Desde la perspectiva de una Afrovenezolana

De los acontecimientos en curso, a la Recuperación de la Memoria Histórica. (I de IV)

En los últimos 20 años, en un sector educativo y cultural, se ha hablado de «Recuperación de la Memoria Histórica». Damos por sentado que se trata de contar de otra forma o posicionar entre lo ya dicho, la nueva visión de la interpretación de los hechos, ya no desde la mirada de los vencedores que nos presenta la historia colonial tradicional, sino desde aquellos que hicimos resistencia; sin embargo, al dejarse este concepto, a la libre interpretación, ha terminado dejando la cosa en ideas vagas. En medio de este marasmo, se dan diversas iniciativas, que además, se las apropia la socio-institucionalidad y son repartidas a diestra y a siniestra, sin las experiencias de contexto donde se encuentran los protagonistas y la causa primera de dicha propuesta.

El tema Afro, puede hacerse mirar, como un cuerpo de reivindicaciones nostálgicas y particulares que se dejaron interpretar, desde el poco o ningún acceso a sus derechos, o como poblaciones en desventaja; cuya actualidad, se trata de mostrar como algo histórico que, tiene que ver en el presente con religión, manifestaciones musicales y dancísticas, o atropellos raciales- esto último, en el reciente caso norteamericano-.

En un intento de desigualar el racismo y la discriminación racial que ha existido en Venezuela,- sin profundizar en sus causas, en las luchas nacionales e internacionales, en los principios y valores desde los cuales se buscan las reivindicaciones históricas, expresadas además en un cuerpo de peticiones, no sólo desde el legitimidad del ejercicio de los derechos, sino desde el significado de la identidad cultural afrovenezolana y los aportes que la misma ha dado al patrimonio tangible e intangible del, ser venezolano -opinadores sin oficio, desligados de la historia de luchas sostenidas a nivel nacional e internacional, - como bien lo ha descrito Jorge Veloz en sus últimos escritos- se han horrorizado del asesinato del que fuera víctima un hermano afroestadounidense. Desde mi cuarentena, aprecio que dichas opiniones sólo arrojan más oscuridad sobre el asunto político y de reivindicación de los derechos de las y los Afrovenezolanos, confundiendo y enajenando con sus argumentos, todavía más, al panorama de lucha, en el ámbito educativo, social político y cultural, venezolano.

Estos temas, abordados de forma oportunista y con acercamientos históricos inconexos y aislados de la lucha de los movimientos y colectivos afrovenezolanos, nos muestran un tratamiento del tema, que visibiliza la Recuperación de la Memoria Histórica como un objeto de museo, aislado kilométricamente, de la realidad social.

La Recuperación de la Memoria Histórica se ha transformado, en nuestra Venezuela Revolucionaria, para unos, en una reivindicación privada, para otros, en un gran negocio de venta de ideas, un instrumento para dar satisfacción a una curiosidad pseudointelectual e, incluso, en una forma de obtener cargos institucionales, o fuerza en su respectivo partido o círculo "de lucha". Una propuesta "descolonizadora" o decolonizadora, - entre comillas o sin comillas, habría que conceptuar desde donde se le llama de esa manera, desde cual referente- sea de la historia o de sus sujetos históricos, obligatoriamente, parte de la Recuperación de la Memoria Histórica, localizada territorialmente, visibilizando a las comunidades y a los descendientes de las víctimas del Sistema Opresor colonial, reconociendo a través de propuestas incidentes, la inclusión de los héroes y heroínas Africanos y sus descendientes, a fin de que ocupen, junto al ideario libertario venezolano, su justo lugar. No por ser seguidores de los patriotas, sino reconociendo su ideario y creatividad estratégica, en la lucha, donde forjaron su propia libertad, por encima del yugo opresor colonialista (Esta solicitud en el reconocimiento ya ha sido expresada, por el propio movimiento social afro, sus líderes y respectivas organizaciones afrovenezolanas).

La Recuperación de la Memoria Histórica no es un artilugio instrumental, es un acercamiento metodológico al tema desde un punto de vista ideológico también, usado por los colectivos, identidades, países, grupos, gobiernos, socioinstituciones, comprometidas con los sujetos y sus devenires históricos desde los propios intereses de esos grupos y no desde la mirada del poder hegemónico, el cual mide sus intereses desde la oportunidad y la capitalización de los valores individualistas del neoliberalismo ideológico.

