Pandemia y pandecadadía

La oración del Padre nuestro: "Padre nuestro, que estás en el cielo, / santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; / hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. / Danos hoy nuestro pan de cada día; / perdona nuestras ofensas/ como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; / no nos dejes caer en la tentación, / y líbranos del mal." Obvio es decir, como dice la chamita de cinco, la niñita de Miguelángel, que este cura ignaro raro cleuasmo asno, no es quien ha de hablar de las cosas de Dios, que es centro universal unificado teilhardiano, y, teoría holística unificada einsteiniana, entre el universo en expansión y el universo en contracción, entre sustancia y materia, entre lo material y lo espiritual, entre partícula y onda, entre lo estático y lo dinámico, entre leyes óptimas y hombres óptimos, y, la optimalidad ortogonal pitagórica, y, Dios, equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico, que nos habla del pan, del pan nuestro de cada día, de donde deviene el pandecadadía, entre el antes y el endespués. El pandecadadía, es continente tal como endenantes hoy presente, que contiene los contenidos de antes y endespués, o sea, que endenantes hoy presente todavía siempre, continente que contiene el pandecadadía reciprocidad dialéctica ley, en que cambio movimiento dinámica es producido por una contradicción de aspectos límbico antagónicos recíprocos difusos, tanto teorema directo y teorema indirecto como el exceso y el defecto, uno tiende y el otro trasciende y viceversa en lo endenantes, en que ha de estar la síntesis, entre tesis y antítesis, y el proceso como la vida continúa en la eterna noria notoria ludovicosilvaiana. Helo ahí, lo de la eternidad del movimiento y las continuas reciprocidades transformadoras de lo cuantitativo y lo cualitativo sin saltos en una difuminación continua espectral, trecho estrecho arrecho tanto del hecho y del Derecho como el dicho y el hecho.

El pandecadadía, danos hoy, reciprocidad didáctica pandémica hoy, no quiere decir, danos mañana, y, claro está, que no estamos hablando del pasado, pues el pasado túvose su pan y su pandemia. Ha de ser como dícelo el poeta Antonio Machado: "Hoy es siempre todavía." Endenantes, ha estado rodeado siempre, en su entorno torno contorno retorno del antes y del endespués, y, la ubicación de la oración del Padre nuestro, ubícase en el endenantes. Un endenantes dinámico siempre, y, el hoy es siempre todavía, es un hoy dinámico, y, con Octavio Paz: "No soy el que fui hace un instante, saberlo ataríame a ese desconocido que fui." Y, no es la negación de Edipo, de Jorge Luis Borges: "Somos Edipo, y de un eterno modo, la larga y triple bestia somos, todo lo que hemos sido, y todo lo que seremos." Es una afirmación de Machado: "Hoy es siempre todavía." Todos, engastados en Oscar Wide: "El hombre es en cada momento de su vida, todo lo que ha sido, y todo lo que será." Que pudo haberse abrochado, Wilde, en el Eclesiastés: "Qué es lo que fue, lo mismo que será. Qué es lo que ha sido hecho, lo mismo que se hará." Asina asín así, la corona del escudo del Estado Cojedes, ADSUM, pegado, y no AD SUM, como aparece de los adecos pa’ca, con su coronavirus, o sea, dice el escudo en su corona: "Así soy, así he sido y así seré, AGROPECUARIO". Asina asín así, el escudo cojedeño lo dice todo, ahí, sí ahí, está el pandecadadía, de avance desarrollo y progreso, que no de explotación sin cerebro. Mas y más, el pandecadadía, endenantes, en el tercio incluso aristotélico profundo, en el equilibrio dinámico dialéctico, en la unidad y diálogo difuso de contrarios, en que hay lucha repugnante de contrarios, antes y endespués, capitalismo y socialismo. Mas y mas, el pan en el medio, por la calle de en medio, que ha de venir con el equilibrio del tercio excluso y el tercio incluso.

Y, cuánto no hubiérase avanzado progresado y desarrollado la humanidad, si Aristóteles, no hubiera ocultado escondido ocultado en larga cuaresma cuarentena cuadragésima de mas y más, de tres mil años, hasta el derrumbe de Las Torres Gemelas Neoyorquinas, el tercio incluso, y, hasta aquí el tercio excluso, y, cuando George Bush, despertó, la venaíta ha estado ahí, siempre, en Montalbán de Venezuela. Y, que ha sido, esta pandemia del coronavirus, lo que ha desajustado mas y más al hombre y a la mujer, que a los animales y las plantas, víctimas y victimarios, suelo y cielo, cuaresma cuarentena cuadragésima de la candela carámbano caramba, que recibiera el tercio incluso oculto, al enfrentarse al tercio excluso ostento de George Bush, del discurso: "O estás conmigo o estás con mi enemigo", del derrumbe de Las Torres Gemelas Neoyorquinas 2001, y, en que Aristóteles, dióle un cuarto al pregonero al tercio excluso público histórico, impregnado de exclusiva conjuntiva "O" estagirita disyuntiva, y, ocultara el tercio incluso, en desmedro social por lo parcial. Asina asín así, ha de venir en este forzado interín del coronavirus un equilibrio al tercio excluso, humana humanidad de la igualdad.

