Los últimos movimientos de Estados Unidos contra Venezuela podrían revelar signos de desesperación y desconcierto en los círculos gobernantes de la metrópoli imperial. Esto no significa en absoluto que la guerra en curso esté resuelta, más bien asoma el peligro de que el imperialismo se radicalice y pase su agresión a otro nivel, como la concreción de la amenaza de un bloqueo naval. Eso no es fácil para ellos, por supuesto, sería como inaugurar una aventura cuyo desenlace es incierto, y es seguro que no va a pasar antes de las elecciones presidenciales de noviembre. El resultado de estos comicios, por otra parte, podría marcar cambios en la política exterior de Estados Unidos con respecto a temas como China, Corea del Norte, Cuba e Irán, probablemente también Venezuela, sobre todo si se produce una derrota de Donald Trump ¿Cambios para bien o para mal? Vaya usted a saber, habrá que esperar a ver hacia donde nos lleva la realidad.
Por lo pronto, el imperialismo sigue combinando estrategias y apelando a los hechos, las amenazas y las manipulaciones mediáticas. Sanciones más amplias, declaraciones como las del Jefe del Comando Sur Craig Faller en ocasión de las maniobras marítimas Unitas y ollas como la que está en curso en torno a Diosdado Cabello.
Sobre esto último, es indignante la impunidad con la que actúan algunas agencias de prensa internacionales en nuestro país. Es el caso de la agencia española EFE, que se suma al más reciente ataque mediático que tiene como bisagra las supuestas negociaciones de Diosdado Cabello con Estados Unidos. Hay quienes consideran que es una manera de estimular divisiones a lo interno del chavismo. No niego de plano que al interior del Gobierno se muevan distintos grupos que compitan entre sí, pero esto solo podría referirse al reparto de posiciones y cargos, y no a la permanencia del chavismo en el Gobierno ni al liderazgo interno de Nicolás Maduro. Me inclino más a bien pensar que lo que se busca con este tipo de ollas mediáticas es reforzar las menguadas esperanzas de la base social opositora de que el pelele Guaidó pueda conducir al “cese de la usurpación”. Para el imperialismo y sus aliados de la derecha nacional e internacional, es claro que sin un conflicto social agudo al interior del país difícilmente se pueda dar al traste con el Gobierno Bolivariano. Necesitan que la base social opositora esté moralizada y movilizada como única posibilidad de que un conflicto tal pueda sobrevenir.
A la “información” de EFE se le ven las costuras por todos lados. Se fundamenta en una aparente noticia publicada el pasado domingo en Axios, un portal de noticias lanzado apenas en 2017 y fundado por personajes todos ligados en algún momento a la Casa Blanca, y además financiado por grandes monopolios estadounidenses como JP Morgan & Chase, Boeing, BP, Bank of America, Koch Industries, S&P Global, UnitedHealth Group, Walmart y PepsiCo.
La “información” de EFE sobre los supuestos contactos de Diosdado con funcionarios gringos es presentada con la frase: “Estados Unidos aseguró este lunes que figuras clave del entorno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, contactan frecuentemente para negociar la salida del mandatario, en un momento de rumores sobre un diálogo entre la Casa Blanca y el considerado ‘número dos’ del chavismo, Diosdado Cabello”. Sin embargo el mismo despacho confiesa la falsedad de atribuir los comentarios a “Estados Unidos”, al negar rango oficial a la conseja: “La Casa Blanca y el Departamento de Estado evitaron corroborar directamente esas informaciones” y la atribuyen a funcionarios anónimos de la administración gringa, un manido recurso utilizado en la guerra mediática para sus invenciones malintencionadas.
Citando dudosas fuentes como un ex asesor de Donald Trump, EFE va construyendo una realidad virtual, apelando al uso retorcido del lenguaje. Ya hacia el final, la agencia española se deja de vainas y habla del rumor como si fuera una realidad plena: “No está claro cuál es el objetivo de los contactos con Cabello, y hay quienes apuntan que la Casa Blanca podría estar intentando simplemente contribuir a una desestabilización en el entorno de Maduro, casi siete meses después de reconocer como presidente interino al líder opositor venezolano, Juan Guaidó”. Es decir, da por ciertos los rumores, la duda sería cuáles son los objetivos de los “contactos con Cabello” ¡Cuanta desvergüenza, caradurismo y ausencia total de ética periodística!
Ante una probable radicalización de la agresión imperialista, algunos se preguntan sobre qué deberíamos hacer y plantean una radicalización propia en esta lucha: declaración de estado de emergencia y de guerra, expropiación de empresas gringas, expulsión del país de canallas mentirosos como los de EFE, encarcelamiento inmediato de los traidores que invocan la intervención militar imperial, ilegalización de organizaciones terroristas como Voluntad Popular, corte del suministro petrolero a Estados Unidos y sus aliados. Yo no propongo nada, preso de las dudas como estoy, de pronto lo que conviene es seguir actuando con la paciencia del indio. Lo que sí digo es que deberían estar “todas las opciones sobre la mesa”.