Cinco días de trabajo en sectores claves de la economía y diez días de confinamiento, luego otra flexibilización siete días de trabajo y siete de confinamiento, es la política mas reciente en Venezuela auspiciada por la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela en su presidente Nicolás Maduro, pero en general el confinamiento a causa de la pandemia del covid 19 pone al mundo a reflexionar sobre el tiempo social de trabajo, el tiempo necesario en cada empresa o institución privada o nó, ya sea pública. ¿Realmente debemos trabajar 40 horas de trabajo, ochos horas diarias?, en otras partes del mundo, doce horas diarias como se trabajan en muchas partes del mundo como Colombia, EE.UU, Chile, entre otros. ¿Porque no reducir la jornada social de trabajo, el tiempo de trabajo en tiempo de pandemia, de covid 19?, En este momento los países desarrollados o no, con Trump a la cabeza ponen el acento en situación del covid 19 que lo primero es salvar la economía no importa las vidas humanas arrase la pandemia viral, en cambios otros colocan la importancia en salvar las personas y la actividad económica puede esperar.
Parece que forzado por las circunstancia el covid 19 induce a reducir la jornada de trabajo, y es lo mas conveniente, sosteniendo el valor del trabajo, concretamente el valor del trabajo, el salario, con ello se cumpliría pongamos media jornada de confinamiento y media jornada de trabajo en sistema de turnos. A todas luces, el covid 19 ha demostrado que se puede “reducir la jornada de trabajo”, en los tiempos de economía postpandémica, donde se flexibiliza la jornada de trabajo, se impone la necesidad de reducir el tiempo social e trabajo, tenemos una realidad grave a nivel mundial, la desacelerar los ritmos de producción social a causa del covid19, además el nivel actual de las tecnologías prueban que es posible producir lo suficiente y necesario en menos tiempo, que se puede ampliar la base laboral sobre todo en economías en “desescaladas” que atraviesan un inmenso desempleo, estas economías ya emulan a las economías del Sur con su desempleo informal, nada mas en los Estados Unidos alcanza mas de 35 millones de desempleados.
Una de las respuesta en la economía postpandemia, es brindar más empleos, el covid 19 obliga a reducir la jornada de trabajo y profundizar la división del trabajo, compartiendo puestos de trabajo, menos recesión a la economía con menos tiempo de trabajo, distribuir la carga laboral en dos tiempos, y porque no, hasta en tres tiempos todo los que requiera una empresa, sin disminuir la renta salarial, el tiempo necesario de trabajo para sufragar las necesidades del trabajador, solo así estaríamos siendo mas productivo, ampliando la base social del consumo y por tanto, la producción social, incluyendo la esfera de los servicios. Lo sensato es mantener el consumo social ampliando la base social del empleo en tiempo de covit 19 para que la economía no se frene, no se colapse, de lo contrario millones de desempleados no tendrán ni seguro, ni como alimentarse, se crearía un clima social de desestabilización de las condiciones de vida, el desnivel a causa de la paralización de actividades económicas profundizaría el desnivel social, la desestabilización social tal cual se ve en los Estados Unidos, donde basto un detonador de injusticia social como lo fue el asesinato de George Floy para que se desencadenara la protesta social.
Mientras que millones de personas pasan el desempleo en los Estados Unidos, fenómeno que replica en Ecuador, reduciendo el salario, al mismo tiempo que se reduce el empleo, se tiende a decretar la recesión económica, lo mismo da, activar la economía en situación de covid 19 sin importar si se diezma la población laboral, política genocida que se practica en Brasil, Colombia, Chile, Perú y Bolivia entre otros, no puede funcionar la economía con trabajadores enfermos, sin salud social de los trabajadores no hay economía, pero si el confinamiento se extrema, lo mismo da, se frena la actividad económica, lo acertado es flexibilizar el trabajo, reducir la jornada de trabajo, aprovechar los procesos tecnológicos, el trabajo, las comunicaciones en el formato delas tecnologías de información y comunicación, las redes sociales, la automatización de procesos de producción, los tiempos impulsa a ello, el covid 19 empuja hacia la construcción de la sociedad del conocimiento y el aprovechamientos de las nuevas tecnologías en aras de la sociedad, al respecto, en Francia desaparece más de 14.000 puestos de trabajos de la empresa Renault a causa y no necesariamente la tecnología en aras de la sociedad sino por sostener las ganancias cuando la demanda ha caído en vez de reducir la jornada de trabajo para no crear un “cementerio de empleos y de empresas” a nivel de la sociedad.
