo venezolano, alcanzando la victoria democráticamente.
Es indudable en un escenario internacional de avasallamiento capitalista, de pretensiones neoliberales y unos pocos concentrando el poder económico global, y los factores de acumulación, industrias armamentistas y corporaciones bélicas que destruyen y reconstruyen en sus teatros de operaciones de falsas banderas y guerras preventivas, escenarios supuestos en juegos de roles y cubiertos con postverdades, que han perturbado al mundo, balcanizando, subvirtiendo y perturbando las relaciones en continentes enteros, son los escenarios donde se combinan las tecnologías de IV y V Generación, lo virtual y lo fáctico, para el dominio de las tres cuartas partes de la población planetaria. A pasos agigantados han venido superando las obsoletas estrategias concebidas con la Guerra Fría, sin embargo, todo el aparataje y la maquinaria operativa sigue activa, está vigente, y la escalada ocupa cada continente. Pero lo que es bueno para el pavo tiene su talón de Aquiles, las comunicaciones en línea y la tecnología 2.0, son un boomerang que regresa repentinamente y con fuerza demoledora contra quien ejecutó el lanzamiento del artefacto tecnológico. La llamada Guerra de Civilizaciones son un hecho incontrovertible, como lo son los cuantiosos recursos requeridos para las maniobras y su mantenimiento costosísimo para los presupuestos nacionales, y los filtros que deben pasar, frente a la escrutadora atención de los representantes del pueblo. Eslabones de una cadena que no son fáciles de violar y sustituir sin que se noten las costuras en su dinámica. Mover una pesada maquinaria imperial requiere de constantes suministros de petróleo, principal fuente insustituible, por lo menos en este siglo, y desde mediados del anterior, donde Venezuela no intervino directamente en aquella conflagración mundial, pero es principal y seguro surtidor de petróleo para los aliados y EEUU. Otro importante elemento fue la sustitución del patrón oro dólar, a cambio de seguridad y protección contra enemigos internos como internacionales, especie de policía y ejército global, para evitar secuestros y cobros de rescates, tal como se practicaba en la Europa medieval.
Actualmente, agudizada la confrontación EEUU-China-Rusia y Occidente contra Oriente, por recuperar antiguas rutas comerciales y nuevas áreas de influencia, candentes y altamente conflictivas, escenarios de aplicación y pruebas de tecnologías IV Generación, y reacople del Nuevo Orden ahora Global. En síntesis, una lectura compleja, difícil y complicada y de extrema incertidumbres, de múltiples efectos, escenario de IIIGM. Los antagonistas históricos en alianzas estratégicas frente a las propias narices del imperialismo, pese a las infinitas tácticas y uso indiscriminado de falsas banderas, supuestos de hechos y falsos positivos, ahora se suman el trasplante de supuestos grupos terroristas islámicos en América Latina y El Caribe, otra excusa para el incremento de nuevas bases en Argentina y Brasil, para la defensa de los intereses de los EEUU, bajo el auspicio de los gobernantes más espurios de la región.
Venezuela bajo el foco permanente de USA, un recurso de política exterior gansteril, de ataque artero contra un país que frente a sus dificultades internas se labra en el presente las condiciones para un mejor futuro, es permanentemente señalada con cuanto epítetos se le ocurren a los enemigos de la paz, a los peores genocidas que ha conocido la humanidad, los que han arrojado bombas atómicas contra civiles, que se han auto atentado para poder invadir países enteros a miles de kilómetros de distancia, dejando a su paso muerte y desolación. Luego echan mano de argucias y una argumentación traída por los cabellos, siendo la primera nación en consumo de estupefacientes y otras drogas sintéticas, refugio de terroristas, de asesinos en serie, de pistoleros en centros de educación universitarias, y de racismo por parte del magnate Donald Trump, acusado por varios delitos, que por estar investido como de presidente, un títere de las corporaciones y los representantes de las industrias bélicas del Pentágono.
De nuevo se activan maniobras en el seno de una OEA dividida entregada a los intereses de la banca, del capitalismo que aplaude cada sanción por absurda que sea, en contra de Venezuela, de su gobierno elegido por los electores; que no está dispuesta a ningún intervencionismo y menos a recibir ordenanzas del imperialismo. Interfieren desde la OEA, y maniobran para que la representación de nuestro país esté ausente en las deliberaciones que el vicepresidente Pence propone presentar en la sesión protocolar del Consejo Permanente de la OEA en el Salón de las Américas. Su secretaria de prensa, Farah dijo: "… reafirmará nuestro compromiso de aumentar la prosperidad económica y la cooperación de seguridad conjunta con nuestros amigos y aliados en el hemisferio occidental, así como también de responsabilizar a los actores no democráticos de la región por sus acciones". El gobierno de Trump crítico desde Washington de la "dictadura" dirigida por Maduro, ha considerado como retroceso democrático el hecho de que nos hagamos respetar en el escenario internacional frente a los abusos de las potencias. Ha prohibido con nuevas sanciones a los venezolanos y las venezolanas, para que el petro, criptomoneda recién habilitada por el Estado venezolano, sea cercada en el mundo. Un asesor de Pence, en anonimato dijo que la orden de la Casa Blanca, como lo repitió en la Cumbre de Lima, que Washington impulsará "más sanciones" para aislar a Caracas. Sanciones por tráfico de drogas, demandas a la industria de mayores reservas de crudo del mundo; postergar, en lenguaje diplomático, las elecciones del próximo 20 del mes en curso, a sabiendas de que la MUD está ausente del escenario político nacional y no tienen ninguna posibilidad por la vía electoral de hacerse con el poder del Estado.