Aristóteles el de la exclusión histórica pública, y el de la inclusión histórica oculta. Aristóteles el proscrito y desterrado de la prudente Atenas y el Aristóteles el honrado y condecorado de la imprudente Alejandría. Aristóteles, el del rechazo al comunismo platónico y el de la aceptación del incubado individualismo antistenesiano. Aristóteles el de la negación a los esclavos a tener la condición de ciudadanos. Aristóteles el de la jerarquización y el de la polarización en los extremos casos límite contradictorios, ocultando uno y publicando el otro, a saber, tercio excluso y tercio incluso. Aristóteles, el de no permitir la cría de los hijos con graves defectos físicos. Aristóteles el de permitir el abandono de los hijos excesivos para que murieran cuando niño. Aristóteles el de prohibir la procreación a quienes tuvieran más de cincuenta y cinco años. Aristóteles el de prohibir la educación a cargo de particulares. Aristóteles, el de atenerse al justo medio, entre el exceso y el defecto de su Gran Moral. Y, ahora, pandemonio pandemia coronavirus, la economía enfrentada a la política, pan y pócima, y, mas y más, en la lucha de contrarios, el capitalismo y el socialismo, el comunismo y el individualismo, lucha de contrarios de la dialéctica hegeliana y marxista, expresiva y manifiesta con la pandemia y el pandecadadía. Y, lo singular como lo plural, pan y pócima, y, en medio, por la calle de en medio, lo social, y, es el hombre y la mujer, y, es Heráclito, el del encadenamiento de procesos armónicos simultáneos contradictorios, de cambios, de reciprocidades, tanto como la trasformación de lo cuantitativo en cualitativo y viceversa, sin saltos ni brincoteos boicoteos aristotélicos, en una difuminación continua espectral, esto es, el movimiento sinusoidal histórico real ludovicosilvaiano en eterna noria notoria, ahora pandemonio demonio coronavirus de la pandemia y del pandecadadía, en panadería con coronavirus, en que los panes en el horno se besan, como los panas en la panadería del barrio Bolívar de San Mateo, que no de la panadería de la parroquia Baralt de San Timoteo.

La pandemia, que no de la panadería de Rosa María, de la que este cura ignaro raro cleuasmo asno, ha hablado en todos los ejercicios aporreados derramados esparramados en Aporrea. La pandemia es una enfermedad infecciosa, llevada por la humanidad en todo el planeta terráqueo extenso urbi et orbi, y, en la ubre, en la que ha de estar el coronavirus, que nos conviene y no nos conviene, antes y endespués, y en el medio y por la calle de en medio, endenantes, el tercio incluso aristotélico profundo, el centro universal unifica theilhariano, sí, ahí, en cada momento y en medio de cualquier situación, La Gran Moral Aristotélica, del exceso y del defecto. El Dios Estático y el Dios Dinámico, tal como, el tercio excluso y el tercio incluso, los cielos superiores y los cielos inferiores, el infierno y el paraíso, antes y endespués, y en el medio, endenantes, en que está el pandecadadía, en el presente, entre el pasado y el futuro, mas y más, el pandecadadía, el hoy ahora actual. Eso, dícenoslos Dios en la oración del pan, un pan del presente, no un pan del futuro ni un pan del pasado. En que nadie ha de estar angustiado por la caja de pan chapata zapata hogaza, mañana, y engastado con el dinero, que nadie, ha de estar pendiente de los reales para hacerse rico y para promover los males. El pandecadadía, es lo que nos dicta Dios en la oración ya en Hebreos, ya en Mateo, ya en Lucas, ya en Romanos. El detalle está en que la caja de pan chapata zapata hogaza y pandecadadía, es siempre presente, y, ha de estar presente ahí. Y con Antonio Machado: "Mas el doctor no sabía/ que hoy es siempre todavía." El divino poeta español, cántale al presente cuando se hace camino al andar, en que la comida ha de estar, en que ha de estar la caja de pan chapata zapata hogaza. Sí, ahí, en el medio, por la calle de en medio, endenantes, solo y sólo estelas en la mar, entre el antes y el endespués, del poeta simbolista sevillano.

Si la pandemia y el pandecadadía, es una ubicación presente endenantes hoy. Entonces sea dicho que la humana humanidad ha de lograr la unidad de contrarios en una lucha de equilibrio de tendencias y de trascendencias de tercios que siguen siendo aristotélicos en el tercio incluso estagirita profundo de la eterna noria notoria. Ergo vergo sea dicho que la gran varilla hechonosla Alejandría, al permitir a Aristóteles ocultar el tercio incluso. Ergo vergo sea dicho que de Atenas, a Aristóteles lo echaron los viejitos y las viejitas de cincuenta y cinco.



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Miguel Homero Balza Lima


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