Sólo como reflexión

"Hoy se piensa bastante poco en casi todo (…) la manera de pensar que tiene el hombre en cada época tiene sus formas, sus limitaciones, sus omisiones. "El hombre podrá entenderlo de modo penoso, difícil, al cabo de mucho tiempo, de manera incompleta, pero la posibilidad de ser entendido viene dada porque ha sido entendido por el creador. Ustedes piensen qué quiere decir ciencia, qué quiere decir conocimiento, si se supone que la realidad -esa realidad que nos rodea, esa realidad que vemos, que encontramos- no ha sido nunca inteligida por nadie – pregunta que, en realidad, ni se hace siquiera." Julián Marías, La Persona, conferencia, Madrid, 2000.

Qué hacemos sobre nosotros mismos, sabemos quiénes somos en realidad, de verdad, estamos conscientes que somos conciencia, y que otros y otras, mundanos y divinos nos dirigen y toman decisiones por nosotros o nos manipulan para que actuemos sin libre albedrío. El cuerpo que poseemos es el receptáculo donde encarnamos, un vehículo para este plano, en esta dimensión material, lo que reside es espíritu, energía pura, radiante, como la que contiene el diamante en su interior, pura luz, una llama encendida que alumbra en la oscuridad y regula la vida, eterna, inmutable, absoluta. Qué hacemos por el prójimo o por ella, desinteresadamente, o esperamos retribución. Cómo es nuestra relación con la naturaleza en la que medramos, la cuidamos, o la usamos y la arrojamos como desperdicio. Somos solidarios, comunitarios, o individualistas, y actuamos como si la sociedad somos nosotros mismos, y por eso nos comportamos sin empatía. Qué le he dado al país, no hablo de pagar impuestos, o cumplir las leyes, o ser buen ciudadano, ser honesto, ético, tener moral, no ser corrupto, que son actos y acciones que el uso de la razón y la inteligencia nos dice desde las primeras letras que eso es ser persona consciente de los deberes y los derechos. Hablo del amor y del cuidado que debemos a la memoria de los que lograron con sus vidas de trabajo, sacrificios y esfuerzos, dejarnos un territorio, una población, una república, una nación. En cuanto a lo que nos corresponde como humanos, es decir, como provenientes de la tierra, qué hacemos por nuestro planeta como terrícolas, la preservamos o la destruimos, es nuestro verdadero hogar, porque antes de todo cuanto luego se inventó y creó por parte de nosotros mismos, de las estructuras y las instituciones, solo había naturaleza, para todas las especies y razas que aquí hemos vivido y compartido, pero que lastimosamente hoy, la tenemos al borde del colapso de tales proporciones, que nos estamos condenando a nosotros mismos a la extinción. Y qué hacemos mientras esto ocurre, actuar como si nada de esto importara, tuviera algo de valor, fuera la realidad que tenemos, y buscamos las mil maneras de evadir nuestras responsabilidades, y somos todos y todas responsables por lo que hacemos, como por lo que dejamos de hacer, y nos hacemos los desentendidos, como que la cosa no es conmigo, siempre echándole la culpa al otro a la otra, a los demás, sin mirarnos directamente a los ojos, frente al espejo, buscando en lo más profundo e íntimo de nuestro ser, para preguntarnos sobre estas cosas, que son las que los credos, que cada uno y una profesamos, los sistemas de pensamiento de los cuales hacemos alarde que poseemos, como seres inteligentes, aunque con mucha ignorancia, falta de humildad y demasiada prepotencia, solemos actuar arrastrados por las pasiones, los desenfrenos, sin compasión, sin las fibras humanas, sino actuando como reptiles de sangre fría, sin sentimientos, actuando contra todo lo establecido, lo que hemos realizado en pro de los demás, como por cuenta propia como servicio público. Debemos recordar de que no estamos solos en el mundo, que el universo nos observa y toma nota en el libro de la eternidad, por donde indefectiblemente hemos de transitar todos y todas, en esta vida, y en las que seguirán, en ascenso hacia la trascendencia, o de regreso a la nada donde existe el extravío y la vuelta de la rueda para empezar de nuevo desde cero, como hace millones de años, cuando todavía no había nada de humanidad en nosotros, sino simples animales en evolución, hace unos cuatro millones de años. Hasta ahora, vivíamos desprendidos de los deberes, solo los que habían podido estudiar, siendo parte de la elite vivía mejor que el pueblo, al que sometía por ser o vivir en la ignorancia de los conocimientos formales, pero gente con una cultura, como parte de sociedades organizadas, en desarrollo, según cada proceso y con sus circunstancias. Aquellos tiempos parecieran haberse superado, aunque los procesos sociales son los que se llevan más tiempo para que la población mayoritariamente las asuma y lo ponga en marcha, se trata de los cambios en transiciones como en la que estamos sumergidos desde hace décadas, esperando a que se logren concretar definitivamente, para que podamos tener un fin de año mejor a los que hemos pasado, y definitivamente se llegue a poner las cosas en orden, que exista mayor respeto y consideración , sobre todo para la dignificación de la persona humana, sobre todo para quienes han dado sus mejores años en la lucha permanente por un mejor presente y fundamentalmente como referentes incólumes para un futuro promisor. Actuemos como lo que somos en realidad, humus, tierra viviente, verbo hecho carne.



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Franco Orlando


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