En Venezuela cada año se honra la heroica juventud por aquella gran demostración de lealtad, lucha, resistencia y sacrificio cuando el 12 de febrero de 1814 se obtuvo un formidable triunfo republicano en la Batalla de La Victoria, ocurrida ésta, en predios de esa ciudad en la cual el prócer caraqueño José Félix Ribas, por instrucciones del Libertador Simón Bolívar evitó el paso del temible caudillo español José Tomás Boves y su fiero ejército hacia Caracas.
Ciertamente esta celebración, con etiqueta de fiesta nacional, ha cobrado mayor auge con la llegada de la Revolución Bolivariana, pues se trata de un episodio trascendental de la historia épica venezolana en la cual quedó demostrado cómo ese ejército patriota sin experiencia en el uso de las armas de guerra, sin formación castrense supo echar a un lado el miedo, la indiferencia y la impericia con tal defender la vida y bienes de gran parte de las familias caraqueñas de ese entonces. Muchas de ellas resistían aguantando los altos y bajos del proceso independentista librado entre representantes de la corona española y los revolucionarios criollos. Desde luego, situaciones políticas y sociales tanto en la península española como en las colonias americanas exigían el sueño por vivir en suelo libre, independiente y soberano de toda potencia transgresora.
Sin embargo, en 2014 fuimos testigos de un hecho nunca visto a propósito de esa conmemoración y menos pudiera ocurrir cuando se tratase del bicentenario de aquella noble e impactante proeza escrita con sangre, sudor y lágrimas de jóvenes estudiantes y seminaristas, cuando dirigentes opositores al gobierno nacional y del presidente constitucionalmente electo Nicolás Maduro Moros iniciaron lo que ellos llamaron "la salida". En efecto, se trató de una acción conspirativa antigubernamental con propósitos firmes de producir muerte, dolor y todo tipo de penalidades hacia instituciones del Estado a fin de derrocarlo por vía de la violencia.
En este caso partidos políticos como Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular se aprovecharon del día de la juventud para confundir y crear estadios para originar desestabilización económica, social y emocional a miles de venezolanos. Desde ese entonces, su principal promotor, Leopoldo López se entusiasmó aún más con aquella versión del Boves de 1814.
Ahora, en 2022, desde la nación más repudiada del mundo por sus actos de genocidio, intromisión, invasión y persecución se oyen palabras en torno a esta efeméride nacional cuando más bien sus amenazas no han dejado de intensificarse. Y más para quienes se atreven a condenar tales acciones vueltas aplicar a pequeñas naciones en cualquier parte del mundo. Son los Estados Unidos de Norteamérica junto a países con misiones aniquiladoras y obedientes del monopolio yanqui los que atentan contra la paz y seguridad de pueblos no afectos a sus políticas injerencistas.
De igual modo se debe señalar a organismos internacionales creados y utilizados con el fin exclusivo de manejar como títeres a países más pequeños. Nos referimos en este caso a la OEA y su actual vocero principal Luis Almagro, quien ha hecho uso de las redes sociales para referirse favorablemente a aquella locura desatada en pro de los intereses del gran capital y cuyos resultados pavorosos provino en múltiples desgracias para cientos de familias venezolanas.
En este caso, lo que el señor Almagro quiso decir al presenciar la cantidad de jóvenes convocados a una concentración en Caracas el pasado 12 de febrero con motivo del Día de la Juventud y el 208° aniversario de la Batalla de La Victoria es que en Venezuela existe jóvenes venezolanos dignos y orgulloso de su pasado histórico cuando se trata de defender los colores de su pabellón nacional; además de ello compiten entre sí en deporte, ciencia, tecnología, identidad nacional, entre otros. Son miles y miles los estudiantes que dentro de la geografía nacional liberan tantas batallas con tal no dejarse ganar por la afrenta imperial al privarles de mejores condiciones en cuanto a dotación para cuidados en materia educativa, alimentación, salud, condiciones ambientales y más.
Gracias a esas páginas doradas escritas como una nación que supo cómo resolver hacerse libre e independiente hoy mantiene sobrellevando la carga de seguirse sacudiendo el yugo opresor, impidiéndosele una vez más desempeñarse como tierra fértil y generosa para desarrollar el potencial de sus hijos y de cuanto quieran prosperar. Por eso la Gran Marcha del Día de la Juventud 2022 habló al mundo aquí hay cómo continuar y triunfar en cualquier batalla.