Los ojos del Comandante Chávez observan a sus hijos, los juzgan. Están en sus conciencias y en el fondo del corazón de los humildes. De su vigilancia nadie escapa; todos, tarde o temprano, se presentarán ante él.
Diosdado, tú has presenciado cómo desde el gobierno se lincha al Ministro Rafael Ramírez, se comportan igual que las mafias de un sindicato: lo acusan, lo condenan sin juicio, lo calumnian, han conseguido crearle una imagen perversa. No es necesario ser investigador para entender la censura en los canales del Estado, y la presión a los privados para silenciarlo. Sólo se oye la voz de maduro calumniando, ofendiendo a quien no se puede defender. De ustedes, de los hijos de Chávez, ni una palabra, ni una mala cara, sólo el incomprensible silencio.
El tratamiento a Ramírez es una medida de la calidad de los gobernantes, no es un hecho aislado. Se trata de la manifestación visible de la persecución de los dirigentes chavistas, de los veteranos, que se inicia el mismo momento en que desaparece el Comandante. Nada en política es casualidad. No es nueva la manera de actuar de los sicarios cuando se quiere desvirtuar una Revolución. Primero asesinan al jefe, es ahora que el hermano reconoce que a Chávez lo asesinaron, nadie dice nada de por qué no se investiga. Adán no se da cuenta que convive con los asesinos de su hermano, quizá no asesinos físicos, pero sin dudas asesinos espirituales, o es que alguien puede pensar que este desastre es chavismo. Se asesina al jefe y luego se aplastan a los que no quieren asesinar su legado, a los posibles impulsores de su obra.
Ahora, el Ministro Ramírez extremadamente disciplinado (quizá éste sea un defecto), que no se ha plegado a la derecha, que sigue desmintiendo las acusaciones, rompiendo los pronósticos de los esbirros, a pesar de haber sufrido las más arteras acusaciones del propio presidente, ahora pide un derecho de palabra en el Congreso del partido. Es lo menos que podía pedir, es lo menos a lo que tiene derecho, es algo imposible de negar por el que tenga un pelo de justicia.
Diosdado, a ti nos dirigimos, tú eres un eslabón en la sagrada unión cívico-militar la, encarnación del espíritu chavista, eres militar y eres civil. Tienes una responsabilidad ante los ojos del Comandante. Será que vas a dejar que el PSUV, el partido de Chávez, refrendado por sus militantes en las últimas elecciones, que no creyeron en los cantos de sirena del partido de delcy y maduro, será que tú vas a dejar que el PSUV se convierta en un circo romano, en territorio de vendetta. Lo de Ramírez atañe a él pero también importa a todo el chavismo, recuerda que cómo la Revolución trate a sus hijos así será su calidad.
Puedes escoger la misma líneas que impusieron con el asesinato de Chávez, el silencio, la excusa fue una razón de Estado, la verdad fue que al hurgar allí se toparían con los capitalistas, por cierto, los que ahora entran en Miraflores y son recibidos con más cariño que a los comuneros. No convenían ni el Plan de la Patria, ni la Constitución de Chávez, ni investigar el asesinato.
Comprenderíamos que calles, pero nos entristecería, por el Comandante, por sus hijos.