En el caso de Venezuela, el Gobierno de Maduro ya debería ir pensando su ministro de Educación, transformar el espacio escolar y universitario, la ley de educación y de las universidades, cambiar las formas de trabajo, la jornada de trabajo, las condiciones de enseñanza, digitalizar los procesos de enseñanza, digitalizar los documentos bibliotecarios, generalizar el uso de aulas virtuales, implementar el teletrabajo, la docencia hibrida, o el trabajo hibrido, ingresar a la era de las nuevas tecnologías en el trabajo al mismo tiempo ir pensando en redes sociales alternas a las que maneja el imperial{ismo, tales como whassapp, Facebook, Instagram, twitters entre otras, esto por supuesto sin desmejoras del salario. La educación pública lo justifica, la jornada laboral de medio tiempo, es decir cuatros horas de trabajo mas dos horas dedicadas a la investigación, estamos hablando de una reducción de dos horas diarias, esto es 30 horas de trabajo con una reducción de diez horas, vale decir pasar de 40 horas semanales a 30 horas y mensuales de 160 horas a 120 horas mensuales.
Esta regla puede aplicar a trabajadores públicos, alternándose con turnos, un turno por la mañana y otro por la tarde como relevo del trabajo, dando asi tiempo al trabajo domestico a las mujeres, igual para los hombres, además promocionar estudios continuos profesionales en las horas de tiempo libre. El covid 19 ha demostrado en otras latitudes ejemplos negativos como en Ecuador, donde se reduce el trabajo, se desemplea la fuerza de trabajo de la sociedad, igual en los Estados Unidos, ampliando la desaceleración del crecimiento económico, lo cual agudiza el problema de la recesión de la actividades económicas.
Frente a la acción recesiva de la actividad económica del covid 19 no queda otra que ampliar la base social del trabajo, ampliar el consumo social, dividir la jornada de trabajo en dos o tres turnos, crear un segundo trabajo o tercer puesto de trabajo, reducir las horas de trabajo, confinamiento por turnos de trabajo, racionar el trabajo sin detrimento de su salario, esto contribuye no solo a preservar la salud sino también apoyar la actividad económica. Si se quiere potenciar la producción, entonces es imprescindible asumir las medidas de reducción laboral de facto a causa del covid 19, alternar turnos de trabajo, o también crear turnos en vez de 5 x 10, crear 5 x 5, es decir con relevo, mientras unos trabajan otros pasan a confinamiento, y cuando estos pasan a trabajar, los otros pasan a confinamiento, esto sería una medida de flexibilización para que no separe la actividad laboral.
Podemos ya adentrarnos en el siglo XXI no solo con teletrabajo, sino también con la reducción física de la jornada de trabajo, una demanda que por cierto la reforma Constitucional de Hugo Chávez Frías impulso, lamentablemente no fue aprobada en referendo, pero es una vieja aspiración de la humanidad desde finales del siglo XIX, pese al potenciamiento de las tecnologías y la ciencia en la industria en la potenciación de las fuerzas productivas, ya es una realidad material, existe la capacidad para hacerlo, no solo en los países industriales quienes tienen ventajas para hacerlo a causa de su potencial científico técnico industrial sino también en los países en desarrollo, del tercer Mundo, en particular bajo la circunstancias del Covid 19.
Entonces se nos presenta dos desafíos, uno reducir la jornada de trabajo a medio , 4 horas o puede ser a 6 horas, lo otro es congelar precios, ya que la situación en contigencia del covid 19 ha impulsado a miles de comerciantes aprovecharse de la circunstancia, a deprimir la demanda del consumo de bienes, induciendo al empobrecimiento social, lo que viene sucediendo por cuanto que los comerciantes e industriales, han venido desentonando en esta situación de complejidad de la pandemia, de generar recesión y si a eso se le añade la especulación de precios que los comerciantes han asumido lejos de los industriales están generando una situación de hambruna, recesión, desempleo y por consiguiente un cementerio de empresas al final para revertirlo de nuevo sobre la demanda de las familias y los consumidores.
Por lo pronto el Gobierno está claro en la situación de la complejidad de la pandemia, los empresarios de la cámara de industria de alimentos CAVIDEA, del mismo modo consciente del problema del covid 19, pero los comerciantes quieren tener ganancias extraordinarias, al que el Gobierno no le pone freno, por temor a evitar el comercio de estos bienes que no produce por negligencia estratégica, la soberanía alimentaria, ni siquiera con el poder popular en todas las regiones del país, no hay propiamente producción socialista, no hay producción social del pueblo para alimentar al pueblo, el pueblo no salva al pueblo ha demostrado el Gobierno chavista de Maduro, amen de esos comerciantes especulativos e industriales que se benefician del hambre del pueblo, estamos en manos de los capitalistas hambreadores en esta situación de pandemia.