La recuperación de la Memoria Histórica es la lucha contra la impunidad, la posibilidad de respetar y concretar el ejercicio de los derechos humanos de los y las afrodescendientes, reconociendo en nuestra cultura, un ideario profuso en elementos ideológicos de construcción para la nueva sociedad; reivindicando sujetos históricos que desde su organización, forjaron un espacio para la convivencia, el buen vivir y la paz, legado ancestral Africano, y que con sus descendientes se dieron a sí mismos, el ejercicio de sus legítimos derechos de libertad y disfrute de sus tradiciones.

Textualmente, Pierre Nora, en una entrevista responde sobre el por qué de las reivindicaciones de la memoria:

"-Hubo un cambio en la naturaleza misma del trabajo del historiador. Los historiadores fueron durante mucho tiempo los depositarios de la memoria comunitaria en la medida en que tenían, casi, el monopolio de la interpretación, que, de paso, no era libre, porque con frecuencia el historiador era instrumento del poder. Con el tiempo, el historiador se independizó, para asumir una actitud científica. Pero casi al mismo tiempo apareció una vida mediática densa, que contribuyó a crear una forma de memoria colectiva, independiente del poder puramente científico"

Entonces, la deuda que tenemos al suscribir la Recuperación de la Memoria Histórica, como herramienta para quebrantar el poder hegemónico, que cuenta sus hechos suscritos, en la corriente tradicional histórica, para el premeditado fortalecimiento del neoliberalismo ideológico imperialista, es, entre otras: Primero, llenar este vacío en la plataforma educativa, tanto desde lo formativo como lo investigativo y segundo, dejar de lado la creación de camellos burocráticos, y concretar rutas pedagógicas, socioculturales, políticas, para que seamos los propios sujetos históricos, a quienes se nos consulte y puedan conocerse nuestras propuestas, ya debatidas en distintos escenarios, sobre experiencias favorables y otras necesarias, en el empoderamiento a través de la lucha, la militancia y el activismo.

*Cabe señalar, que en lo que respecta a Los activistas, no me refiero a esa visión, donde todos los gatos son pardos; ya que, a raíz del asesinato de George Floyd, han descubierto la cara asesina del racismo, el significado del color de piel, del ser pobre, de la sumisión ante el poder… O sea. Tampoco, el característico por fenotipo, es decir, que todos los marrones somos afrovenezolanos. Cabría entonces, compartir una reflexión sobre una afirmación que hace Jorge Veloz sobre militantes y activistas, por lo cual podría referir a continuación:

Un activista, como lo sugiriera en los artículos o foros, Jesús Chucho García y Jorge Veloz, es un comprometido defensor por los derechos humanos, un activista no es un posúo para la fotografía, o alguien que mantiene la cabeza como un ventilador, buscando la oportunidad- . El militante es un cooperante desde las herramientas individuales, a la causa colectiva, con el fin de contribuir al bien común y la visión de la liberación de las poblaciones y territorios, conociente de las cargas impuestas por el sistema hegemónico opresor y de su historia para la liberación. Para ser un militante o un activista, necesario es ser un peinador del territorio, allí donde está la causa, y donde los sujetos la viven en sus vulnerabilidades y fortalezas, día a día. Aquel que aprecia en los rostros, la historia, la tradición y el legado ancestral y se incluye en la lucha que hoy se sostiene, por ofrecer en su justa dimensión, la Memoria Histórica Familiar y Colectiva, partiendo de una vez por todas, de una oferta constitucional que coadyuve a la erradicación de un ideario racista y discriminatorio, que antojosamente, asocian a voluntad a la identidad afrovenezolana, con ideas de flojera, pobreza, delincuencia, analfabetismo, no creatividad, sexualidad gratuita o en venta, un imaginario colectivo interpretado a conveniencia; concretándose en la invisibilización, para visibilizarnos, desde un novo-discurso desde el racismo y la discriminación.

Entonces la voz que nos convoca es a profundizar en el significado de la Recuperación de la Memoria Histórica de las y los africanos y sus descendientes, como poderosa herramienta para desnudar el poder hegemónico y sus lógicas neoliberales.



 



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