La máxima anterior es aplicable a la vida disoluta de alguna gente, y a la irresoluta de otra. Habiéndose pulverizado la particularidad de la frase insustancial, "...debido a la situación-país", porque resulta que la humanidad casi entera está sumergida en una "situación-país", debemos colocarnos en el nuevo y universal escenario del lugar común: "...en plena Pandemia..."
Aunque un importante grupo de venezolanos resiste en las trincheras de las noticias falsas que corren por whatsapp, todavía se encuentran fuera de foco, sin poder asir esa particularidad que haría de Venezuela el lugar más imposible del mundo para vivir. El silencio de la insatisfacción por esta causa se quebró el 3 de mayo, y reventó las redes telarañosas en las cuales subsistían el odio y la inconformidad por el suelo seguro de Venezuela. El fuego divino para la exaltación llegó el 3 de mayo con la invasión de Bahía de Macuto, y surgieron nuevamente los motivos para hacer de Venezuela el único lugar en el mundo en que todo es mentira porque es imposible que el pueblo más sencillo atrape a un Comando con naylon, y reduzca Rambos en los cerros de Carayaca.
Cuando lo importante es calcular las asimetrías, ha resultado más lógico en las mentes insustanciales burlarse del pueblo y no de Colombia, cuyo ejército asegura que sus lanchas artilladas llegan a Venezuela arrastradas por la corriente del Orinoco, se mantienen juntas y además, arriban al mismo lugar. Esos cerebros pensantes y diseccionadores hasta el infinito, que no pueden contrastar realidades y diferenciar efectos, son dignos de estudio; pudiera tratarse de un caso extremo de bloqueo mental, o de insuficiencia matemática, dentro de la lógica "de la situación-país", que nada dice por su ausencia de contenido, y nada aporta debido a la misma razón.
Si la población conoce que existe un importante foco de coronavirus en el Estado Nueva Esparta, y el responsable de dicho estado aparece bailando reguetón muy divertidamente, cabría la posibilidad de burlarse de dicha imagen dinámica en la que una chica perrea, y el gobernador, a duras penas, barriguea. Pero el contexto histórico nos llama a valorar la situación dentro del esquema "en plena pandemia", cuyo contenido existe y tiene consecuencias, y no dentro de la vacía lógica de "la situación país", que es un lugar común para toda la humanidad en estos momentos, y ha dejado de surtir efectos en el conglomerado opositor.
Asumir la realidad sin ese esquema insustancial de la "situación-país" es algo que está causando desazón e incoherencia en las filas opositoras; nada como la feliz imprecisión de "la situación país" para explicarlo todo en la vida. Sin embargo, caer en la simplicidad de ver todo "en plena pandemia", también constituye un peligro de reduccionismo en el que siempre nos encontramos como quien hace equilibrio en el desfiladero de las ideas.
Mientras unos perrean y barriguean porque así es la "situación-país, nosotros, en "plena pandemia" tendremos que seguir venciendo.
¡¡N O V O L V E R Á N!!